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Pesonas Juridicas

rbrp2926 de Agosto de 2013

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Este escrito invita al lector a dar una mirada general sobre conceptos de utilidad práctica, que ayudan a encontrar las diferencias entre la cooperativa – como forma organizativa de cooperación contractual- y las demás formas organizativas y empresariales que escogen las personas para: acrecentar su nivel de conciencia, participar socialmente, formar parte activa del sector cooperativo y como ciudadanos constructores de un movimiento social y solidario.

En primera instancia, se trabajan aspectos que tienen relación directa con la actividad económica y social de las personas y que marcan la diferencia entre la forma empresarial cooperativa y las demás autorizadas en Colombia, lo cual es importante, pues en algún momento de la vida, se tienen que tomar decisiones de vinculación a alguna de estas formas como aporte de desempeño profesional.Para una mejor comprensión, se propone un esquema de categorías desde la óptica jurídica, que muestra en los grandes niveles la especificidad de las sociedades y las asociaciones. Con el propósito de ubicar las diversas formas empresariales u organizativas más conocidas, entre ellas la cooperativa, se hace mención de algunos detalles, derechos y limitaciones que una y otras tienen dentro de la legislación colombiana.

1 las personas y sus necesidades económicas y Sociales “Que la cooperación no es simplemente un mecanismo, sino ante todo, un espíritu. Que la forma jurídica es un vestido, una apariencia, que puede encubrir los intereses más sórdidos; y, en cambio, todos los días nos asombramos ante la fortaleza de la cooperación, espontánea en ciertos grupos naturales, que ni siquiera sospechan que la forma es un requisito de la ley para reconocer su existencia.Que mientras no se capte la esencia de la cooperación, se estará en ella incómodo y huidizo, porque la mentalidad individualista sirve para hacer buenos negocios, pero es mala consejera cuando se trata de echar a andar una empresa de cooperación”.

Francisco de Paula Jaramillo

Prólogo a la obra deBenjamín Ramírez (Ramirez, 1.989 p:13)

La historia de la humanidad nos ilustra cómo ha sido un imperativo para cada persona aprender a vivir y convivir para solucionar individual y colectivamente sus necesidades. La necesidad, que es variada y variable, múltiple y ascendente es la que marca el paso a las acciones del hombre hacia procurar soluciones y satisfacciones. En épocas anteriores, las necesidades eran solucionadas en las familias; eran familias ampliadas en las cuales abuelos, hijos y padres con diversos familiares y juntos, compartían la mayoría de actividades de producción de bienes y la prestación de servicios, para beneficio de todos los integrantes del grupo familiar.

transita el camino hacia las especializaciones del pensamiento, del trabajo y de los roles, aparecen los conceptos de mercados, oferta y demanda y otros, que inician como espacios de lo local, para hoy ser un lugar ampliado a lo global.

Un referente necesario para comprender y hacer comprender las conexiones del pasado con el presente, es el texto que expone Monseñor Coady en su obra “Dueños de su propio destino” cuando dice:“Por indiferencia o falta de visión el pueblo abandonó sus derechos de consumidor que era lo único que le quedaba.

Antes de la revolución industrial se tenía una economía doméstica y todo se hacía en casa. Calzado, vestidos, , todo lo que se necesitaba se hacía en casa. Aún entonces, unos pocos emprendedores vieron que podían sacar ganancias de los demás. Establecieron molinos, herrerías y otros negocios y el pueblo los permitió libremente. Pero no hubo resultados lamentables. El sistema era en pequeña escala y no podía crecer independientemente. Vinieron las máquinas y las factorías y la producción abandonó las casas para concentrarse en los grandes centros. En una palabra, la producción se escapó de las manos del pueblo. Sólo quedaron como consumidores y se resignaron, desde el momento mismo que vieron y permitieron al primer comerciante poner su tienda y señalar los precios. <Esto fue un error>. Fallaron en reclamar el control de los negocios y de su dinero y permitieron que el error se incrustara en los fundamentos de

la estructura económica.

El pasaje anterior ilustra, de manera contundente y rápida, cómo aparecen las diversas formas de organización fuera de casa y al servicio de los demás. Primero, la producción de aquellos bienes que podían producirse en forma masiva y algunas tareas de servicio o negocios como el comercio. Posteriormente y con la incursión en una producción y masiva de todo tipo de bienes y servicios (fuera de casa), se separan el trabajo, los procesos y hasta el conocimiento, de la vida integrada del hombre. El autor referido, Coady, ubica coloquialmente el fenómeno mediante el cual la gran mayoría de las personas se convierten en consumidores, con lo que se funda una estructura económica de oferta de bienes y servicios separada de la demanda de los mismos que, intermediada por personas organizadas, deriva en especialización por actividad, proceso o función tanto de las personas como de los negocios así organizados.

1.1. ¿Cómo se organiza la gente?

Lo descrito nos informa que la primera forma a la cual acudió la gente para organizar actividad fuera de casa, fue la del comerciante, generalmente individual, quien lo hace movido por su iniciativa y con el fin de aprovechar y sacar ganancias a los demás, por actividades de venta e intermediación.Durante el siglo XX, según las cifras calculadas por organismos como las Naciones Unidas y el Banco Mundial (Banco Mundial, 2.000, 2.001, 2.002) que refresca y referencia el profesor Mansilla (Mansilla, 2002. pp: 18-28), la humanidad triplica su número, pues pasa de 1.900 millones del siglo anterior para cerrar con más de 6.000 millones de seres humanos sobre la tierra.Las inversiones y sus riesgos para atender esta población, son de tal envergadura que deben ser abordadas con responsabilidad evidenciada. Muchas de ellas son necesarias para la comunidad pero quizás no viables dentro de la lógica de rentabilidad económica (educación, previsión, energía, infraestructura, agua potable, minería y maquinaria) tienen que ser emprendidas en colectivos o, por la comunidad como un todo y representada por los Estados.

Ese ordenamiento en lo económico, presionado por acciones políticas y sociales durante los años finales del siglo XIX y en los albores del XX, con cambios derivados de la revolución industrial y otros hechos concatenados, posibilitan el tránsito de las comunidades y sociedades ampliadas, hacia ordenamientos nacionales con conceptos que soportan los Estados, muchos de ellos nacientes en ese momento, y determinan las nuevas concepciones de Estado del siglo XX.Con el mayor tamaño y la jerarquía que toman las prácticas empresariales, si sus resultados son positivos para quien los emprende, éstas son replicadas y se convierten en tendencias que, socialmente, tienen que ser ordenadas y sistematizadas.

7Las tendencias del siglo XIX en occidente se mueven hacia el individualismo y la libertad de iniciativa, esas conceptualizaciones dominantes construyen un pensamiento Liberal. El liberalismo económico anima a todas las empresas, algunas organizadas por grupos afines en su interés, otras, las de los reinos que superviven y luego aquellas de los Estados.Diversos autores como fruto de sus investigaciones a nivel mundial (Pineda Suarez, Castillo Soto, Pardo Martínez, & Palacios Villegas, 1.998) y tambien en Colombia en lo nacional y regional (del Valle Montoya & Hernández Hernández, 2.009) ilustran acerca del trabajo de promotores y de organizaciones que recrean la originalidad de los pioneros de Rochdale y su experiencia cooperativa, así como los orígenes de conceptos y fundamentos para proponer moderación a los efectos de ese liberalismo a ultranza, aplicado en occidente a fines del siglo.Otros (Hoerler, 1.985), registran la información sobre los movimientos (socialistas utópicos, anarquistas, sindicalistas europeos, socialistas científicos -marxistas- y comunistas-marxistas) que siguiendo a pensadores y alumnos de estos, al poco tiempo de ponerse en práctica el liberalismo económico con sus principios, denuncian la situación de deterioro humano, reprueban al modelo por sus resultados sociales, asignan la causa a la forma de propiedad individual y buscan la abolición de ese liberalismo y de la propiedad privada, para fundar una economía nueva, fundada en la propiedad colectiva.

Para el siglo XX el terreno económico y político en Europa oriental se inclina por un Estado Socialista; como respuesta y reconociendo los defectos de su modelo económico, en Europa occidental se promueve y construye un Estado Benefactor. Dadas las circunstancias de postguerra, en los dos ambientes se permiten formas colectivas e individuales de iniciativa organizada para adelantar actividades por el bien común que complemente o sustituya al Estado.

En el posterior desmantelamiento de ese Estado Benefactor a fines del siglo XX, la tendencia retorna hacia un Estado Neoliberal, privatizador, que sustentado en el Liberalismo Económico del siglo anterior, promueve con furia la consolidación de grupos de inversión y capitales, con fondos de recursos generales o previsionales que sirven para alimentar los mercados de valores e inversiones.

El Estado benefactor se achica y entrega todo lo que antes le pertenecía, por ser de todos los ciudadanos, nuevamente a los particulares. Parece que lo mismo ocurre en oriente donde el Estado socialista de antaño colapsa y aquellos que superviven se inclinan por permitir igualmente la incursión de los privados, en todo lo que antes era del Estado.

1.2.

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