LA GLOBALIZACION Y EL COMERCIO INTERNACIONAL

MIRIAM SUAREZ SALAZAR

LA GLOBALIZACION Y EL COMERCIO INTERNACIONAL

En esta lectura el autor resalta aspectos importantes que juegan en el muy llevado y traído tema de la globalización y el comercio exterior.

Es sin duda bien sabido que el progreso y desarrollo económico de un país, sobre todo aquellos de llamados de economías emergentes, depende en gran medida del intercambio comercial que tengan con otros países; en este siglo XXI es casi inconcebible la idea de que un país no comercie con otros países.

Esta dinámica de intercambio comercial internacional es la causa y efecto de la llamada Globalización; el comercio exterior ha sido la causa principal del crecimiento económico y aumento del nivel de vida de muchos países. Sin embargo cuando la economía se contrae y deja de haber comercio, su repercusión provoca un efecto dominó, que directamente afecta a empresarios, trabajadores y consumidores.

Sin embargo, quedarse fuera de esta dinámica implicaría un estancamiento en pobreza y negarse al progreso. Lo cual no les deja otra alternativa a los países a intercambiar bienes, que en teoría debiera ser de modo justo y solidario.

Desafortunadamente, los países ricos, dueños de los organismos internacionales han obligado a los países pobres a practicar una intensa división del trabajo, lo cual en cierta forma ha aportado mucho a estos países que han logrado especializarse en la producción de cierto bien y poder venderlo en mercados de países de primer mundo. Sin embargo, también se les ha obligado a estos países a exportar productos manufacturados que se fabrican en empresas pertenecientes a estos países de primer mundo, que solo llegan a establecerse en su territorio.

Debemos contemplar que el derecho a vender libremente en todos los mercados es una condición para la supervivencia de los pueblos; sin embargo, el comercio entre países ricos, que es casi el 75% del total mundial, es libre; mientras que el comercio de países emergentes o pobres con éstos resulta inequitativo, con exigencias de estándares de diversos tipos (sanitarias, laborales, ambientales), las cuales equivalen a nuevas formas de proteccionismo, que muy hábilmente encubren el intento de bloqueo de productos procedentes de países

subdesarrollados, poniendo a éstos en un estado vulnerable y de muy pocas posibilidades para competir de forma justa.

Mientras los países pobres tienen que exportar sus productos primarios a precios sujetos a monopolios de compra (países ricos), tienen que importar tecnología y manufactura a un muy alto costo, lo cual los sigue poniendo en desventaja.

En lo personal, considero que esta frase tiene mucho de cierto y que si se llevara a cabo, realmente se practicaría un comercio justo…”La única forma de no estrangular económicamente a los países en desarrollo es abrir los mercados de los países ricos a todos los productos sin excepción de los países en vías de desarrollo, entendiendo esta categoría de países en un sentido amplio y generoso.”

Esto implica que este comercio internacional se debe regulara de modo que se beneficien, sobre todo los países más pobres; pero a su vez se debe tomar en cuenta que si sólo se benefician algunos pertenecientes a ese país, quizá este enriquecimiento desbalanceado será por el acumulamiento de riqueza en unas cuantas familias, lo que dependerá de la estructura social del país y no del comercio internacional como tal.

Por tal motivo, el comercio tiene que crecer dentro de los parámetros de equidad y justicia, que hoy todavía son muy deficientes, lo que han aprovechado los países ricos para someter a sus condiciones a los países pobres, dificultándoles muchas veces, el intercambio justo, sin restricciones,

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