CARL ROGERS

CARL ROGERS – PSICÓLOGO HUMANISTA

Pedagogía y Psicología, Como se sabe, estas dos ciencias van de la mano en lo que se refiere a los constructos manejados en ambas, estos se coordinan para dar el mejor uso a esa parte, así la Pedagogía y la Psicología utilizan sus prácticas basadas todas en teorías comprobadas para la realización completa del ser humano, como persona única.

Se intenta dar una explicación básica y pequeña pero no por eso carente de información exacta a cerca de los puntos principales de la obra de este célebre autor del siglo XX.

Rogers describe todas aquellas características que surgen en el cliente durante el proceso de la terapia, las cuales son: llegar a ser el mismo y mostrarse tal cual es; descubrir, describir y vivenciar sus propios sentimientos, siendo consciente de ellos; además adquirir una confianza en su propio organismo; reconocer que él posee la capacidad de elegir sus opciones

“La vida buena es un proceso, no un estado del ser.

Es una dirección, no un destino”.

(Carl Rogers 1961). Esto quiere decir que toda persona es responsable de tomar sus propias decisiones sin ser manipulados por otros.

El autor se enfoco principalmente en la Psicología de donde construyó diferentes conceptos a cerca de esta ciencia, de la cual se desprendieron otros con mucha importancia dentro del campo de la Pedagogía.

Durante su carrera profesional, Rogers siempre ejerció la terapia. Su teoría de la personalidad se origina y forma parte de sus métodos e ideas en torno a la terapia. Su método se basaba en las tendencias del individuo al crecimiento, la salud y la adaptación. La terapia representaba un medio para permitir al cliente que recuperara su curso normal de desarrollo, para lo cual insistía más en las emociones que en el intelecto y más en las situaciones vitales inmediatas que en el pasado. Empleaba la palabra cliente en vez de paciente por la diferencia muy marcada de conceptos. “Paciente”, define a una persona que padece una enfermedad y requiere ayuda profesional mientras que la palabra “cliente” hace referencia a una persona que tiene problemas, pero que poseen una capacidad innata para entender su situación. Esta diferencia de conceptos están marcando las bases de una corriente psicológica muy famosa llamada:

Humanismo : “Estudia el aprendizaje, su meta común es enfocar lo que significa el existir como ser humano, una filosofía de la vida que sitúa al hombre, la humanidad, la naturaleza y el universo como un TODO armónico, coherente y perfecto.”

La terapia sirve a la persona para resolver sus dilemas con una intervención mínima por parte del terapeuta, en donde el cliente, a través de sus propios recursos podía resolver la situación problemática en su vida.

Cabe mencionar que dentro de esta teoría menciona que las personas se definen a sí mismas mediantes la observación y la evaluación de sus propias experiencias. El “yo” o “self” es un proceso continuo, no una cosa inmutable y

estable, que se constituye a través de cambios positivos en un crecimiento natural.

Los términos congruencia e incongruencia denotan el grado de equilibrio el grado de equilibrio entre la comunicación, la experiencia y la conciencia. El ser humano debe de ser congruente, es decir, debe tener un mismo concepto de sí mismo y sus actos, todos guiados hacia un mismo fin.

Según Rogers un individuo debe tener una conciencia de sus emociones, y para él un ser humano sano y completo consistía en un individuo en proceso, es decir, que va cambiando constantemente.

CONCLUSIÓN

Podemos definir a Carl Rogers como un fundador de la corriente humanista, la cual intentaba hacerle notar al ser humano sus propias armas para enfrentarse a su yo ideal, de modo que pudiera transportarse al yo real.

Por

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