Los 7 hábitos: Autodominio y búsqueda del beneficio mutuo
FLAXEL8 de Enero de 2015
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LOS HABITOS son factores poderosos en nuestras vidas, dado que se trata de pautas consistentes, expresan nuestro carácter y generan nuestra efectivid o inefectividad. Los hábitos no son irrompibles, pueden aprenderse y olvidarse; pero esto requiere de un proceso y compromiso, lo cual significa trabajar mucho en ello, para poder romper con los malos habitos.
Este libro nos habla de 7 habitos que son fundamentales para poder cambiar nuestra visión acerca de lo que queremos, necesitamos y como trabajar ellos, claro no será fácil, pero esto no quiere decir que sea imposible.
PRIMER HABITO.- SEA PROACTIVO
No significa tomar la iniciativa, sino ser conscientes que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas, de nuestras propias conductas, de nuestras propias decisiones. El carácter de las personas reactivas se ve influenciada por los factores físicos, sociales o psicológicos, en cambio las personas proactivas realizan un trabajo de calidad, sin importar que haga un buen tiempo o no, que se les revise el trabajo o no. Las personas proactivas también son influenciadas por esos factores, pero la diferencia es que su respuesta es una elección basada en valores y responsabilidades.
Si pensamos que el problema está ahí afuera, ese es el problema, ya que esperamos a que cambie lo que está afuera y antes que nosotros cambiemos. Es por eso que debemos cambiar de adentro hacia fuera; y no de afuera hacia adentro. El modo más positivo en que yo puedo influir en mi situación consiste en trabajar sobre mí mismo, sobre mi ser, sobre lo que queremos.
SEGUNDO HABITO.- EMPIECE CON UN FIN EN MENTE
Significa comenzar con una clara comprensión de nuestro destino. Significa saber adónde quiero ir y porque, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero solo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente.
El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física. Si comprendemos este principio y aceptamos ambas creaciones, ampliaremos nuestro círculo de influencia. Todas las cosas se crean dos veces, pero no todas las primeras creaciones responden a designios conscientes, pues si no desarrollamos autoconciencia permitiremos que otras personas actúen sobre nosotros.
Los dos privilegios humanos adicionales que nos permiten ampliar nuestra proactividad y ejercer el liderazgo personal en nuestras vidas son la imaginación y la conciencia moral. Cuando reconocemos los paradigmas incorrectos o incompletos que están en nuestro interior podemos empezar a rescribir proactivamente nuestros guiones.
Podemos comenzar con un fin en mente elaborando un enunciado de la misión, filosofía o credos personales. Se centrea en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros), y en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer. A esto también se le denomina constitución personal, la cual nos permite evaluar efectivamente todas las decisiones concernientes al uso más efectivo del tiempo, del propio talento y energía.
Para escribir un guión necesitamos empezar en el centro de nuestro círculo e influencia, el cual está compuesto por nuestros paradigmas más básicos, la lente a través de la cual vemos el mundo, que influye significativamente en la efectividad de todos los aspectos de nuestras vida.
Lo que haya en el centro de nuestra vida será fuente de seguridad, guía, sabiduría y poder. La seguridad es nuestra fuerza personal básica; la guía es la fuente de dirección de la vida; la sabiduría es nuestra perspectiva de la vida; el poder es la capacidad o facultad de actuar. Estos factores son interdependientes y cuando están juntos, armonizados y vivificados entre sí dan origen a la fuerza de una personalidad noble, un carácter equilibrado, un individuo hermosamente integrado. Estos pueden ubicarse en un continuum, en el que en el nivel inferior estos niveles son débiles y dependemos de otras personas y de las circunstancias, cosas sobre las cuales no tenemos ningún control directo. En el nivel superior el control es nuestro, tenemos una fuerza independiente y la base para relaciones ricas e interdependientes.
Nuestro cerebro tiene dos hemisferios. El izquierdo, el cual es el más lógico y verbal y trata con palabras; y el derecho es más intuitivo y creativo y trata con imágenes. Aunque usamos los dos hemisferios cerebrales por lo general uno u otro tiende a prevalecer en cada individuo. Existen dos maneras de utilizar el cerebro derecho:
1) Ampliar la perspectiva: Si uno es proactivo no tiene que esperar que las circunstancias u otras personas creen experiencias que amplíen la perspectiva. Uno puede crear conscientemente su propia perspectiva. Debemos ampliar la mente. Podemos visualizarlo todo con riqueza de detalles. Abarcando tantos sentimientos y emociones como resulte posible, implicando en ello todos los sentimientos que se pueda. 2) Visualización y afirmación Podemos emplear el poder de visualización de nuestro cerebro derecho para redactar una afirmación que me ayude a ser más congruente con los valores más profundos de mi vida cotidiana. Una buena afirmación tiene cinco características básicas: es personal, positiva, está en tiempo presente es visual y emocional. Pero si uno visualiza lo que no corresponde los resultados serán malos.
En el liderazgo personal efectivo, las técnicas de visualización y afirmación surgen naturalmente de un fundamento mental bien conocido, a través de propósitos y principios que pasan a ser el centro de la vida individual. El empleo superior de la imaginación está en armonía con el uso de la conciencia moral para trascenderse a uno mismo y crear una vida de servicio basada en un propósito único y en los principios que gobiernan la realidad interdependiente.
Debemos reconocer los nuestros roles para que roles seamos efectivos en cada uno de ellos. Redactar el enunciado de la misión en los términos de los roles importantes de la vida proporciona equilibrio y armonía. Es posible revisarlos con frecuencia para tener la seguridad de quedar totalmente absorbido por un rol a expensas de los otros que pueden ser igual o incluso más importantes en la vida. Después podemos pensar en metas a largo plazo. Una meta efectiva se centra en los resultados más que en la actividad.
Lo mismo ocurre en la familia, podemos dar expresión al enunciado de la misión familiar, esta se convierte en la constitución de la familia, su norma, el criterio para la evaluación y la toma de decisiones. El trabajo conjunto para redactar un enunciado de la misión genera CP para vivirlo. Cuando aparece la crisis allí está la constitución para dar solución a los problemas y la toma de decisiones basadas en principios correctos.
Y esto también podemos aplicara las organizaciones. Todos tienen que participar en la elaboración del enunciado de la misión organizacional. Sin participación no hay compromiso. Crear un enunciado de la misión organizacional cuesta tiempo, paciencia, participación habilidades y empatía. Si este enunciado se basa en principios correctos da resultado. Así todos comparten el núcleo invariable delo que la organización persigue.
TERCER HABITO.- ESTABLEZCA PRIMERO LO PRIMERO
El tercer hábito es el fruto personal, la realización práctica del primero y el segundo. El tercer hábito es la segundas creación, es la creación física. Es la realización, la actualización, la aparición natural del primero y segundo hábito. Es el ejercicio de la voluntad independiente que pasa a ser centrado en principios. Es la puesta en práctica incesante, momento a momento.
En el tercer hábito abordamos muchas de las cuestiones concernientes al campo de lña administración de la vida y el tiempo. Es por eso que debemos organizar y ejecutar según prioridades.
La clave no es dar prioridad a lo que está en la agenda, sino ordenar en la agenda las prioridades. Y esto se puede hacer mejor en el contexto de la semana.
La organización del cuadrante 2 implica cuatro actividades:
1) Identificación de roles.- Consiste en poner por escrito nuestros roles clave. Es necesario limitarnos a considerar la semana y poner por escrito en lo que nos vemos dedicando tiempo durante los próximos siete días.
2) Selección de las metas.- Consiste en pensar dos o tres resultados importantes que uno cree que tiene que lograr en cada rol durante los siete días siguientes, que serán registrados como metas. Por lo menos algunas de estas metas deben estar relacionadas con las actividades del cuadrante 2.
3) Programación personal.- Se puede considerar la semana que se tiene ante sí, con las metas en mente, y programar el tiempo para alcanzarlas. Se puede trasladar una meta a un día específico de la semana, sea como prioridad, o lo que es incluso mejor, con una asignación horaria concreta.
4) Adaptación diaria.- Con la organización semanal del cuadrante 2, la planificación diaria se convierte en una función de adaptación diaria, de dar prioridad a actividades y de responder a acontecimientos, relaciones y experiencias imprevistos de un modo significativo. Al echar una mirada al día, se puede ver que los roles y metas permiten una priorización natural que surge de nuestro sentido innato del equilibrio.
La cuarta generación de autoadministración es más avanzada que la tercera en cinco aspectos:
• Se centra en principios.- Crea el paradigma central que nos permite
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