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Autoestima


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2014  •  1.793 Palabras (8 Páginas)  •  220 Visitas

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Fenomenología

Autor: Sergio Sánchez-Migallón Granados

La fenomenología es la corriente filosófica nacida propiamente de Edmund Husserl (1859-1938) a comienzos del siglo XX, y que sin duda ha fecundado amplia y profundamente casi toda la filosofía continental europea de esa centuria. En torno a él se reunió un grupo de jóvenes filósofos, al que sucedieron pensadores individuales de la talla de Martin Heidegger (1889-1976) y muchos otros, recibiendo el influjo de Husserl, también tras su muerte mediante su impresionante legado póstumo.

Por ello, el estudio de la fenomenología va necesariamente unido al del pensamiento husserliano, si bien a partir de él ha evolucionado generando otros modos de filosofar que incluso han adoptado nuevos nombres (existencialismo, hermenéutica o deconstruccionismo). Evolución que se vio influida además, en diversos sentidos, por las dos guerras mundiales que convulsionaron sobre todo el continente europeo.

Así pues, no es fácil determinar de modo preciso cuál es el perfil de la fenomenología —que Husserl pensó en realidad como un método y, si acaso, un conjunto de problemas—, ni qué autores pueden y deben llamarse propiamente fenomenólogos. Por ese motivo, aquí se ha optado por exponer la fenomenología combinando las perspectivas temática e histórica, ofreciendo una visión de conjunto.

Índice

1. Precedentes de la fenomenología. Crítica al psicologismo.

2. La actitud fenomenológica husserliana

3. El mundo de los fenómenos de la conciencia

3.1. La intencionalidad y la vida cognoscitiva

3.2. El mundo de lo práctico

3.3. La temporalidad

4. El yo y los otros

4.1. Fenomenología del yo

4.2. Fenomenología de los otros: la intersubjetividad.

5. La noción de mundo: mundo de la vida y mundo de las ciencias

6. Historia y desarrollo de la fenomenología

6.1. La gestación husserliana

6.2. La transformación heideggeriana

6.3. Otros desarrollos

7. La fenomenología en contraste con otras filosofías

8. Bibliografía

9. Referencias en internet

1. Precedentes de la fenomenología. Crítica al psicologismo

El término “fenomenología” no es evidentemente originario de la llamada Fenomenología; ya había sido utilizado por Kant, Fichte y Hegel. Sin embargo, aparece ya con el sentido original y propio de la corriente filosófica en cuestión en Franz Brentano (1838-1917) y en algunos discípulos suyos, como Carl Stumpf (1848-1936) o Alexius Meinong (1853-1920). Lo que pretendía Brentano era refutar el psicologismo. Este enfoque epistemológico de matriz positivista concibe la psicología de modo empirista (psicología genética), situándola además como fundamento y matriz de toda la filosofía. El resultado era —y sigue siendo, pues el psicologismo, como toda forma de empirismo, es el permanentemente vivo enemigo de la filosofía— la naturalización de todo pensar y vivir: es decir, la reducción a lo material (sea orgánico, genético, económico, etc.) del alma o conciencia y de sus actos todos.

Brentano rechaza que ese sea el único modo de entender la psicología, y también que toda la vida —teórica o práctica— de la conciencia se resuelva al fin y al cabo en materia, en naturaleza física. El materialismo o naturalismo imposibilita entender vivencias tan evidentes como el conocimiento, la volición de fines o el amor a bienes no sensibles. Brentano desarrolla entonces otra forma de hacer psicología, que será llamada psicología descriptiva o fenomenológica. Ésta se apoya ciertamente en la experiencia, pues el racionalismo idealista no es menos arbitrario e infundado que el psicologismo, pero no se limita a constataciones empíricas sensibles, sino que descubre además contenidos y leyes intrínsecamente necesarios. Una psicología que, además, identifica su propio objeto no en los procesos orgánicos, sino en las vivencias, cuya peculiaridad es que poseen intencionalmente esos contenidos objetivos. Dichos contenidos y leyes, por ejemplo, de la lógica o de las matemáticas, pero también los conceptos fundamentales de la ética, poseen inteligibilidad y legalidad por sí mismos, con independencia de las condiciones empíricas de los actos en los que aparecen; esto es, tienen una esencia o consistencia ideal, apriórica, respecto a la experiencia. Ciertamente, descubrimos y percibimos ese sentido en la experiencia, pero se descubre en el contenido de ésta, y no en su mera facticidad, ni tampoco proyectada —al modo kantiano— por nuestro modo de pensar. Por eso, el sentido fenomenológico de la expresión “a priori” difiere radicalmente del kantiano: lo a priori es lo pensado, no el pensar.

Este seguro y riguroso modo de filosofar, anclado en el fundamento real de la experiencia y vertebrado por contenidos y leyes necesarios, junto al redescubrimiento de la intencionalidad como peculiaridad de lo psíquico, llamó poderosamente la atención de Edmund Husserl, que decidió avanzar por esa vía que Brentano había esbozado sólo tentativa e imperfectamente. Y ese programa o método ya perfilado es propiamente la fenomenología.

Así pues, en el corazón de la fenomenología se halla el convencimiento de que en la experiencia pueden encontrarse verdades necesarias; o dicho de otro modo, que en la conciencia de nuestro vivir podemos descubrir —gracias a la intencionalidad— esencias y sentidos ideales e intemporales. Frente al naturalismo materialista o vitalista (de las ciencias naturales o de ideologías dominadoras) y al racionalismo que pretende imponerse ciegamente (como el hegeliano), pero también frente a la actual posmodernidad cínica, la fenomenología apuesta decididamente por la inteligibilidad y por la posibilidad del conocimiento suprasensible, tanto para comprender el mundo como para dirigir la vida. La fenomenología dedica todo su empeño a extraer esa inteligibilidad

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