ECONOMIA POLITICA Y PROBLEMATICA ARGENTINA
agataplanaEnsayo1 de Diciembre de 2017
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TRABAJO FINAL
2017
ECONOMIA POLITICA Y PROBLEMATICA ARGENTINA
FACULTAD DE PERIODISMO
Teórico 3
Docente: Cr. Fabian Flores
Ayudante: Lic. Micaela Fleitas
Alumna: Plana Agata
Legajo: 18375/6
Glosario técnico (conceptos claves)
Phillips y su curva: en macroeconomía, la denominada Curva de Phillips consiste en un gráfico utilizado para representar, de modo simplificado, la relación negativa existente entre la tasa de inflación y la tasa de desempleo. Es decir, que a partir de un estudio empírico realizado por el economista que puso nombre a la curva, para un país y una ventana de tiempo bien delimitados (Inglaterra, 1861-1957), se puede concluir que cuando el desempleo es alto, la inflación es baja y viceversa.
Inflación: en términos estrictamente técnicos, la inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios de una economía. En tal sentido, no existen grandes discrepancias al momento de definirla: si el aumento de precios ocurre durante una serie de períodos continuados (sostenido) e involucra a la mayoría de los precios de una economía (generalizado). Sin embargo, ocurre todo lo contrario cuando de explicar sus causas se trata: al respecto, resumiremos la cuestión a dos enfoques, en procura de un uso más simplificado pero suficiente de elementos propicios para nuestro análisis: denominaremos al primer enfoque monetarista, por su raíz en la teoría cuantitativa del dinero, y resumiremos su teoría diciendo que la inflación es considerada un fenómeno que se explica por el aumento en la cantidad de dinero de una economía (la oferta monetaria, que depende de la autoridad monetaria, en nuestro caso, BCRA); y asumiremos un segundo enfoque, al que denominaremos multi-causal, en oposición al monetarista, donde en lugar de explicarse a través de una única variable, el fenómeno inflacionario se explica mayormente a través de muchas causas.
Ventajas comparativas y competitividad: sin ánimo de incursionar en la totalidad de las teorías económicas iniciales, diremos que en materia de ventajas comparativas han existido dos grandes enfoques: el de las ventajas absolutas y el de las ventajas relativas. En función de nuestro interés, tomaremos la segunda. Al respecto, supongamos el siguiente ejemplo: Argentina es capaz de producir en una jornada de trabajo 10 automóviles o 100 toneladas de alimento, mientras que Alemania es capaz de producir, en una jornada igual, 30 automóviles o 200 toneladas de alimento. Note el lector la interjección “o”, la cual no es casual toda vez que se trata de establecer un límite claro: o produce una cosa o produce la otra. De esta forma, notará el lector que Alemania, en términos absolutos, siempre es capaz de producir más que Argentina, sea el caso de automóviles o sea el caso de alimentos; sin embargo, como se trata de producir una cosa o la otra, nótese que si Alemania produce 30 autos, fácilmente podría intercambiar con Argentina 20 de ellos a cambio de 200 toneladas de alimento, consiguiendo de esta forma la producción que sacrificó, a la vez que conservando un residual de 10 automóviles en su stock; mientras que, si decidiera producir 200 toneladas de alimento, no le alcanzaría siquiera para recuperar, a través de un intercambio con Argentina, los 30 automóviles que dejó de producir. El mismo análisis, pero invertido, ocurriría para el caso de Argentina. Hemos arribado a la teoría de las ventajas comparativas relativas: Alemania se dedicará a la producción de automóviles, Argentina a la de alimentos…e intercambiaran los mismos en las cantidades que resulten convenientes, concentrándose de esta forma, cada uno, en la producción de los bienes sobre los que tienen ventaja relativa (respecto a otros bienes). Hasta aquí, un enfoque precario y real (bienes) del comercio internacional. Trasladado ahora a un mundo moderno y de fuerte arraigo financiero (dinero/divisas), diremos resumidamente que la competitividad puede ser vista como la versión moderna de las ventajas comparativas, y que la relación entre monedas (tipo de cambio) de distintos países, como unidad de medida en la que se expresan los precios de los bienes, cumple un rol trascendental en términos de la citada competitividad. De esta forma, si la moneda de un País tiene gran valor respecto de la del otro (moneda apreciada contra moneda depreciada), asumiremos que el segundo se vuelve económicamente más competitivo que el primero, toda vez que con poca cantidad de dinero del primero (moneda apreciada) se pueden comprar grandes cantidades de bienes del otro (cuyos precios se expresan en la propia moneda, depreciada).
In dubio pro operario: se trata de un principio jurídico, e interpretativo del derecho laboral, orientado a regir y/o gobernar la interpretación que la autoridad administrativa o judicial, ante la duda, debiera dar a la hermenéutica de la norma o situación jurídica planteada, buscando resolver siempre en el sentido más beneficioso para el trabajador. Si bien se trata de un principio rector del ordenamiento jurídico laboral argentino, no es tan universal ni respetado en el resto de los países.
Introducción
La Cátedra de Economía Política y Problemática Económica Argentina propone el desarrollo de un Trabajo Final sobre la base de una lista de temáticas que pudieran funcionar como hilos conductores del contenido, en el marco de intentar una posible vinculación con las PyMes y la Industria Nacional Argentina.
En el caso particular del presente trabajo, temas como Inflación y Empleo buscarán encontrar su expresión a través de una cuestión singular y muy característica de la historia y realidad Argentina: el poder socio-económico de los Sindicatos y sus consecuencias sobre las Pymes y la industria nacional.
Desarrollo
Un poco de historia
No es objeto de esta exposición ingresar al derrotero minucioso y detallado de las distintas etapas históricas atravesadas por la Argentina, pero sí resulta imprescindible enunciar, al menos brevemente, aquellos Hitos del pasado que, sin perjuicio de la ventana de tiempo objeto del estudio (desde 1990 a la actualidad), puedan resultar trascendentales a efectos de una exposición elaborada sobre la base de una rigurosa fundamentación con fuerte sesgo hacia el objeto de este estudio: el poder socio-económico de los sindicatos.
- Peronismo: en particular, es importante comprender dos cuestiones esenciales de la figura del General Perón, y su Doctrina, al menos en las vísperas y los inicios del Movimiento que enarbola su figura. Por un lado, limitados a la más técnica y objetiva acepción de la palabra, diremos que Perón fue un Estadista. Como tal, desarrolló una notable sensibilidad por la observancia de la realidad, pasada y actual (su presente), como punto de partida en la construcción del futuro Argentino. Así, observó y entendió lo que ocurría en el Mundo…buscando definir el norte de una oportuna y conveniente inserción Argentina. Flagelos como las consecuencias de la Revolución Industrial sobre la clase obrera, y las vivencias en directo de una Segunda Guerra Mundial que dividirían al mundo en una venidera Guerra Fría, impregnaron a Perón de dos aspectos esenciales de su legado: la lucha por los derechos de la clase trabajadora, y una posición equilibrada y centrada para su Patria (justa, libre y soberana). Así, en el marco de la realidad mundial, Perón lleva a la Argentina a incorporar, con buen tino y oportunidad, elementos propios del constitucionalismo social que, a nivel global, empezaba a completar lo carente del liberal: la reforma constitucional del 49´ incorpora los derechos sociales del trabajador, de la familia, de la ancianidad; sin embargo, nada fue casualidad: en los años previos a su rol presidencial, Perón dedica todos sus esfuerzos a construir su propio poder de la mano del aumento en el poder sindical, que lo acompaña en su exitosa gestión en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, reflejado luego durante la presidencia del General en una contundente estadística: la CGT reunía alrededor de 80 mil trabajadores hacia 1943, alcanzando el exponencial número de 4 millones hacia 1955.
- Menemismo: sin ingresar en discusiones filosóficas innecesarias sobre la pertenencia o no de un dirigente al espacio con el que se referencia, diremos que el gobierno de Menem se caracterizó por una fuerte interpretación centro-derecha de la doctrina justicialista. Su gobierno modificó la tradicional relación del peronismo con los sindicatos, a los que apartó del poder, en búsqueda de lograr introducir una serie de reformas económicas y laborales de impacto finalmente negativo sobre el trabajo: a mediados de 1995, la desocupación se medía en torno al 18%; en 2002, la misma alcanzó un pico del 31%. Sin embargo, la política anti-inflacionaria había dado sus frutos, y la gran popularidad alcanzada por el dirigente hacia el 95´, parece haberle dado la inmunidad necesaria para sostener un plan que, confundiendo el ¨instrumento con la orquesta”, cosecha finalmente lo que siembra: desempleo masivo y sub-ocupación, trabajo “en negro”, cuenta-propismo y tercerización, con base en las privatizaciones, la des-industrialización, la flexibilización laboral y la fractura sindical. Hacia fines de la década (1997/99), una imagen deteriorada del menemismo dio lugar a movimientos sindicales y sociales antigubernamentales constantes, en muchas ocasiones liderados por empleados públicos, pero compensado en otras la baja inserción industrial y privada a través del logrado apoyo de organizaciones representativas de la pequeña y mediana empresa, como de los profesionales.
- Kirchnerismo: con una sensibilidad social más propia de una interpretación peronista de centro-izquierda, diremos que ha sido durante los gobiernos kirchneristas que el sindicalismo ha recuperado un rol de poder asimilable al que atribuye la historia a los gobiernos del General. Ocurrida la crisis post-convertibilidad, el incipiente gobierno Kirchnerista enfrentaba las secuelas socio-económicas del estallido: devaluación y pérdida del salario real (empobrecimiento). Sin embargo, una oportuna y atinada reacción presidencial auspicia el nacimiento de una nueva etapa de reconciliación y desarrollo del poder sindical: los planes jefas y jefes de hogar de fuerte impronta previsional (combate al desempleo), la política laboral de derogación de la ley de flexibilización laboral, la disposición de la doble indemnización por despido, la política salarial de aumentos no remunerativos, la reapertura de paritarias, la movilidad del salario, la ley de reordenamiento laboral, la estatización del régimen jubilatorio, entre otras medidas, fueron parte de un proceso político tendiente a re-establecer el poder social de los trabajadores durante gran parte de los gobiernos kirchneristas. Finalmente, luego de un notable período de incorporación de la CGT al gobierno, y propio a todo proceso de creación y acumulación de poder, la ruptura político-sindical no se hizo desear.
Un lector ansioso habrá notado, en esta instancia, un sesgo tendencioso hacia lo sindical en el reciente repaso histórico, donde las PyMEs y la industria nacional parecen ocupar la huella de un olvido ocasional. Aclararé, sin embargo, al mismo, que se trata de un apartamiento intencional, el cual iré subsanando a medida que inicie el camino hacia la conclusión final.
Atando cabos: camino a la conclusión
Hasta aquí, el trabajo se ha estructurado sobre la base de un desarrollo estrictamente histórico, con sesgo hacia los ciclos sindicales atravesados durante la ventana de tiempo objeto de nuestro estudio.
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