Competitividad Empresas Turísticas, un análisis desde el enfoque sistémico

Competitividad Empresas Turísticas, un análisis desde el enfoque sistémico.

Luisa Fernanda Serna Velásquez

El nivel macro de la competitividad abarca las decisiones y estrategias de entidades gubernamentales y entes privados con gran incidencia, encargados de controlar las políticas fiscales y monetarias que creen y generen un ambiente propicio para que las empresas pertenecientes a cualquier sector u actividad económica tengan la capacidad de competir en el ámbito internacional y lograr mantenerse activas a través de los años.

En este caso en concreto el sector servicios se ve directamente afectado por las facilidades u obstáculos que el mismo gobierno permita, pues tenemos casos concretos en los que por más que la riqueza natural y biodiversidad sean un pro, las condiciones que imponen las políticas fiscales agreden de manera directa esta oportunidad de mejora en el PIB del país, y más allá de esto afectan directamente la posibilidad de aumentar la posición competitiva de las empresas que se dedican al sector turístico.

El aumento de la inflación, por ejemplo, ha causado que el capital humano de las empresas dedicas a prestar este servicio tenga cada vez menos capacidad para obtener los conocimientos para generar valor agregado a sus labores, ya que la poca capacidad adquisitiva se refleja también en menos oportunidades para educarse y capacitarse. Eso se ve directamente reflejado en un servicio menos enfocado, menos capacitado y con menos valor agregado, causando así que empresas pertenecientes al sector pierdan cada vez más la capacidad competitiva que exige el mercado internacional.

Se debe tener en cuenta que el sector privado y el gobierno son los entes encargados de velar para que las decisiones que se tomen en conjunto favorezcan las condiciones de empresas en desarrollo y empresas desarrolladas carentes de condiciones propicias para mejorar la competitividad. En el caso puntual de Venezuela existe una brecha enorme entre estas dos entidades, creando así menos oportunidades de un consenso que certifique que las decisiones fiscales y monetarias vayan en la misma vía aunque tengan influencias diferentes respecto a la finalidad de sus decisiones.

Cabe resaltar que la competitividad va directamente arraigada a un escenario prometedor que represente oportunidades atractivas ante los ojos de inversores extranjeros sedientos por poner a producir su capital financiero, invirtiendo así en proyectos que por su falta de financiación no han podido contribuir a la mejora del PIB de su país, en este caso Venezuela.

Es poco satisfactorio saber que Venezuela ocupa un lugar muy inferior en cuanto a visitantes extranjeros se refiere, pues en este caso se evidencia que por más lugares turísticos atractivos se tenga, y por más destinos naturales únicos en el mundo existan dentro de una nación, si no hay una ruta clara entre los entes que poseen la capacidad de decisión de las finanzas publicas y las decisiones a nivel social, es imposible convertir al sector turístico en una columna fuerte que contribuya al sostenimiento de un contante superávit en el PIB.

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