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Cinco conferencias de psicoanalisis

Camila TuninettiApuntes1 de Noviembre de 2016

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Cinco conferencias de psicoanálisis

Primera conferencia

Mientras que Freud estaba estudiando la carrera de medicina, dando sus últimos exámenes, Josef  Breuer empleo por primera vez el psicoanálisis en una muchacha histérica. Este material estaba expuesto en “estudios sobre la histeria”, y fue escrito por ambos.

La paciente del doctor Breuer era una muchacha de 21 años muy inteligente que padecía de una seria de perturbaciones físicas y psíquicas, como una parálisis rígida en la pierda y el brazo derecho, acompañada de anestesia, que temporalmente atacaba a los miembros del lazo izquierdo, perturbaciones en los ojos y diversas alteraciones de la visión, dificultades en mantener erguida su cabeza, repugnancia hacia los alimentos, una incapacidad para beber, a pesar de tener mucha sed, minoración de la facultad de expresión, que llegaba hasta la perdida del habla, no entendía la lengua materna, estados de ausencia, enajenación, delirios y alteración en toda su personalidad. Cuando un cuadro con tales características se presentaba en un individuo joven del sexo femenino, cuyos órganos vitales internos no mostraban ninguna anormalidad, pero que había pasado por conmociones anímicas, y cuando los síntomas aislados se diferenciaban de la forma en que generalmente se presentaban en determinadas dolencia orgánicas en ciertos caracteres sutiles, se trataba indudablemente de una histeria, ya que esta patología podía fingir toda una serie de síntomas de una grave enfermedad. No siempre era fácil distinguir una histeria de una dolencia orgánica grave.

En este caso, la histeria comenzó cuando la sujeto se encontraba cuidando a su padre, al que amaba tiernamente, y quien murió mas tarde a causa de dicha dolencia y debido a su propia dolencia la muchacha debió separarse de su padre enfermo.

La paciente en sus estados de ausencia y de alteración psíquica, acostumbraba a murmurar palabras y Breuer, una vez que lograba hipnotizarla, se las repetía y así descubrió que se trataban en fantasías diurnas, que había tenido mientras cuidaba a su padre, luego quedaba como libertada y seguí con su vida normal durante unas pocas horas, hasta que caía nuevamente en sus estados de ausencias. Solo entendía el ingles. Con este método se lograba  hace cesar determinados síntomas, siempre que la paciente recordaba con que motivo y en que situación habían aparecido por primera vez, y si se acompañaban de manifestaciones afectivas. No tomaba agua, solo comía frutas.

En su primera hipnosis comenzó a relatar, que un día entro al cuarto de su institutriz (inglesa), a la que le tenía un gran afecto y vio como un repugnante animalito estaba bebiendo agua de un vaso y del asco que le causo este hecho.

Cuando se despertó del estado hipnótico tomo un vaso de agua y desde ese momento desapareció por completo la perturbación, que le impedía beber. Breuer investigo que así se podían suprimir todos los demás síntomas que aquejaban a su paciente. Todos sus síntomas se habían originado como residuos o de precipitados sucesos saturados de afecto, o de traumas psíquicos. Cada uno de los síntomas se hallaba en una relación directa con la escena traumática, a la que se debía el origen de su enfermedad, por lo tanto los síntomas se hallaban determinados por aquellas escenas, cuyos restos se representaban en su memoria.

Pero no siempre era un único suceso el que dejaba tras de si, el síntoma, sino numerosos y análogos traumas repetidos, que se reunían para producir tal efecto. Toda esta cadena de recursos patógenos tenia que ser reproducida bajo la hipnosis en un orden cronológico, pero inverso.

Todas las impresiones patógenas provenían de la época en que cuidaba a su padre enfermo. Una vez se despertó durante la noche llena de angustia debido a que su padre tenia fiebre alta, estaba esperando al medico cirujano que iba a operar a su padre, su madre no estaba y ana que estaba sentada junto a la cama de su padre con el brazo derecho apoyado en el respaldo de la silla, cayo en un estado de sueño despierto y vio como de la pared avanzaba una serpiente negra, que se disponía a morder a su padre. La muchacha quería apartar al reptil, pero se sintió paralizada, su brazo derecho se había quedado totalmente dormido, anestesiado y cuando lo miro, sus dedos se transformaban en serpientes pequeñas, y cuando la alucinación ceso quiso rezar pero no recordaba ninguna oración en ningún idioma, y a parir de ese momento quedo inhabilitada para pensar o hablar en otro idioma, que no fuera el ingles. Cuando el recuerdo de dicha escena, durante una seria de sesiones, ceso por completo la parálisis de su brazo derecho.

Los enfermos histéricos sufrían de reminiscencias.

Gracias al estudio de los fenómenos hipnóticos, Breuer y Freud llegaron a la conclusión de que en el mismo individuo podían coexistir varias agrupaciones anímicas, que podían permanecer hasta cierto punto, independientes entre si que no sabían nada, las unas de las otras y que se atraían de forma alternativa hacia la conciencia. En ese desdoblamiento de la personalidad permanecía un estado ligado a la conciencia, mientras que el otro estado permanecía separado de ella, se trataba de una doble conciencia. Breuer tenia la hipótesis de que los síntomas histéricos surgían de tales estados anímicos y los denominó “estados hipnoides”, además aquellas excitaciones, que se producían cuando el sujeto se encontraba en el estado hipnoide, se hacían muy fácilmente patógenas y eran las que originaban los síntomas.

Allí donde perduraba un síntoma existía una amnesia, una laguna del recuerdo y el hecho de llenar esta laguna traía consigo la desaparición de las condiciones del origen de los síntomas.

La teoría de Breuer de los estados hipnoides había resultado superflua, incompleta e insatisfactoria para Freud para la explicación de los fenómenos observados y la había abandonado en el psicoanálisis actual.

Segunda conferencia

Mientras que Breuer aplicaba la terapia de la hipnosis en la muchacha histérica, Charcot realizaba sus investigaciones sobre la hipnosis en la clínica de Salpetriere de Paris. Freud fue discípulo de Charcot entre los años 1885 y 1886.

Janet, que también era discípulo de Charcot, afirmaba que la histeria era una forma de alteración degenerativa del sistema nervioso, se trataba de una debilidad innata para la capacidad de síntesis psíquica, que tendía hacia la disociación.

El tratamiento catártico, que había utilizado Breuer, tenia por condición sumir al enfermo en una profunda hipnosis, mediante la cual el enfermo podía llegar al conocimiento de los sucesos patógenos relacionados con sus síntomas, conocimiento que se le escapaba en su estado normal. Freud comprobó que la hipnosis no era un método valido para todos los pacientes y decidió prescindir de el, entonces comenzó a trabajar con sus pacientes en estado normal, les colocaba sus anos en la frente de ellos y les ordenaba recordar. Los enfermos le revelaban todo lo necesario para la reconstrucción del enlace entre las escenas patógenas olvidadas y los síntomas,  ya que los síntomas eran como residuos de dicha escenas. Este método resultaba agotador, pero gracias a el se logro confirmar, que los recuerdos olvidados no habían desaparecido  por completo, sino que se encontraban dispuestos a surgir mediante la asociación de recuerdos no olvidados, sin embargo existía una fuerza que se oponía a recordarlo y los obligaba a permanecer en forma inconsciente. Esta fuerza era la que mantenía el estado patológico y se manifestaba como una resistencia por parte del enfermo.

La idea de la resistencia, permitió a Freud fundar la concepción de los procesos psíquicos de la histeria y afirmaba que para reestablecer al enfermo era necesario suprimirla. Las fuerzas que se oponían a que lo olvidado se hiciese conciente en el enfermo, en calidad de resistencia, tenían que ser las mismas, que anteriormente habían producido tal olvido, y expulsado a los sucesos patógenos de la conciencia. A este proceso le dio el nombre de represión y se manifestaba por la innegable aparición de la resistencia. El motivo de la represión era la incompatibilidad de esa idea con el yo y de las aspiraciones éticas del enfermo.

En esta conferencia Freud cito a un caso, que se refería a una muchacha, que había perdido a su padre, a quien amaba, se había dedicado a cuidarlo durante su enfermedad y empezó a sentir una especial simpatía hacia su cuñado, sentimiento que le fue fácil ocultar, detrás del natural cariño familiar.

Cuando la paciente se encontraba con su madre de vacaciones, su hermana se enfermo y se murió y cuando vio a su hermana muerta pensó: “ahora el esta libre y puede casarse conmigo”; pero esta idea cayo rápidamente a la represión. La muchacha enfermo presentando graves síntomas histéricos, entonces comenzó un tratamiento con Freud y pudo recordar la escena y reproducir el momento patógeno, dando muestras de una inmensa emoción y quedando curada por completo.

Janet sostenía que el desdoblamiento psíquico se derivaba de una insuficiencia innata del aparato anímico para la síntesis, mientras que para Freud el desdoblamiento psíquico se debía al conflicto de fuerzas encontradas. Breuer ya había descubierto la conexión entre los síntomas y los sucesos patógenos o traumas, pero para Freud había que prescindir de la hipnosis para poder observar las resistencias, las represiones y para adquirir un conocimiento exacto del verdadero proceso patógeno.

En los enfermos neuróticos, la represión fracasaba, y si bien se había expulsado a la idea intolerable de la conciencia y de la memoria, ahorrándose, aparentemente, una gran cantidad de dolor, sin embargo el deseo reprimido perduraba en el inconsciente, esperando la ocasión de ser activado y cuando esta oportunidad surgía enviaba a lo conciente una formación sustitutiva disfraza de lo reprimido, a la que prontamente se enlazaban sensaciones displacientes. El producto sustitutivo de la idea reprimida era el síntoma, o sea que aparecía un padecimiento; y para la curación, era necesario que el síntoma sea conocido de nuevo y por los mismos caminos, hasta alcanzar la idea reprimida, ya que cuando se integraba lo reprimido a la conciencia, labor que solo se conseguía con el vencimiento de las resistencias, se podía hallar, gracias a la ayuda del analista, una mejor solución, en vez de la represión. El enfermo podía convencerse de que había rechazado injustificadamente al deseo patógeno, o podía sublimar, o sea dirigir este deseo hacia un fin mas elevado o conseguir su dominio conciente.

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