El reflejo de una sociedad posmoderna en el mercado de valores

El reflejo de una sociedad posmoderna en el mercado de valores

El mercado de valores, aquel termino que quizás hayas escuchado más de una vez en las noticias mañaneras, o que probablemente leíste en algún periódico del día, ya sea porque subió mucho, o porque se desplomó como nunca antes, pero a todo esto, ¿qué es exactamente el mercado de valores? Según el equipo editorial de la página web de la casa de bolsa IG, el mercado de valores se define como “un lugar centralizado donde se compran y venden las acciones de las compañías que cotizan en bolsa. Los mercados de valores difieren de otros mercados en los que los activos negociables se limitan a acciones, bonos y productos negociados en bolsa”. Si no estás muy familiarizado con el entorno financiero es probable que esta definición te haya dejado en el mismo lugar que empezaste, es por eso que la digeriré un poco para facilitar la comprensión, para mí, el mercado de valores es ese lugar en el que las empresas que les ha ido muy bien, o que desean expandirse y necesitan más dinero, pueden recurrir, ya que ponen a la venta una parte de su empresa en fracciones muy pequeñas y accesibles para poder conseguir financiamiento. Como empresa te beneficias del capital obtenido, y como inversor puedes obtener un rendimiento si vendes la acción más cara de lo que la compraste (plusvalía), eso es básicamente lo que se hace en el mercado de valores. La realidad es que hay muchos alrededor del mundo, alrededor de 100 mercados internacionales, pero los principales están en Norteamérica, Asia y Europa.

Básicamente elegí esto como tema, ya que en los mercados de valores podemos observar el reflejo de nuestra sociedad, esto tomando como estándar el libre mercado, es decir, la oferta y demanda. El tema del artículo se relaciona estrechamente con mi carrera, actualmente soy alumno de finanzas y contaduría pública, últimamente he podido presenciar diversos fenómenos en el mercado de valores que son causados exclusivamente por ciertos aspectos de la sociedad posmoderna en la que vivimos.

El enfoque humanista en este artículo es sencillo, nuestra sociedad posmoderna que vive en la cultura de auto explotación y de la comunicación tecnológica, tiene un gran impacto sobre cómo se desenvuelve el mercado de valores, aunque no siempre sea de una manera positiva, nos ayuda a observar el reflejo de la vulnerabilidad de nuestra sociedad.

A lo largo de este artículo observaremos de qué manera exactamente, el mercado de valores es un reflejo muy preciso sobre cómo se encuentra nuestra sociedad, nos demuestra lo vulnerable que somos, la falta de autenticidad que tenemos, y cómo el avance de la tecnología aplicado en la comunicación puede tener impactos tan grandes en cómo se desenvuelve el ámbito financiero, de igual manera nos percataremos por medio de ejemplos cómo se refleja el tan común pensamiento débil en nuestra sociedad, así como su impacto, y para cerrar veremos de qué manera somos víctimas del hiper consumismo.

Trabajaré con distintos argumentos para dar claridad al título y a lo que mencioné anteriormente, me gustaría comenzar por dejar claro el por qué opino que los pensamientos y predicciones de una sociedad posmoderna pueden reflejarse con base a los movimientos que tenga el mercado de valores. Como dije anteriormente, la bolsa de valores es una herramienta para dirigir eficientemente los recursos donde más beneficien a las sociedad, ya sea por medio de inversiones en empresas que producen bienes y servicios, que generan innovación y empleos mientras mejoran a la par los estándares de vida de una sociedad. Es ahí donde el inversionista tiene la oportunidad de transformar su dinero en mejores oportunidades para todos, y en su beneficio en más rendimientos. Sin embargo la ética juega un papel relevante aquí, ya que si nos encontramos en carencia de ella, es decir, que los individuos solo busquen hacer dinero a costa de los demás para satisfacer sus propias necesidades (como comúnmente ocurre en nuestra sociedad hiperconsumista), se pierde confianza en los mercados, lo que genera un desequilibrio, ya que ciertas empresas que puedan ofrecer rendimientos atractivos, quizás sean de las más contaminantes, por ejemplo el invertir en Ford, una empresa

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