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Conflictos


Enviado por   •  1 de Abril de 2014  •  1.939 Palabras (8 Páginas)  •  175 Visitas

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La guerra no está asociada con pobreza o con narcotráfico": experto

Por: PEDRO MIGUEL VARGAS | 5:50 a.m. | 18 de Enero del 2012

Conflicto armado

Foto: EL TIEMPO

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Así lo afirma Camilo Azcarate, un colombiano experto en resolución de conflictos y negociaciones.

El presidente Andrés Pastrana propuso en una entrevista con ELTIEMPO.COM que una eventual negociación con las Farc debería llevarse a cabo en el exterior y en secreto.

Numerosas opiniones se han dado al respecto. ELTIEMPO.COM entrevistó a Camilo Azcarate, académico colombiano experto en resolución de conflictos y negociaciones y que actualmente labora en los servicios de mediación del Banco Mundial, quien opina sobre el conflicto colombiano y la mejor forma de resolverlo.

Para Azcarate, la mejor forma de resolver la violencia en Colombia es mediante el método de Resolución Interactiva de Conflictos, el cual fue aplicado en Irlanda y Sudáfrica con resultados positivos.

¿Cuáles son las causas del conflicto colombiano?

Camilo Azcarate: Hay una deficiencia en el diagnóstico del conflicto. Nosotros hemos estado identificando el conflicto colombiano de una manera errónea, que la guerra está asociada con la pobreza o con el narcotráfico. Lo cierto es que no hay correlación entre pobreza y violencia. La gente realmente pobre no tiene plata para hacer la guerra que hacemos los colombianos. El narcotráfico le ha permitido a las partes financiar el escalamiento de la guerra en las últimas décadas. Pero el conflicto colombiano existía ya, con altos niveles de crueldad, mucho antes de que el narcotráfico entrara a la escena. En los 60 se usaba como explicación del conflicto Colombiano la guerra fría y antes de eso el famoso "partidismo".

Todos esos factores (pobreza, partidismo, guerra fría, narcotráfico) están asociados al conflicto, pero no su causa. Reconocer eso es muy importante.

La causa más profunda yace en que grupos completos de la sociedad colombiana, en todos los niveles y espectro político, han visto amenazadas o negadas necesidades básicas (como la seguridad o la inclusión) y han tratado de satisfacer esas necesidades usando métodos que amenazan las necesidades de otros. Cuando eso ocurre, se cae en una verdadera trampa colectiva de la cual todo el mundo termina siendo víctima.

Colombia ha caído una y otra vez en este tipo de trampas. Durante la violencia algunos usaron los medios y las fuerzas del Estado para atacar a miembros de otros partidos. Ese fue un error mayúsculo puesto que deslegitimó, al menos en parte, al Estado mismo. La reacción produjo el escalamiento desastroso que le cobró la vida a cientos de miles de colombianos y produjo el conflicto como lo conocemos hoy.

Hace más de una década alguien me pregunto qué podría hacer un Presidente de la República para empezar a bajar la intensidad del conflicto. Mi respuesta sería la misma hoy en día: reconocer que los medios del Estado fueron usados ilegítimamente en el pasado y asegurarse que en el futuro las necesidades de seguridad de los colombianos (que son su responsabilidad) no justifiquen el uso ilegitimo de esos medios. Si se pierde la legitimidad del Estado, se pierde el rumbo.

Sin embargo, cambiar en el futuro no es suficiente. También hay que sanar el pasado si se quiere resolver el problema. Reconocer que se cometió un error, pedir perdón y tratar de resarcir el daño requiere mucha humildad, pero no hay otra salida de la trampa. El presidente, como representante del Estado, puede dar un gran ejemplo a los colombianos reconociendo que las fuerzas del Estado fueron usadas en el pasado de manera ilegitima y que eso fue un error. Eso no lo haría mas débil; al contrario, el verdaderamente fuerte es aquel que reconoce errores y trata de enmendarlos.

Allí es cuando comienza el cambio. Muchos se preguntaran: ¿Por qué tiene el presidente que excusarse cuando las guerrillas o los paras no? Porque cuando uno comete un error uno pide perdón por lo que uno hizo, independientemente que otros lo hagan o no. Los otros tienen que vivir con sus conciencias. Ellos verán si tienen la fortaleza de también reconocer sus errores. Excusar nuestros errores por los errores ajenos es solo eso, una excusa.

¿Cómo afectaría al conflicto un discurso de perdón por algo que pasó hace más de 50 años?

C.A.: Funcionaría porque es lo correcto. El conflicto actual es el resultado de lo que pasó entonces. No se puede separar. Sólo sanando el pasado se puede cerrar esa puerta. Y las relaciones solo comienzan a sanarse cuando nos sobreponemos a nuestras inseguridades, aceptamos nuestros errores y pedimos perdón.

La gente tiene muchos mitos respecto al conflicto colombiano. Primer mito: ver 'La violencia' como algo ajeno, cuando fueron los mismos colombianos matándose mutuamente. Eso nunca ha sido sanado. 300 mil personas murieron entre el 46 y el 59. La sociedad no los ha procesado porque son parte del conflicto actual.

Segundo mito: que era parte de la Guerra fría. El conflicto empezó antes de que empezara la Guerra fría y no terminó cuando esta terminó.

Tercer mito: el narcotráfico. Creer que el conflicto existe porque existen las drogas. El narcotráfico les ha dado recursos a las partes para escalar el conflicto, pero no es su causa.

Los colombianos vamos de una excusa a otra para no reconocer lo que hay debajo de eso: los odios y resentimientos generados porque las partes han atentado contra las necesidades básicas del otro. Tanto la guerrilla como los paramilitares son el producto de las acciones del otro.

Por ejemplo, cuando 'Tirofijo' no fue a la mesa de diálogos en el 99, eso

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