Asociacionismo

Asociacionismo.

El asociacionismo pretende dar cabida a las cuestiones psíquicas mediante los principios que rigen la asociación de ideas. Dicho de otro modo; trata de explicar las distintas formas de relación de conceptos que llevamos a cabo para desarrollar un pensamiento. Las teorías asociacionistas consideran que un fenómeno puede ser explicado a partir de la asociación de elementos más básicos del mismo fenómeno (asociación que el sujeto ha vivido con anterioridad). Por lo tanto, abogan en que la clave del conocimiento no está en otro lugar sino en las conexiones que llevan a formar un pensamiento.

Surge en la Inglaterra del siglo XVII; donde John Locke, a partir de las bases fundadas por Aristóteles, trata de explicar cómo el ser humano nace carente de toda clase de habilidad innata, como una Tabula Rasa, que aún no ha sido inscrita; y cómo, a través de las experiencias que vive y las conexiones que forma entre estas va dando forma y significado al mundo. Más tarde; David Hume tratará de utilizar la psicología experimental para arrojar algo de luz al funcionamiento de la mente a modo de espejo; reflejando las representaciones naturales del mundo de forma que cobren sentido en la mente humana. Esta doctrina pasó a conocerse como Asociacionismo Pasivo. Según Hume; nuestras percepciones pueden agruparse en dos grupos; las impresiones, que son aquellas percepciones que vivimos de una forma directa (ver o escuchar, por ejemplo), mientras que nuestras ideas son meras copias de nuestras impresiones. Así pues, el asociacionismo se ha visto reflejado por muchas teorías a lo largo de la historia de la psicología; como en el uso terapéutico de la libre asociación de ideas en el psicoanálisis por parte de Freud o en el conductismo; en su defensa del condicionamiento como la asociación entre el estímulo y la respuesta.

El asociacionismo es una doctrina dentro del empirismo; ya que justifica el aprendizaje mediante técnicas asociativas basadas en conocimientos básicos obtenidos mediante las experiencias vividas; así como el empirismo utiliza los sentidos y las percepciones para justificar la formación del conocimiento. Por ende; sus opuestos serán aquellas teorías que basen la obtención del conocimiento no en las experiencias sino en la razón propia del ser humano; es decir, las teorías racionalistas. Cabe destacar autores como Immanuel Kant con su criticismo o René Descartes; fundador del racionalismo (desarrollado en la Europa continental durante los siglos XVII y XVIII) Estos defendían la razón como única fuente de conocimiento fiable, ya que los sentidos y las percepciones pueden ser confusas e inciertas.

La influencia del asociacionismo en la sociedad de los siglos posteriores se vió marcada sobretodo en aspectos políticos. Era común su empleo en teorías socialistas utópicas de la mano de pensadores como pudieron ser el inglés Robert Owen, o los franceses Henri de Saint Simon y Charles Fourier.

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