CARACTERIZACIÓN PSICOPEDAGOGICA DEL NIÑO Y NIÑA DE 6 A 12 AÑOS CON RELACIÓN AL DESARROLLO VOCACIONAL Y MORAL
yelitzaldsg20 de Noviembre de 2011
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RUFINO BLANCO FOMBONA
Rufino Blanco Fombona (Caracas, 17 de junio de 1874- Buenos Aires, 16 de octubre de 1944) fue un importante escritor y político venezolano de fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Fueron sus padres Rufino Blanco Toro e Isabel Fombona Palacio. Los estudios primarios y medios los cursó en los colegios Santa María y San Agustín de Caracas. En 1889,
se graduó de bachiller e ingresó a la Universidad Central de Venezuela para estudiar derecho y filosofía; estudios que abandona al poco tiempo para ingresar en la Academia Militar (1891). En 1892, participa en la Revolución Legalista, tras lo cual viajó a Estados Unidos (1892-1895) como cónsul de Venezuela en Filadelfia. De regreso a Venezuela se incorpora como colaborador de El Cojo Ilustrado. En 1895, es publicado su primer escrito impreso, el poema Patria. En 1896 se desempeña como agregado de la Legación Venezolana en Holanda. Regresa a Venezuela en 1898 y al año siguiente, publica su primer libro Trovadores y trovas. En 1899 actúa como cónsul de Santo Domingo en Boston. Al tomar el poder Cipriano Castro el 23 de octubre de 1899, lo nombra secretario general del estado Zulia (1900); en Maracaibo publicó su panfleto De cuerpo entero.
Entre 1901 y 1904 fue cónsul de Venezuela en Ámsterdam, y de regreso al país fue designado como gobernador del territorio federal Amazonas en 1905. Durante esta gestión se opuso al monopolio del caucho que se llevaba a cabo en la región, lo que le costó ser acusado y detenido por un tiempo. En la prisión de Ciudad Bolívar, escribió una de sus novelas más conocidas El hombre de hierro. Luego de ser liberado vuelve a Europa donde vive entre 1906 y 1908. Derrocado el régimen de Cipriano Castro, ocupó como diputado, la Secretaría de la Cámara de Diputados. No obstante, al poco tiempo comenzó a realizar severas críticas al gobierno de Juan, que produjeron su encarcelamiento en La Rotunda por un año (1909-1910) y luego enviado al destierro hasta 1936. Como tantos escritores y artistas latinoamericanos de su generación su exilio lo llevó a vivir en París (1910-1914), y luego en Madrid (1914-1936). En España continuó su labor como escritor y fundó la casa editorial América (hacia 1916), pensada para la difusión de autores y de libros olvidados con prólogos detallados y notas ilustrativas. A este período pertenecen el panfleto antigomecista Judas capitolino (1912); 2 tomos de su diario La novela de dos años (1929) y Camino de imperfección (1933); varios estudios críticos como los que aparecen en Grandes escritores de América (1917) o en El modernismo y los poetas modernistas (1929); crónicas como las que se presentan en La lámpara de Aladino, o estudios históricos como El conquistador español del siglo XVI (1921). En 1928, su nombre fue propuesto para el otorgamiento del Premio Nobel de Literatura. Durante su permanencia en el exterior, ejerció diversos cargos públicos: cónsul del Paraguay en Toulouse (1918-1925), en Lyon (1927) y en Lérida (1928-1932). Restablecida la República en España (1931), se desempeñó como gobernador de las provincias de Almería (1932) y Navarra (1933). Dos años después de la muerte de Gómez (17.12.1935) regresa a Venezuela. En 1939, siendo presidente del estado Miranda, fue incorporado como individuo de número de la Academia Nacional de la Historia. Posteriormente, entre los años 1939 y 1941, fue ministro de Venezuela en Uruguay y sería Huésped de Honor del Gobierno de Cuba (1944). Los últimos años de su vida los dedicó al estudio de la figura de Bolívar, publicando los siguientes títulos: Bolívar y la guerra a muerte, El espíritu de Bolívar y Mocedades de Bolívar. Murió cuando viajaba por Argentina, por lo que sus restos fueron repatriados y enterrados en el Cementerio General del Sur, el 8 de diciembre de 1944. El 23 de junio de 1975 sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional de Venezuela.
Fue un escritor sin arrequives retóricos en sus novelas (El hombre de hierro; El hombre de oro), de pulso narrativo, descriptivo y modernista en su poesía (Trovadores y trovas; Canto de la prisión y del destierro), consciente y culto en el ensayo (El modernismo y los poetas modernistas; Grandes escritores de América).
EL CONQUISTADOR ESPAÑOL DEL SIGLO XVI
Este libro de Rufino Blanco Fombona es un estudio publicado en 1921 que consiste en que al estudiar al conquistador español equivale a examinar los orígenes de los latinoamericanos.
Blanco Fombona, que vivió largos años en España, conoció muy bien su patria adoptiva, en la cual llegó a ser gobernador en la provincia de Almería. En este Ensayo después de describir la España del siglo XVO, los valores prevalecientes en aquella época y las corrientes culturales del Renacimiento, busca los orígenes de los que realizaron la hazaña de la conquista para decirnos que, ayer como hoy, los grandes apellidos no fueron a América: se hicieron en el nuevo continente. Analiza las profundas contradicciones del alma ibérica, y en ella halla las raíces de las venezolanas, legadas por España como herencia cultural y racial. De ahí que esta obra sea tan útil al venezolano que está interesado en conocerse mejor a sí mismo.
(Caracas, 1874 - Buenos Aires, 1944) Escritor y diplomático venezolano, una de las figuras más destacadas del modernismo en su país.
Formado en Estados Unidos, marcado por las principales corrientes de pensamiento de su época (naturalismo, realismo, positivismo), elaboró una obra en la que alternan poemas y prosas, novelas y ensayos que se caracterizan por una firme voluntad de transformar su país e Hispanoamérica mediante el cultivo de la inteligencia y el conocimiento. Su obra entronca en este aspecto con las del argentino D. F. Sarmiento, el cubano J. Martí, el ecuatoriano J. Montalvo, el peruano M. González Prada y el puertorriqueño Eugenio María Hostos.
Miembro de una familia de rancio linaje, entre sus ancestros se contraban conquistadores españoles y próceres de la Independencia, juristas, diplomáticos y escritores notables. Sus padres, Rufino Blanco Toro e Isabel Fombona Palacio, le transmitieron desde su niñez la conciencia de pertenecer a una clase de venezolanos que tiene la obligación de intervenir política y culturalmente en la vida del país.
Después de cursar estudios elementales y medios en los colegios Santa María y San Agustín de Caracas, graduándose de bachiller en 1889, y de iniciar estudios de Derecho y Filosofía en la Universidad Central de Venezuela, Blanco Fombona tomó la decisión de ingresar en la Academia Militar. Con apenas dieciocho años, intervino en la Revolución Legalista (1892) e inició su andadura al servicio del Estado: ese mismo año partió a Estados Unidos para asumir su primer cargo diplomático como cónsul en Filadelfia, y desde Filadelfia envió el poema "Patria" a un concurso destinado a celebrar el centenario del nacimiento de Antonio José de Sucre, obteniendo el primer premio. A su regreso a Caracas, en 1895, se sumó al equipo de colaboradores de la revista El Cojo Ilustrado.
En 1899 apareció publicado en Caracas su primer libro de creación, Trovadores y trovas, en el que reunió poemas y prosas, y al año siguiente su primera obra narrativa, el libro de relatos Cuentos de poeta, al que siguió, en 1904, Cuentos americanos. En ese mismo año publicó Pequeña ópera lírica, que marcó el inicio de su madurez poética y que fue saludado por Rubén Darío, quien firmó su prólogo.
De estos dos primeros libros de poesía extrajo y publicó en París, en edición bilingüe, una selección:Au-delà des horizons. Petits poèmes lyriques (1908), y simultáneamente dio una primera recopilación de sus artículos publicados hasta la fecha, Letras y letrados de Hispanoamérica. Para escribir su primera novela, El hombre de hierro (1907), tuvo que vivir la cárcel en Ciudad Bolívar, adonde le condujo su decidida y temeraria actuación, como gobernador de la región amazónica, contra el monopolio del caucho.
Cuando Juan Vicente Gómez dio el golpe de estado que lo llevó al poder, no vaciló en pedir ayuda al ejército de Estados Unidos, que envió buques de guerra a los principales puertos del país. Blanco Fombona, quien a la sazón era secretario de la Cámara de Diputados, consideró que este acto entrañaba una inadmisible violación de la soberanía del estado venezolano, y así lo argumentó en una carta de protesta. Ello le valió ser desterrado del país, al que no pudo volver durante veintiséis años.
Vivió este largo exilio primero en París (1910-1914), ciudad con la que mantuvo estrechos lazos durante toda su vida, y posteriormente en Madrid (1914-1936). De lo mucho realizado por Blanco Fombona durante esta segunda etapa, cabe destacar no sólo libros suyos fundamentales, como el libelo antigomecista Judas capitolino (1912); los poemariosCantos de la prisión y del destierro (1911) y Cancionero del amor infeliz (1918), escrito con motivo del trágico suicidio de su joven esposa; los libros de relatosDramas mínimos (1920) y Tragedias grotescas (1928), y las novelas El hombre de oro (1915), La mitra en la mano (1927), La bella y la fiera (1931) y El secreto de la felicidad (1933), sino también sus actividades como editor al frente de la Editorial América.
También en estos años cobra cuerpo uno de sus proyectos más caros: reivindicar la dimensión literaria y política de la obra de Simón Bolívar, de quien editó las Cartas (1913, 1921, 1922) y los Discursos y proclamas (1913), así como una recopilación de ensayos sobre el Libertador en la que aparecían reunidos por primera vez textos de Juan Montalvo, José Martí, José Enrique Rodó, entre otros (1914).
Cuando regresó a Venezuela, a pesar
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