Contribuciones del pasado para el desarrollo económico Colombiano del futuro

Contribuciones del pasado para el desarrollo económico Colombiano del futuro

Durante el siglo XVI y mediados del siglo XVIII, se dio paso a un nuevo sistema de capitalismo mercantil en Europa, dejando atrás el régimen del sistema feudal. Éste se caracterizó por afirmar que la riqueza estaba en la cantidad de metales preciosos que tuviera la nación, la alta intervención del Estado en la economía, el proteccionismo de su producción local, limitación de las importaciones e imposición de aranceles a los productos extranjeros; No obstante, este sistema entró en una profunda crisis debido a sus rigurosas medidas, abriendo paso a la Fisiocracia. Esta escuela se caracterizó por considerar a la naturaleza, especialmente a la agricultura, como única fuente de riqueza para la nación, la división de clases sociales, garantía de la propiedad privada y la defensa del liberalismo económico.

Ambas escuelas de pensamiento hicieron grandes aportes que tuvieron gran importancia para el desarrollo de teorías o enfoques económicos. De acuerdo con esto, en este escrito se considerarán algunos aportes hechos por cada escuela que podrían contribuir con el desarrollo económico de Colombia, en caso de ser implementados actualmente.

Tal como lo afirmaban los fisiócratas, la agricultura es la única rama de la actividad económica que puede producir ilimitadamente bienes de consumo sin que se acabe la fuente de obtención de los mismos. Ellos decían que la agricultura era creadora de utilidad e insistían en el aumento de la producción para generar la riqueza; Si se tiene en cuenta este aporte, el nuevo gobierno de Colombia debería empezar a priorizar al sector agropecuario, teniendo en cuenta también el posconflicto que enfrenta el país. Según la revista semana, del pasado mes de Junio, se estima que la economía crezca para final de año a 2,6%, por lo que el país no debe dejar de lado el sector agrícola, como fuente de dinamismo para la economía, siendo de los sectores el que mayor contribución hizo en el PIB del año pasado, con un 4,9%. El presidente entrante debe pensar desde ahora en darle una mayor importancia de la que tiene actualmente el sector, invirtiendo en la infraestructura regional, reforzando el sistema de innovación para el sector, contribuir con asesorías técnicas para los agricultores y fortalecer políticas de inversión y de derechos sobre la tierra.

El Gobierno debe intervenir para promover estos cambios que puedan contribuir en la dinamización del sector, más no interviniendo en los asuntos económicos, siendo éste otro de los aportes de los fisiócratas. Esto con el fin de no alterar los tratados de libre comercio que se sostienen hoy en día. Además, de acuerdo con Ricardo Jaramillo, presidente de la junta directiva de Expo Agrofuturo, se proyecta que en 10 años, la agricultura girará en torno a la economía digital pues los agricultores podrán vender sus productos a través del internet, sin que tengan que pasar por intermediarios. Con todo esto se pretende que el sector pueda aumentar sus rendimientos en la productividad, proporcione mayores ingresos al país, facilite el conocimiento de sus productos estrellas en el entorno global para aumentar exportaciones, diversificar los productos nacionales y así dinamizar la economía.

En cuanto a los aportes del mercantilismo, uno de ellos es ocupar a la población que se encuentra actualmente desempleada en actividades promovidas por el Estado, como la construcción de carreteras, plantación de árboles, limpieza de los ríos, construcción de puentes, entre otras; Todo esto, con el fin de disminuir el desempleo estructural y cíclico. Si se aplicará este tipo de iniciativas en Colombia, se plantearían algunos dilemas. Según lo reveló el Dane, la tasa de desempleo en el país se sitúo en 9,4% para el mes de marzo de 2018, por lo que se creería que este tipo de iniciativas podría ser bien recibidas pues podrían tener un impacto positivo de corto plazo generando una disminución de este indicador de forma significativa. Esto traería consigo un mayor gasto tanto del estado y de la población, lo que generaría más ingresos estimulando la economía. El dilema estaría en que justo la mayor concentración de población, que cuenta con un nivel académico medio y alto, estaría insatisfechas con este tipo de ofertas de trabajo, ya que estarían aspirando a rangos superiores lo que provocaría un malestar generalizado. El otro dilema que se puede presentar es el de tener a la población ocupada en labores muy básicas donde más que el intelecto, lo que se requiere es fuerza física, corriendo un alto riesgo de perder oportunidades de generar innovación y conocimiento por tener población formada no utilizada en labores de mayor valor agregado aportando al crecimiento de la economía.

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