EL ROMANTICISMO Y EDGAR ALLAN POE

EL ROMANTICISMO Y EDGAR ALLAN POE

Presentado por:

BRAYAN RESTREPO

JOSE NPI

Director:

NPI

TRABAJO DE UNA MATERIA CACORRA

UNIVERSIDAD DE MEDELLIN

FACULTAD DE INGENIERIA

PROYECTO CURRICULAR

COLOMBIA

2014

A finales del siglo XVIII como una contraposición al racionalismo y al clasismo nace un nuevo movimiento literario. Este nuevo movimiento daba más prioridad a los sentimientos y al yo, en contraste con el empirismo o el racionalismo que le daban más prioridad a los sentidos y a la razón respectivamente. Fue en este movimiento donde el gran escritor norteamericano Edgar Allan Poe desarrollo la gran mayoría de sus obras. Este nuevo movimiento se denominó como el romanticismo.

Pero, ¿Qué cautivó a los poetas y escritores de la época a encaminarse por este nuevo movimiento?, ¿qué consecuencias trajo esto? Y ¿Por qué Edgar Allan Poe fue tan influyente para este movimiento?

El romanticismo nace y se desarrolla en sus inicios en Inglaterra y Alemania con escritores como: Ludwig Tieck, Heinrich von Kleist, Friedrich Hölderlin, Samuel Taylor Coleridge, John Keats, Lord Byron entre otros.

Es difícil saber exactamente qué motivo a estos y otros escritores a encaminarse hacia el romanticismo, no obstante, probablemente estos sintieron que la literatura estaba sumida en la monotonía, además que enclaustraba las esencias de los artistas ya que los movimientos más recientes habían sido desarrollados con base a la ilustración y era por sí mismos, bastante rígidos y estrictos. Es por ello que como un grito desesperado a la pluralización de las ideas crearon un movimiento totalmente antagónico a los de su época. Además hasta el momento no era posible expresar los sentimientos del artista de forma realmente libre, solo podían hacerse a través de ciertas “reglas” que les dictaban cuando copiar o no una palabra.

Básicamente, el romanticismo es la libre expresión del ser y del artista, por eso fue acá cuando se pudieron desarrollar más fácilmente géneros como el terror, el suspenso, el romance, entre otros. También gracias a esta misma libertad, los escritores podían escribir con más “simpleza” y por ende  podían llegar más a las masas, pues era un lenguaje más fácil de entender para el común de la gente. Y esta “simpleza” del lenguaje no se refiere en ningún momento a la mediocridad del mismo, se refiere a dejar a un lado convenciones innecesarias al escribir.

Y nadie mejor que Edgar Allan Poe para demostrar esto, su estilo único e incomparable hicieron de él uno de los escritores románticos que más se destacaron en el siglo XIX en todo el mundo.

Edgar Allan Poe más que cualquiera de sus colegas contemporáneos cambiaba fácilmente de un género literario a otro. Simplemente no hay etapas definidas en los escritos de Poe, no hay grandes periodos donde se hay concentrado exclusivamente a un aspecto de su prosa. Él probó que era capaz de componer escritos de cualquier índole en periodos muy cortos de tiempo.

Poe tenía una fascinante técnica para escribir, muchas veces apuntada hacia la intensidad narrativa. En todos sus escritos puede notarse que la eficacia de los mismos, está dada por la intensidad como acaecimiento, cada palabra debe confluir, concurrir a la acción, a la cosa que ocurre, haciendo que cada circunstancia que describa, supere lo cotidiano y nos haga sentir las más intensas y sinceras emociones, gracias también a su manera enfática de interpretar sensaciones, hasta el punto de crear una especie de monólogo interior.

Sin duda alguna, Poe valoraba en el relato corto por encima de todo la imaginación, así como la originalidad y la verosimilitud, implicando que cada uno de sus relatos fueran exclusivamente estéticos, dando rienda suelta a aquellos elementos fantásticos y formales que configuran la forma de sus relatos, configuración apreciable sobre todo a través de los efectos que produce al lector.

Aunque Poe teorizó el relato como un sistema cerrado, cada una de cuyas palabras debía contribuir a un efecto preconcebido, sus propios relatos a menudo presentaban situaciones donde un espacio cerrado se rompe, como podemos apreciarlo en ("Los Crímenes De La Calle Morgue", "La Máscara De La Muerte Roja", "La Carta Robada", entre otros ) o en una trama perfecta como ("El Corazón Delator", "El Gato Negro", "El Demonio De La Perversión"), el espacio vacío no lo estaba en realidad, el crimen perfecto se ve frustrado por la obra de la conciencia culpable o la "perversidad", o , como en "Usher" ("La Caida De La Casa De Usher"), el cadáver no está realmente muerto.

...