Cabaña Cristiana

LA CABAÑA CRISTIANA

En la edad media se expresaba la continuidad de las modificaciones impresas en un entorno, es por eso que no que podía hablar de una obra arquitectónica como un objeto abstracto sino más bien algo que era parte de una continuidad y que se extendía en el tiempo y espacio.

La cabaña cristiana a diferencia de la clásica, que era aislada, se enlazaba con otras construcciones y se prolongaba en ellas, presenta una cualidad de expansión orgánica y sus edificios eran articulados. En las catedrales, monasterios, castillos y casas aparecía el mismo carácter temporal que se oponía al sentido clásico.

Esta relación se aprecia en las transformaciones urbanas, en las tipologías edificatorias y en la elación que existe entre la iglesia y la ciudad, dado que los edificios del medioevo tienen como función el organismo ciudadano, que manifiesta la tendencia de desarrollo urbano y resalta el perfil de la ciudad.

La basilica paleocristiana es el principio tipológico de los templos cristianos, su origen esta en la basilica romana aunque se piensa que tiene influencia stoa griega, el espacio basilical es el resultante de la cubrición del espacio que media entre dos stoas que se enfrentan.

Al comparar una iglesia cristiana actual y una basilica romana se encuentran pocos elementos que las diferencien a parte de la escala, pero ellos significan una palabra nueva en la idea y planteamiento del problema espacial.

La basilica romana es simetrica respecto a sus dos ejes, columnata frente a columnata, ábside frente a ábside por lo que crea un espacio con un centro preciso y único.

Los arquitectos cristianos suprimen un ábside y desplazan la entrada al lado menos para romper la simetría del rectángulo y deja solo el eje longitudinal haciendo de el la directriz del camino humano. La concepción del plano y espacio tiene una medida de carácter dinámico y es la trayectoria del observador. Es aquí donde aparecen el espacio basilical o la nave, stoas o naves laterales, la exedra que pasa de forma geométrica a forma funcional, llamada ábside y cuando se amplia se llama cabecera absidal o comúnmente presbiterio.

La separación del espacio basilical y cabecera se reduce a un estrechamiento de la embocadura de unión y a la definición de u plano; el llamado arco triunfal que engarza las piezas y las hace dialogar entre si.

En otras basílicas el arco triunfal se desdobla en dos, uno que da fin al espacio basilical y otro que indica el espacio absidal. Esto determina un espacio nuevo llamado transepto que transversaliza la direccionalidad continua de la basílica, se circunscribe a el ancho del espacio basilical pero se prolonga de manera que abarca el ancho de las laterales, lo que constituye a una nave transversal.

La basilica paleocristiana basa su espacio en la directriz humana, el mundo cristiano se apoya en un

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