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Tercerización, en la balanza


Enviado por   •  25 de Diciembre de 2019  •  Ensayos  •  1.854 Palabras (8 Páginas)  •  137 Visitas

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SEMINARIO ESPECÍFICO: PSICOLOGÍA ORGANIZACIONAL

ENSAYO:

TERCERIZACIÓN, EN LA BALANZA

 

JUAN FELIPE RÍOS PELÁEZ

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS

DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA

MEDELLÍN

2017

Tercerización, en la balanza

No es un secreto para nadie que las condiciones de trabajo en las organizaciones actualmente no son las mismas que las de hace unos años. Los nuevos retos del mercado, el acelerado desarrollo tecnológico, la globalización y el cambio en la centralidad que tiene el trabajo en la vida de las personas, han hecho que las prácticas tanto de las personas como de las empresas se hayan ido modificando.

        La tercerización de procesos (outsourcing) constituye actualmente uno de los cambios más importantes que está teniendo lugar en el mercado laboral y constituye uno de los debates más importantes en materia de derecho laboral y gestión humana.

        Para Rentería (2001, citado por Vesga, 2011), el outsourcing es:

"Una modalidad en la cual organizaciones, grupos o personas ajenas a una empresa u  organización son contratadas para hacerse cargo de “parte del negocio” o de un servicio específico dentro de ella. La organización delega  el  gerenciamiento  y  la  operación de  uno  de  sus  procesos  o  servicios  a  un prestador  externo  (outsourcer),  con  el fin  de  agilizarlo,  optimizar  su  calidad  o reducir sus costos. El outsourcer se encarga de la parte operativa del proceso, mientras la organización se dedica a la esencia del negocio, y ambos participan en el diseño del proceso" (p. 53).

La tercerización de procesos en las organizaciones tiene consecuencias que no siempre resultan favorables a los objetivos de la empresa, a sus empleados y a la sociedad en general; y es necesario preguntar por el alcance y la pertinencia de los procesos de outsourcing, de acuerdo a la finalidad del mismo y a las características de la propia organización.

En el mundo, según Moncada y Monsalvo (2000), la tercerización laboral se concibe de tres formas distintas: el contrato por prestación de servicios (outsourcing), las cooperativas de trabajo asociado y empresas asociativas de trabajo; sin embargo, las mismas no se caracterizarán en este texto y las consideraciones que serán expuestas aplican para cualquier forma de tercerización.

El outsourcing aparece en los Estados Unidos en los años 60 (López, 1999) de la mano de la necesidad de contratar empresas que permitieran efectuar grandes análisis de datos organizacionales y de mercado sin tener que desarrollar su potencial en hardware, que resultaba costoso y difícil de gestionar. Desde entonces, cada vez más empresas continúan subcontratando servicios que van desde la vigilancia y el aseo de las instalaciones hasta ejecutivos de alto nivel y consultores de recursos humanos, con los respectivos riesgos que estas prácticas conllevan.

Es común encontrar que  los procesos de Outsourcing son procesos que antiguamente se realizaban en la compañía por los propios departamentos y personas de la empresa, pero que en la actualidad la empresa los subcontrata a otra con el fin de optimizarlos y disminuir su costo. En teoría, las empresas que tienen procesos subcontratados lo hacen para dirigir todos sus esfuerzos hacia el objetivo misional de la misma y no invertir energía, tiempo y recursos en asuntos que se consideran secundarios por no aportarle al objetivo misional de la organización.

En Colombia, la encuesta Impacto y Barrera de la Tecnología en las Pymes, realizada en 2015 por PwC y Cintel, reveló que la tercerización de los procesos laborales en el país está en aumento, siendo todos los procesos de contabilidad con un 35% los más tercerizados en las pequeñas y medianas empresas. En esta misma encuesta se determinó también que la seguridad de la información, los procesos de distribución y pago de nómina, la facturación, la administración de las redes sociales y las actividades correspondientes al manejo de los recursos humanos son en su orden, los procesos que más se tercerizan en el país.

Lo anterior indica que cada vez son más las organizaciones que adoptan esta modalidad de administración en nuestro país y esto se debe en parte a que el outsourcing aporta grandes beneficios a las organizaciones y les permite a muchas otras, salvar compromisos legales y laborales con sus empleados. Moncada y Monsalvo (2000), reconoce estos beneficios:

  • Al delegar las responsabilidades operativas, la empresa se libra de lentos procesos burocráticos que impiden la concentración en los objetivos centrales.
  • La actualización tecnológica de los servicios que se ofrecen corre por cuenta del contratista, pues esto constituye un medio fundamental para competir por las empresas clientes.
  • Las responsabilidades y riesgos de una operación se comparten con el contratista, pues ambos tienen la necesidad de ser exitosos y prestar el mejor servicio.
  • Se permite una inyección mayor de capital en las áreas relacionadas con el objetivo central de la organización.
  • Reduce los costos de operación hasta en 60%.

        Por tanto, los procesos de tercerización de funciones aportan grandes mejoras operativas y económicas en las organizaciones en los que se implementan. Sin embargo, el choque entre el modelo tradicional de administración (en el que las personas se vinculaban indefinidamente a una organización y en ella desarrollaban su vida, sus relaciones y su carrera) y los nuevos modelos enmarcados en la reingeniería (en los que las personas se vinculan sólo provisionalmente a una empresa -por medio de otra- durante el tiempo que tarde el cumplimiento de su servicio) han cambiado radicalmente las relaciones que tienen las empresas con sus empleados.

        En materia de empleo, la defensa de la tercerización argumenta que a medida que ésta crece también crece el empleo de un país (ANDI, 2014) al especializar mucho más los procesos que ofrece la empresa que presta el servicio, y requerir para esto, un buen número de empleados temporales que desarrollen estos trabajos especializados. No obstante, se debe analizar si la cuota de empleo en empresas que ofrecen servicios a otras es más alta que los recortes de personal realizados por las empresas que requieren estos servicios.

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