MULTINACIONALES CHILENAS ENCUENTRAN NUEVO DESTINO

MULTINACIONALES CHILENAS ENCUENTRAN NUEVO DESTINO

Después de una década de fracasos en Sudamérica, las multinacionales chilenas están virando su atención hacia México, la única otra nación latinoamericana con grado de inversión. (VER CUADRO: PUNTA DE LANZA)

Por: Joel Millman The Wall Street Journal

17 de septiembre de 2002

Después de una década de fracasos en Sudamérica, las multinacionales chilenas están virando su atención hacia México, la única otra nación latinoamericana con grado de inversión.

(VER CUADRO: PUNTA DE LANZA).

En el último año, una serie de acuerdos han llevado cerca de US$100 millones en capital chileno a México. Aunque esta cifra es una bicoca, frente a los miles de millones de dólares que las compañías chilenas invirtieron en los 90 en sus vecinos del Cono Sur, estas incursiones financieras podrían resultar más exitosas.

El cambio muestra cómo la turbulencia económica en Brasil y Argentina tiene efectos en otros sitios. A México, el interés de Chile le ayuda a compensar la pérdida de empleos causada por la recesión en Estados Unidos, un declive económico que le ha costado a la región fronteriza unos 100.000 empleos de manufactura en multinacionales estadounidenses que han reducido su capacidad.

Pero los beneficios para México son también una pérdida para Sudamérica, porque el capital chileno que busca colocarse castigará economías que no se desempeñan bien para favorecer a otras que sí lo hacen.

Un ejemplo de está nueva oleada es una inversión por US$45 millones de la chilena Molibdenos & Metales SA en Cumpas, una pequeña comunidad en el desierto a 160 kilómetros de la frontera con Arizona. Molymex SA es una fábrica con la última tecnología para transformar el sulfuro de molibdeno (mineral hallado en los depósitos de cobre, pero que casi nunca se procesa en México) en un óxido codiciado por los fabricantes de acero inoxidable. Antes, los chilenos transportaban el molibdeno desde el estado mexicano de Sonora a Sudamérica para refinarlo antes de exportarlo a EE.UU. y Japón. Ahora, el molibdeno tarda una semana en llegar de la mina a la siderúrgica.

Antes, teníamos que escoger entre estar cerca del proveedor o cerca del comprador , explica Adolfo Carvajal, el gerente general de Molymex. En México, estamos cerca de ambos .

Esta lógica está impulsando la llegada de los chilenos a México. En otra parte de Sonora, una de las firmas de ingeniería más grandes de Chile, Boytec Sondajes SA, está abriendo una cantera para la gigante mexicana de cementos Cemex SA. Corporación de Cobre de Chile, la estatal de cobre conocida como Codelco, también está en Sonora, explorando depósitos en una empresa conjunta con la minera mexicana Industrias Peñoles SA.

Algunos productores chilenos ven las sociedades con empresas locales como una oportunidad para extender su alcance global. Soquimich SA, un procesador de nitrato conocido como SQM, exporta materia prima a una nueva fábrica en Guadalajara, México, para hacer fertilizante, mientras que Soprole SA, la mayor fabricante de lácteos en Chile, comenzó recientemente a exportar materias primas a tres fabricantes de queso en México que, al igual que Soprole, están bajo el control de Fonterra Corp., de Nueva Zelandia.

Mediante un creativo acuerdo, la empacadora chilena de frutas Hortifrut SA financia a unos 300 agricultores en el estado mexicano de Michoacán para el cultivo de arándanos y frambuesas para ser enviadas a EE.UU. El acuerdo permite a Hortifrut ampliar la temporada veraniega de cultivo, lo que le permite producir durante varios meses adicionales en el hemisferio Norte mientras comienza el invierno en Chile.

Todo esto es relativamente nuevo. Cuando ambos países firmaron un acuerdo de libre comercio en 1992, los planificadores esperaban que México se convirtiera en el trampolín

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