México en la OCDE

México en la OCDE

 El desarrollo de los países en los ámbitos económicos, sociales y políticos es indispensable para el bienestar de los pobladores respectivos de cada nación. Gracias a la implementación y creación de diversas organizaciones de carácter internacional se da apertura a la colaboración, desarrollo e innovación para la mejora de calidad de vida humana a un nivel global. Las organizaciones internacionales se encargan, en términos sencillos, de evaluar situaciones que acongoja a la humanidad y desarrollar tácticas colaborativas para erradicarlas. La gama de dichas organizaciones es muy amplia y cada una se encarga de tratar asuntos de un entorno puntual.

La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) es una estructura compuesta por países desarrollados y financiado por 31 países. Con esto se puede apreciar que no es un organismo que representa a muchas naciones pero comparte la fijación por la colaboración mutua. Su labor es definir estrategias de políticas públicas, recopilación de datos. análisis de dichos datos y la discusión colectiva.  

 México se integró a la OCDE en 1994, siendo el miembro 25 del organismo y el primer país en vías de desarrollo aceptado.Una de las acciones de México más importantes de la política
exterior que haya realizado en los últimos 20 años. Con ello, México se adaptaba rápidamente a la cambiante realidad del mundo de la posguerra fría y a las nuevas prioridades de la agenda internacional.  Años anteriores México solo se vio involucrado como observador en ocho de los principales comités relacionados con movimientos de capital, inversión internacional, mercados financieros, comercio, políticas del consumidor, políticas y legislación sobre competencia, empleo y asuntos sociales y ambiente; tenía una participación limitada en el grupo, como la proporción de datos estadísticos. Conforme elevaba su constante participación, la OCDE debatió por la integración de México al organismo. Fue en mayo de 1994 que se le hizo la formal invitación.  

México ha fungido como contribuidor de la perspectiva de un país emergente, sus experiencias y necesidades y como ha intentado satisfacerlos. Desta forma enriquece su análisis y relevancia. Como integrante de la OCDE, ningún país se ve presionado por seguir las recomendaciones hechas para la mejora, solo se quedan en simples recomendaciones y depende de la nación si las sigue o no.

 Otros compromisos son el intercambio de información y el pago de las cuotas por concepto de la pertenencia. El presupuesto anual de la OCDE es de alrededor de 200 millones de dólares y la contribución de México, de acuerdo con las cuotas determinadas por el Consejo, será de aproximadamente 1.5% de los gastos totales.      Un aspecto importante es que México se compromete a que su participación en otras organizaciones o grupos internacionales sea consistente con los objetivos y los compromisos de la OCDE.  

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