CREATIVIDAD Y COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

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NOMBRE: GUILLERMO OLIVER HERNÁNDEZ MARTÍNEZ

MATERIA: CREATIVIDAD Y COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

PROFESOR CALIFICADOR: CARMINA GUDIÑO NUÑEZ

PROGRAMA: LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA PARA

EJECUTIVOS

FECHA: 09/FEBRERO/2020

En la cuarta semana de clases, se nos solicita como tarea individual, la elaboración de un relato a partir de dos referencias de capítulos del libro “comunicación en un mundo cambiante”. Estas son:

• De qué manera influye la comunicación con los demás en la imagen que tenemos de nosotros mismos y cómo afectará esto la manera en que nos comunicamos y.
• La influencia de la cultura y del género en las relaciones interpersonales.

A continuación, a partir de estas afirmaciones, presento los siguientes relatos.

Había una vez, en una gran ciudad donde la vida era acelerada y se percibía como positivo siempre tener cosas que hacer, la familia Urquidi compuesta por Gabriela, una exitosa mujer de negocios con un trastorno obsesivo compulsivo y Omar, un alto ejecutivo de la compañía en la que laboraba por su forma tan estricta de pensar y llevar acabo las cosas.

La pareja tenía 5 años de casados, cada uno enfrascado en sus vidas profesionales.  Un día decidieron expandir la familia teniendo un solo hijo, después de intentarlo por varias ocasiones, por fin lograron traer al mundo al pequeño Raúl, nombre con el que bautizaron a su primogénito.

Raúl, que siempre tuvo una educación estricta, en los mejores colegios, con los mejores maestros y con el insistente discurso de sus padres sobre la perfección que tenía que lograr, adoptó una forma de comunicarse seria y profesional en todos los ámbitos en los que se desenvolvía, desde muy pequeño, las personas a su alrededor se refería hacia él como “el pequeño adulto”, además de comunicarse de forma seria con él, sus compañeros de escuela lo veían como el fenómeno que utilizaba palabras “raras” que no entendían.

Con el paso del tiempo, y después de muchos tropiezos en la vida social de Raúl, se dio cuenta de que las personas se comunicaban con él como si fuera un crítico de las acciones o palabras que utilizaban, aunque Raúl sabía que esto no podía estar más alejado de la realidad, llegó el momento en el que él se sentía una especie de juez, y que las personas se cohibían al estar a su alrededor, él pensaba que no eran ellos mismos; esta situación lo incomodaba bastante, ya que siempre intentaba ser la persona más empática y comprensiva para que lo trataran como un amigo y no como el juez que va a criticar todo a su alrededor.

Después de mucha frustración, y con el fin de sentirse aceptado por los demás, Raúl comenzó a quedarse callado y no expresar lo que pensaba o sentía para no sentirse como “el juez”, esto, con el paso del tiempo fue desgastando las relaciones personales que él tenía porque cambiaba de actitud por cuidar la opinión de los demás y no su integridad.

El relato anterior hace referencia a la primera afirmación, a continuación, presento el segundo relato.

Érase una vez una pareja de recién casados compuesta por Mario, que venía de una familia México-americana en donde su madre se hacía cargo de todas sus necesidades, dado que era divorciada; y Fátima, una joven Mexicana que venía de una familia muy tradicional, donde se le habían inculcado hábitos que se consideraban de una “buena mujer”, como hacer la comida cuando el marido la solicitaba, tener toda la ropa limpia y planchada, a los niños bien educados y bien vestidos etc. Mario, por otro lado, aprendió desde pequeño a ser autosuficiente porque así lo había educado su mamá, una mujer que era independiente y creía firmemente en la equidad de género.

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