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Ensayo de prácticas profesionales 2016, referido por la Dra. Xochiquetzaly Yeruti de Avila Ramirez, en Diciembre de 2016.

maribizoffiEnsayo13 de Febrero de 2017

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UASLP

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSI

FACULTAD DE PSICOLOGIA


Mariana Luchiari Bizoffi









Implicaciones de la diferencia cultural entre clínico y paciente basado en una teoría del Inconsciente



Ensayo de prácticas profesionales 2016, referido por la Dra. Xochiquetzaly Yeruti de Avila Ramirez, en Diciembre de 2016.












UASLP

Diciembre, 2016

Implicaciones de la diferencia cultural entre clínico y paciente basado en una teoría del Inconsciente

        El referido escrito que sigue visa plantear algunos conceptos y sus posibles campos de ligación con el psicoanálisis como una teoría del inconsciente, lo cual pretende generar pensamientos y discusiones sobre la temática de las diferencias culturales entre clínico y paciente dentro de un análisis.

Identidad cultural, encuentro psicoanalítico y lenguaje

La identidad cultural se plantea como un conjunto de significaciones sociales que han sido interiorizadas por cada sujeto de acuerdo a sus experiencias particulares y únicas de pertenencia a diversos grupos sociales. El contexto familiar, la religión, la etnia, la educación, el nivel socioeconómico, el género, entre otros  factores, influyen en la experiencia social, y son factores por medio de los cuales se comparten ciertas creencias, tradiciones y prejuicios.

La cultura es compleja, social e individual y tiene la posibilidad de transformar el inconsciente de las personas de una determinada época y sociedad, “a manera de cómo los miedos, las inquietudes, las esperanzas, las pasiones y los olvidos se generalizan y universalizan como una participación anímica colectiva” (MILLIERI, 2013). Freud, en Malestar en la cultura (1929), hace algunas conclusiones que pueden servir como eje para pensar este ensayo: la cultura no es sinónimo de perfección, la evolución cultural es un proceso particular que opera en la humanidad, y que podemos caracterizar este proceso por los cambios que impone a las predisposiciones instintivas del hombre, en algunos casos dando origen a rasgos de carácter.

El encuentro psicoanalítico posee características culturales que proponen tipos de intercambios que son producidos en el diálogo analítico entre clínico y paciente, eliminando o atenuando todo aquello en que se constituye el discurso y la conversación social. El psicoanálisis también es un cuerpo teórico que nos permite repensar el contexto del individuo en su entorno social e histórico. La clínica se trata de una escucha acompañada de una mirada del discurso propio del paciente observado, siendo focalizada en el paciente que habla, siempre relativo, con equivocaciones, fallas, olvidos, falta de lógica, contradicciones, etc. Es exactamente ahí dónde y cuándo se puede manifestar el inconsciente.

Lacan nos propone que “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”. Ya Freud había demostrado que el inconsciente habla de muchas formas, y cómo la cura psicoanalítica se trata de descifrar ese lenguaje, en el sueño, en la neurosis, en el síntoma, etc. Lacan vuelve sobre estas postulaciones y estudia estos procesos como formas, como significantes de un significado reprimido por la consciencia.

El habla como lenguaje comunicativa de transferencia entre culturas

        

La lengua hablada proviene de diversas estructuras culturales que forman cada uno de los diferentes idiomas. Todo lo que se habla, se escucha, se mira y se siente es lo que va a determinar el sujeto, en su ambiente y época - lo simbólico y lo cultural que se inscriben como un repertorio de significaciones, como las palabras con que se puede pensar, con que se puede escribir y entender su historia, las preguntas y respuestas hechas y recibidas, la construcción de la imaginación, del pensamiento sobre sí mismo y sobre el otro, entre otros -  estableciendo un saber que la persona sabe sin saber que sabe.

El idioma de una cierta comunidad incide en la cultura que está presente en el ámbito social de un individuo. Las propias traducciones de obras Freudianas y de todos los otros autores psicoanalíticos pierden muchos sentidos y significaciones justamente por estar inseridas en un otro contexto social, político, económico, educacional, tradicional, entre otros. Un determinado concepto, por más que se intente, nunca va a ser lo mismo propuesto por el autor original de una obra, ya que la manera en que se concibe, entiende y se pone en práctica es diversa al de origen.

Lacan propone que la lengua - tomada aquí como el idioma - tiene como su objetivo primario servir de medio de comunicación. El método psicoanalítico utiliza este esquema ya que la cura psicoanalítica se desenvuelve en una sola dimensión: el lenguaje, la palabra. Como estructura del idioma toma las relaciones, las oposiciones entre los elementos y las leyes que tal sistema lingüístico involucra, demostrando cómo la totalidad de la experiencia psicoanalítica puede estudiarse en términos de lenguaje. Propone también una lectura más o menos estructurada como todo lo Universal representa la naturaleza, y por lo tanto, el Ello, y todo lo Particular representa la cultura, y por lo tanto, el Yo. De esta forma, el lenguaje es la estructura que determina los fenómenos del habla, de los idiomas, de la estructura de lo psíquico y de lo mental.

Aún según Lacan, en Lituraterre y Seminario 17, “la forma en que está organizada la vida social se impone inconscientemente a los sujetos individuales”. Admite, aquí, la influencia de lo social en el inconsciente individual. De esta forma en la clínica, cuyas prácticas consisten en intervenciones atraviesadas y contextualizadas en determinados ámbitos socio-culturales y linguísticos afectando la subjetividad del sujeto, ocurre un trabajo inconsciente entre analista y analizando.
        Los sujetos están determinados a entenderse y entender el mundo debido a sus experiencias particulares, tanto como individuos, pero también como personas pertenecientes a ambientes macro, conociendo a los sistemas de comprensión que comparten los individuos como un todo. Así, se puede afirmar que el psicoanálisis y el estudio de las culturas se entrelazan profundamente, porque esta ultima está constituida de símbolos y signos que producen significados y significaciones, estructurando el consciente e inconsciente del sujeto. Aquí, entendemos que un signo, deviene símbolo cuando asume un contenido ideológico que representa valores fundamentales para una sociedad.  

El proceso que según un niño puede cumplir la etapa de ser sujeto (ser un Yo) se basa en una serie de transferencias necesarias, que forman la base de nuestra cultura, y es así como ese conflicto entre el ello y el yo va a determinar el desarrollo de las relaciones sociales.  

Esta postura en la clínica propone intercambiar ideas enriquecedoras para propiciar la construcción de conocimientos a partir del diálogo conceptual (y cultural) entre analista y analizando. Pero no como se parece, no se trata de un obstáculo para el proceso clínico por la relación con la estructura del lenguaje del psiquismo, noción que aborda la existencia de un límite a la práxis analítica de la palabra, por el hecho de que no todo que está presente en el psíquico es posible de simbolización y todo inconsciente puede entrar en contacto con otro en el análisis.

Hablamos de cultura y en ella se inserta también la individualidad de los analistas como sujetos que posee un bagaje cultural propio y propias capacidades, puntos ciegos, represiones y pulsiones. Por otro lado, el encuentro con el otro (analizando), hace que se despierte en el analista una determinada forma de entender el material proporcionado, una determinada forma de pensar y ejercer su práctica. El objeto psicoanalítico, considerado aquí como el propio ser humano en su vasta constitución como ser único, nos propone a pensar en una infidelidad de reproducción de sus actos y experiencias de manera igualmente a las vividas por él, ya que el analista se constituye como un observador distinto, constituyendo el psicoanálisis como muy particular e individual, en la cual todas estas divergencias son la característica fundamental que hacen de analista y analizando un cuerpo único e irrepetible en análisis.

La clínica entre analizando y analista multilingües nos ofrece una visión para comprender el mundo externo y el interno de ambos sujetos, llevando en cuenta que el lenguaje está en el centro del desarrollo psíquico humano. “Dentro de cada inconsciente habita el lenguaje del Otro ‘siempre extranjero’ de los lapsus, los síntomas, los sueños y los chistes” (YUAN, 2007). Por otro lado existe el descubrimiento de este otro, por vía de la transferencia. En la transferencia de clínico y paciente Freud propone que consiste en el deslizamiento del deseo por intermedios de ciertos significantes - expresado aquí como significantes distintos de las dos figuras en el proceso analítico. En la transferencia, ambos inconscientes se encuentran. La contratransferencia - transferencia del analista - es una resistencia a reconocer la transferencia del paciente y su carácter enigmático que produce oscuridades en el saber del clínico. Se necesita escuchar el paciente y aprender con él, ya que el paciente construye su propio mito perteneciente a la macrohistoria de la cual es parte.                                 

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