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ES LA ECONOMÍA UNA CIENCIA?

analiabeatrizPráctica o problema5 de Febrero de 2014

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ES LA ECONOMÍA UNA CIENCIA?

Por John Hicks

I. INTRODUCCIÓN.- La primera cuestión a decidir, cuando se intenta responder a mi pregunta, es lo que se entiende por ciencia. En inglés y en francés, la palabra sciencie es sustancialmente la misma palabra, en los otros idiomas se deriva del latín scire, en el alemán wissensckaft se deriva de wissen, que tiene el mismo origen. Etimológicamente ciencia es exactamente lo mismo que conocimiento. Ahora bien, si la ciencia significa conocimiento, podría afirmarse que es un cuerpo de conocimientos; sin embargo, pienso que ésta es una definición demasiada amplia. Una buena biografía, de Napoleón o Beethoven, contiene un cuerpo de conocimientos; pero no se podría afirmar que es una ciencia. Si mi introducción ha causado interés, debo empezar con una definición más específica de ciencia.

II. DEFINICIÓN DE CIENCIA.- Necesito algo que encaje con las ciencias naturales, pues hay consenso de que éstas sí son ciencias, pero no debemos hacer un mero listado de esas ciencias. Debe ser algo que pueda ser usado como una prueba para precisar que es ciencia y que no es. La mejor definición en la que pienso y que puede satisfacer esta demanda, es la siguiente. Una ciencia, consiste en un cuerpo de proposiciones, las cuales tienen tres características distintivas: a) está referida a objetos observables, referidos a fenómenos; b) son proposiciones generales, acerca de fenómenos, y de las relaciones entre las propiedades de estos fenómenos; y c) son proposiciones sobre cuya base se hacen predicciones y predicciones que coinciden en algún grado con las creencias. Las tres características deben estar presentes, necesariamente, para que un cuerpo de proposiciones sea catalogado como ciencia. Queda claro, luego de esta definición que la biografía o alguna pieza de la historia narrativa, no son ciencia. Pueden pasar por la primera prueba, dado que tienen que ver con eventos reales, con eventos que suceden; pero fracasan en la segunda prueba. No conciernen a series de fenómenos, pues cada uno de sus eventos se registra por una sola vez. Sólo cuando estos eventos no son únicos, aunque pueden ser de alguna manera clasificados, pueden ser analizados como algo análogo al método científico. Todo esto no provoca controversias; pero hay otra implicancia de mi definición que sí puede causar muchas sorpresas: la matemática no es una ciencia. Se refiere a conceptos y a relaciones entre estos conceptos, pero no a fenómenos. Sus proposiciones son lógicamente verdaderas, exactas; la observación no es necesaria para confirmarlas. En verdad, han pasado cientos de años de desarrollo matemático, antes que los mismos matemáticos reparen en este problema (hay proposiciones de Euclides que puede mostrarse como que fueron “probadas” al cortar pedacitos de papel o papiro). Uno puede, empero, dejar establecido que la matemática es una ciencia. Así fue como Hume pudo decir, en 1739, que “el álgebra y la aritmética son las únicas ciencias, en las cuales se pueden llevar a cabo una cadena de razonamientos de algún grado de dificultad, y todavía preservar una exactitud y certeza perfecta…. La geometría, por el contrario, raramente puede ser considerada como una ciencia perfecta e infalible” (Treatise, III.1). Sin embargo, la aritmetización de la geometría empezó con Descartes, y no tuvo muchos progresos en los tiempos de Hume. Naturalmente, él tomó la idea geometría de Euclides (que es puramente formal, un brazo de la lógica). Las ciencias aunque pueden servirse enormemente de las matemáticas, no son en sí mismas ramas de la lógica.

Estos argumentos, hay que hacerlos notar, no sólo concierne a la matemática pura, sino también a las ramas de la matemática que comúnmente se describen como aplicadas. Los problemas que son estudiados en las matemáticas aplicadas han sido frecuentemente propuestos por los científicos; pero la matemática no es un pariente de la ciencia. Podría ser que la mecánica newtoniana no hubiese sido descubierta sino hubieran existido fenómenos importantes a explicar con su apoyo; sin embargo, su proposición central no depende de la observación. Podría, no obstante, ser cierto que una partícula que se mueve con una aceleración dirigida hacia un punto fijo exhiba la propiedad conocida como la constancia del momento angular (la segunda Ley de Kepler, espacios iguales en tiempos iguales). Aún cuando esta moción puede ser aproximadamente explicada con este teorema, jamás ha sido descubierta. A pesar de la conexión íntima entre ciencia y matemática aplicada, hay que distinguirlas claramente.

Lo que establecemos, es de suma importancia para la economía. Hay una rama de la economía, la economía matemática, la cual tiene una categoría incuestionable como una rama de la matemática aplicada, a un grado mayor del que planteé cincuenta años atrás. Pero esto no significa que podamos incluirla en la ciencia, o al igual que la mecánica newtoniana, como un auxiliar de la ciencia. La relación con los fenómenos observables de estas partes de la economía matemática, que son matemáticamente más interesantes, permanece como una cuestión abierta.

III. TEORÍA Y PREDICCIONES.- Ahora retornamos a mi tercera prueba, la predicción, sobre la cual yo tengo mucho que decir. Hay varios tipos de predicciones, las cuales son importantes a distinguir. Confusiones extraordinarias en Filosofía y, como lo veremos, también en la Economía, han resultado del fracaso en distinguirlos.

La primera línea a comparar es entre lo condicional y lo incondicional. Una predicción condicional afirma que un evento sucederá si alguna condición no está sujeta a tal o cual restricción.

La predicción incondicional de que algo sucederá -y a veces sucede- es la idea más sencilla que tienen los hombres sobre la predicción. Es lo que los reyes antiguos esperan de sus profetas, astrólogos y adivinos; y es el moderno pronóstico, en Economía y en otros campos, que es solicitado por el gran público, excepto cuando él mismo decida protegerse. El científico, sin embargo, no reclama prever el futuro incondicionalmente, el tipo normal de predicción científica es condicional. En las ciencias experimentales esto es obvio. Cada predicción que resulta de un experimento es una predicción condicional; los pasos de un experimento es una predicción condicional; los pasos que se siguen en la organización del experimento, son las condiciones que se reclama para conseguir los resultados esperados. Ciertamente, puede decirse que las proposiciones, o leyes, las cuales, como he estado adelantando constituyen la ciencia, son también predicciones que se tendrán si se cumplen sus condicionantes.

No es desmerecer la categoría de una ciencia el que sus predicciones sean condicionales, porque es precisamente por sus predicciones condicionales que la ciencia ha sido capaz de transformar el mundo. Nos ayudó a prever las consecuencias de las acciones humanas, de algunos tipos, y en algunos campos. La acción es la condición, o una de las condiciones, para que un evento suceda.

Una vez que reconocemos que la predicción científica normal es condicional, el caso especial de la predicción incondicional, toma su lugar; es una que se ha desarrollado fuera de la predicción condicional, pero sus condicionales son tales que su cumplimiento se da por sentado (compare con lo que ocurre diariamente, en campos que tienen poco que ver). Se volvió a este punto con el modelo de Von Newman: Modelo of General Equilibrium” publicado en alemán, en Viena, en 1937.

Directamente, con la ciencia. Por ejemplo, ha sido dispuesto un evento que ocurrirá en el futuro: la elección presidencial norteamericana en noviembre de 1988. Algo podría suceder, entre tanto, que podría dar un vuelco a estas disposiciones, aun cuando parezca inverosímil.

El principal ejemplo de predicción incondicional y científica está en el campo de la Astronomía. El astrónomo puede decirnos, con remarcable precisión, cuando se dará un eclipse de luna; aunque él pueda decir que esto es completamente incondicional. Basa sus predicciones en base a leyes científicas, las cuales son condicionales, pero él ha sido capaz de convencerse a sí mismo que en este caso particular las condiciones deben estar presentes. Una razón que él puede dar es que el fenómeno que estudia está más allá de la influencia de las acciones humanas; pero hay otra: que él ha sido capaz de circunscribir su descripción a un fenómeno que con seguridad ha tomado en cuenta todas las condiciones.

Volvamos ahora a la segunda distinción, dentro del campo de la predicción condicional. Una predicción condicional puede ser fuerte o débil. Si es fuerte, establece que, dadas ciertas condiciones, el evento ocurrirá; si es débil, se dirá solamente que el evento ocurrirá, si no hay perturbaciones. Es decir, en el caso de la predicción débil, se reclama sólo que alguna de las condiciones determinantes del evento sea identificada. Puede haber otras, que aún no se las especifica.

Muchos de lo que se ha escrito del método científico, defiende la idea de que las predicciones, condicionales, son predicciones fuertes. Así cuando Popper (1957) reclama que la prueba de la utilidad de una predicción científica es que pueda ser refutado por la experiencia, está pensando en la predicción fuerte. Una predicción fuerte, de que un evento ocurrirá bajo condiciones establecidas, debe ser confirmada o refutada por el evento. Una predicción débil, de que un evento ocurrirá si no se presenta perturbación puede ser confirmada, ni refutada por lo que uno espera va a pasar. Si el evento ocurre, podemos decir que la predicción fue correcta, que no hubo perturbaciones,

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