Cartas a una joven psicóloga

Cartas a una joven psicóloga.

Capítulo 1 y 2.

El primer capítulo trata sobre cómo en la psicología todos tienen diferentes opiniones sobre lo que realmente es, a lo cual pienso que es muy interesante, ya que siempre es bueno saber lo que piensan otras personas respecto a un tema, el ejemplo que pone es sobre la gente que cree que no existe el inconsciente, y que realmente todo lo que nos pasa en la mente es producto de las decisiones que tomamos en la vida.

Como entre los psicólogos, psiquiatras y psicoanalistas siempre ha habido esta guerra interna por sus diferentes pensamientos y sus diferentes formas de querer curar los problemas mentales, algo interesante que dice es que tal vez un psicólogo lo que necesita es ser su propio paciente para poder encontrar una solución, así podrás actuar de manera más empática, más humana.

Menciona a Freud, como él atribuía a los poetas el descubrimiento del inconsciente, pero esto no debía de quitar valor a sus descubrimientos, al contrario, es muy claro cómo hay un antes y un después de él en la psicología.

En el segundo capítulo sigue mencionando a Freud y el cómo se empezó a ver desde otro punto de vista el drama humano, que la neurosis viene desde nuestra infancia y está relacionado con nuestros primeros amores, o desamores, el hecho de que solemos ocultar nuestros más profundos miedos a lo más profundo de nuestra mente, reprimiéndolos, dándole entrada al inconsciente, gobernando nuestros sentimientos y así las consecuencias de nuestros actos.

Después de varios casos que llevó a cabo, se dio cuenta que era mejor dejar la hipnosis y decidió que la mejor forma de tratar al paciente era estando despierto.

Lo más interesante de este capítulo,en mi opinión, que ya vendría siendo casi la parte final, es el como inconscientemente todo lo que soñamos está relacionado con nuestros deseos, para él fue muy difícil darse cuenta de eso, ya que al no poder psicoanalizar a Freud, él tenía que enfrentarse a sus propios problemas, y el ejemplo que pone es como soñaba que moría su hermano menor, hasta que se dio cuenta que era algo que deseaba.

Y ahora si la parte final habla de cómo el mismo inconsciente puede llegar a traicionarnos, al hacer cosas que en realidad luego no queremos hacer, la más común es cuando decimos cosas que en realidad no queríamos decir, pero al final de cuentas de eso se trata, de cometer acciones que, que vaya la redundancia, no lo hacemos de manera consciente.

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