EL ESTADO SOCIAL A LA LUZ DE LAS INVESTIGACIONES REGULACIONISTAS RECIENTES
laureano95Resumen17 de Octubre de 2017
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EL ESTADO SOCIAL A LA LUZ DE LAS INVESTIGACIONES REGULACIONISTAS RECIENTES
En el periodo posterior a la segunda guerra mundial el estado de bienestar tuvo un papel importante acompañando las profundas transformaciones ligadas a la urbanización, industrialización y la estabilización de los ciclos económicos. Interfiriendo además en limitar las desigualdades producto de la cobertura social, lo cual facilito la legitimación de este régimen.
La teoría de la regulación viene a analizar este éxito como resultado de la complementariedad de la cobertura social con los otros componentes de la relación salarial.
Sin embargo, desde hace tiempo, los sistemas de protección social tomaron el centro de los proyectos de reforma, explorando así diversas estrategias. En muchos casos estas estrategias se volvieron vacilantes y contradictorias, a tal punto que se volvió difícil percibir los lineamientos del estado de bienestar.
En 2006 la situación parece haberse esclarecido debido a que organizaciones internacionales y gobiernos europeos convergen hacia una nueva configuración de la cobertura social. Esta nueva ortodoxia proveniente de Estados Unidos y Reino Unido se caracteriza por un pasaje de un estado que en lugar de financiar el seguro de desempleo se plantea incentivar la actividad generando posibilidades. Este movimiento toma por nombre Estado social activo (ESA).
En materia de política social, un nuevo referente ha emergido
Tanto Estados Unidos como Reino unido pusieron un tope a los dispositivos de cobertura social, aparentando inicialmente que estas reformas respondían a los excesos del estado de bienestar. Dichas iniciativas fueron presentadas dentro de un modelo normativo coherente, el de Workfare, entendido como el impulso al trabajo en oposición al simple seguro de desempleo, la jubilación anticipada o la extensión de la duración de los estudios.
Sin embargo estas prácticas no tuvieron buena prensa en Europa por presentar un amplio consenso con las ideas del estado de bienestar. La invención del vocablo “Estado social activo” permitió su aceptación. Los dos primeros términos subrayan una continuidad con relación al modelo establecido, mientras que el tercero hace hincapié en la novedad de esta nueva idea.
Los sistemas anteriores eran pasivos con respecto al desempleo, hoy deben transformarse en activos y ese principio se declina según diversas modalidades:
- La cobertura social debe instituir un conjunto de incitaciones compatibles con un equilibrio del mercado de trabajo. El estado es llamado a tener un papel proactivo vinculado al mercado.
- Un segundo objetivo del ESA es desarrollar la actividad aumentando la tasa de empleo. Frente a la disminución de la edad de entrada de los jóvenes al mercado laboral y el recurso masivo a la jubilación anticipada.
- En definitiva, la actividad es sobre todo de los mismos individuos, quienes deben activarse para adquirir los requerimientos sociales y competencias que los tornan empleables. Efectivamente para el ESA todo se asienta sobre la interpretación de los individuos de las señales de mercado, apoyándolos para favorecer este aprendizaje.
De tal manera, el ESA realiza un profundo cambio en la cobertura social, medidas que no eran más que correctivos se muestran participando de la construcción de otro sistema. Dentro de un contexto radicalmente alterado en relación a aquel de los decenios posteriores a la segunda guerra mundial.
Más allá de la retórica ¿Cuáles son los cambios en las prácticas?
Si tuviéramos que juzgar la necesidad del Estado social activo por la medida de la coherencia de su presentación en el discurso, podría entender: una complementariedad entre visión, objetivos, instrumentos riesgos y el contexto. Esto también era una propiedad del Estado de bienestar, pero las condiciones permisivas de este modelo desaparecieron, se pasó al ESA (Estado social activo).
En los años 60 un contexto favorable permitía asegurar los riesgos económicos por medio del reconocimiento de una responsabilidad social con los asalariados. En esa época los macroeconomistas y gobiernos creían en el mensaje Keynesiano (el Estado debe compensar las falencias del mercado), eran las políticas monetarias y presupuestaria quienes debían perseguir la búsqueda de pleno empleo, y la cobertura social debía contribuir a la estabilización económica y la limitación de las desigualdades.
Hoy en día se presenta otra configuración, los teóricos partidarios de un sistema de incitaciones convencieron a los expertos y los gobiernos de que el desempleo era un tema ligado a desajustes microeconómicos. Gracias al manejo realizado por el mercado, el presupuesto social se alivianaría de las ineficiencias que representan las trampas de desempleo, típicas de la acumulación de intervenciones que se conectaron a la lógica del Estado de bienestar.
¿Qué pasa con los países europeos, entraron en una nueva configuración marcada por las practicas que implica el ESA?
La respuesta no es evidente, si se pueden distinguir 3 niveles de cambios en un sistema que en este caso es el de la cobertura social.
- Una transformación se considera de primer orden, si las reformas se refieren a un reajuste cuantitativo en el seno de programas cuyos objetivos generales se mantienen sin cambios. En la práctica, muchas reformas reajustaron las prestaciones y/o las contribuciones a la luz de desequilibrios financieros que aparecieron en el régimen. (Así para las jubilaciones del sistema de reparto y los gastos de salud pública que siguen influenciados por los mismos principios fundadores a pesar de la multiplicación de reformas)
- Una transformación de segundo orden, en el cual se introducen nuevas herramientas o fuentes de financiamiento para satisfacer las mismas finalidades. En Francia la instauración de la Contribución Social Generalizada tiene como objetivo la extensión de la capacidad de financiamiento de los regímenes sociales en déficit.
- Hay un grado superior de cambio, de tercer orden, si las finalidades mismas están redefinidas, lo que implica nuevas formas de intervención radicalmente diferentes de las que caracterizaban el sistema anterior.
Entonces ¿Cuál es el diagnostico que revelan las investigaciones en particular el caso Belga y más generalmente el europeo?
La conclusión es que en Europa hubo un cambio de referente en materia de sistema de protección social. El mismo se inscribe en la erosión del compromiso socio-político y de la forma en que el Estado de providencia en el régimen de crecimiento fondista y el ESA esta en relación con los modos de regulación emergentes.
La redefinición de solidaridad y de las concepciones de justicia social, como así también la generalización de los términos de empleabilidad y de integración por el trabajo constituye rasgos que van en el mismo sentido: el del proyecto de construcción del ESA.
Índices defienden la hipótesis de un cambio de prácticas, nuevas profesiones, etc. La gestión del empleo de los trabajadores de mayor edad forma parte de una política de activación, aunque tenga que combinarse con la herencia de las jubilaciones anticipadas y que ella difiera según los países. Igualmente las agencias locales de empleo tratan de desarrollar empleos de proximidad y de activar a los demandantes de empleo, mientras que otros innovan creando un estatus intermedio entre el contrato de trabajo y el estatus de desempleado.
El ESA constituye más un proyecto en vía de estar puesto a prueba que la forma terminada de una alternativa al Estado de bienestar que ya estaría operando.
¿Una irreversibilidad mayor?
Desde los años 90, las reformas institucionales fueron inevitables, parecía que no había alternativa. ¿Pueden tener la misma configuración el Estado Social Activo y el futuro Sistema de Protección Social?
Los interrogantes surgen sobre la viabilidad de la cobertura social en Europa cuando comienzan a sufrir desequilibrios financieros a partir de la mitad de la década del 70, en particular con el seguro de desempleo, ya que se estanca y se reduce la base de aportes obligatorios y aumenta como nunca antes el desempleo. Encima, desde los 80, comienza a haber una mayor desigualdad en el sistema de reparto ya que los salarios sufren un desaceleramiento debido al estancamiento de la tasa de actividad provocando más problemas financieros.
El Estado de Bienestar debe reajustar la cobertura social a un régimen mucho más moderado e incierto. Debe reducir gastos relacionados con el seguro de desempleo complementando menores periodos de trabajo y el deterioro del ingreso de un desempleado con respecto a un trabajador en actividad. Esto incita a los desempleados a encontrar cualquier trabajo inclusive por un salario menor y una calificación inferior a la obtenida.
Los macroeconomistas más optimistas dicen que Europa crecerá un 2,50% anual, pero tendría que tener un ritmo mucho mayor para asegurar el equilibrio entre ingresos y cobertura social. A esto hay que sumarle que la expectativa de vida va aumentando considerablemente. Europa no está en camino a convertirse en una zona económica competitiva y de tecnología de avanzada además de tener un alto nivel de cobertura social.
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