Remuneración Eficaz

Desde 2008 en todo el mundo comenzó una crisis económica de gran envergadura, en la actualidad varios países como Alemania y Gran Bretaña ya van mejor, pero en España sigue siendo una de los problemas principales.

La crisis económica consiste en un escenario de bajo consumo y exportaciones que provoca que las empresas tengan más costes que ingresos. En esta situación, los jefes se ven obligados a tener que reducir costes de la propia empresa, y por eso proceden al despido de empleados.

Debido a la situación de crisis que tenemos en la actualidad en nuestro país muchas empresas se han visto afectadas. Desde el comienzo de la crisis han habido alrededor de 2.500.000 despidos. Esto se debe a que las empresas no han podido soportar los costes salariales de los empleados, a causa de la disminución de las ventas y la menor rentabilidad del negocio.

La gran cantidad de despidos con lleva a una serie de consecuencias muy importantes para nuestra sociedad:

La primera consecuencia es el drama personal y familiar que supone la pérdida involuntaria del empleo. El propio empleado se sentirá menos preciado e inútil, esto le llevara a una desmotivación general. Y la familia empezara a preocuparse por si no pudieran mantener su nivel de vida actual.

La segunda consecuencia es el clima social de desasosiego e incertidumbre de la sociedad, tanto de los parados como de los no parados. Esto provoca en la sociedad una situación de inseguridad y alarma, los que aun mantienen su puesto de trabajo se ven presionados por la idea de poder perder su puesto actual. Y la gente que está en paro, va perdiendo la ilusión de trabajar, y se ve obligada a afrontar situaciones difíciles que nunca habría imaginado. También perjudica a los estudiantes ya que ven que por mucho esfuerzo que pongan en continuar sus estudios el día de mañana no tendrán asegurado un puesto de trabajo fijo acorde con su conocimiento.

La tercera consecuencia es para el propio Estado, que tiene que invertir cantidades millonarias de dinero para intentar fomentar el consumo o incentivar el crédito. Y también, se ven obligados a pagar prestaciones por desempleo durante el máximo de tiempo legalmente establecido y subsidios extraordinarios a continuación. Esto provoca un mayor endeudamiento de nuestro propio país, por intentar ayudar a la sociedad e intentar salir de la crisis en la que nos encontramos inmersos.

La cuarta consecuencia es muchas empresas ni siquiera pueden despedir porque su nivel de tesorería y su nula disponibilidad de crédito no se lo permiten. Estas empresas intentar aguantar lo máximo posible hasta llegar a la quiebra y se ven obligados a cerrar el negocio por falta de liquidez.

Y por último, la última consecuencia es que de tanto despido se despilfarra y se pierde mucho talento, se prescinde de personas valiosas y experimentadas a las que a la empresa les ha costado años y dinero de formar. Las empresas despiden a la gente sin valorar todo lo invertido en esos empleados, pierden mucho más talento y conocimiento que el dinero que les supone.

Por todas estas consecuencias, hay que plantearse si son los empleados lo que de verdad sobran. En muchos casos lo que nos sobra no son las personas si no su coste salarial. El coste salarial suele tener una estructura fija e inflexible, independientemente de los ingresos, de la tesorería y de los resultados de la empresa.

Por eso, lo ideal es que nuestra empresa cuente con una plantilla con la dimensión adecuada y que estén remunerados con una retribución eficaz. Un sistema de retribución eficaz tiene que contar con una parte estable de ingresos y con una parte variable, según el cumplimiento de objetivos y no sobre un porcentaje de ventas.

Con la parte estable de los ingresos conseguimos crear en

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