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Enviado por   •  13 de Marzo de 2014  •  882 Palabras (4 Páginas)  •  188 Visitas

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CRITCA LIBRO NO SON LOS GRANDES LOS QUE SE COMEN A LOS PEQUEÑOS…

Este libro me pareció muy interesante, a decir verdad yo no tengo una empresa propia, y la empresa donde laboro, se dedica a la prestación de servicios médicos sin fines de lucro, sino de bienestar social. Al hacer una retrospectiva de los años que llevo en mi Instituto, en el que inicie, siendo una estudiante de licenciatura con ansias de comerme al mundo.

Ahora entiendo por qué, a pesar de estar expresados los términos de calidad, calidez y atención con humanismo en la misión, visión y políticas de calidad del Instituto, los trabajadores que aquí laboramos:

1.- Vivimos en un espejismo pensando que es suficiente levantarnos para realizar solo la función para la que fuimos contratados y listo, finalmente NADIE va a reconocer el esfuerzo que realicemos por mejorar nuestra actividad diaria, ya que las grandes ideas, en coincidencia con Jennings, J. y Haughton, L. (2008):

“son secuestradas por algún tonto a quien nunca se le ocurrió una buena idea en la vida”

y se apodera de ella debido a la estructura jerárquica de esta Institución, pues no existe una comunicación directa con los niveles que toman las decisiones, lo que hace que la gran idea de mejora en la atención de los servicios o se desvanezca o quede relegada.

2.- Seguimos una política NO escrita pero si conocida por todos en el Instituto: no hacer más de lo que no te corresponde, pues lo que empieza como un favor se convierte en una obligación. Esto me recuerda un texto de Jennings, J. y Haughton, L. (2008) “es preciso que todos los principios rectores, los apliquen y se vean practicándolos”. –es el más practicado-. En mi andar en este instituto, he visto en las unidades médico-administrativas y unidades administrativas de diferentes municipios del estado de México, la práctica de esta política, en innumerables ocaciones.

Esto siempre me ha causado, no podría decir disgustos, pero si malos ratos, pues denota la falta de compromiso y profesionalismo de algunos compañeros de trabajo, de los mandos medios y superiores que han descuidado estos pequeños grandes detalles.

Considero, al igual que Jennings, J. y Haughton, L. (2008) que, “cuando la gente disfruta de su trabajo, el monto de dinero que gana ocupa el cuarto, quinto o sexto lugar en la lista de lo que es importante”, el ser humano busca reconocimiento y validación y nada se siente mejor que una felicitación y un apretón de manos en público. Este reconocimiento continuo y transparente, considero seria otra estrategia a implementar para fomentar el entusiasmo de ser proactivo.

Hay muchas cosas por hacer en mi institución, pero por algo se debe empezar.

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