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“Constitución de la Subjetividad”


Enviado por   •  3 de Mayo de 2019  •  Resúmenes  •  12.782 Palabras (52 Páginas)  •  235 Visitas

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       “Constitución  de  la

            Subjetividad”      

 SUBJETIVIDAD

      Subjetividad es lo propio del ser humano en singular. Se construye en la trama subjetiva, desde las experiencias infantiles tempranas, en la relación obligada con los vínculos humanos. Los mismos son producidos y a su vez producen la subjetividad.

      La construcción de la subjetividad es un proceso continuo e implica una relación de objeto en la realidad psíquica del sujeto. El sujeto en particular es producto del vínculo intersubjetivo y al mismo tiempo productor de subjetividad. La subjetividad se conforma en relación con la subjetividad de los otros. Es lo que se intercambia entre los sujetos.

      La noción de sujeto viene de sujetar, de estar atado al mundo de la cultura, pero paradógicamente se pide al mismo que logre individualidad, respuestas propias y personales.

      El diccionario de la Real Academia Española en su última edición dice que el sujeto es la persona innominada. Se utiliza esa voz cuando no se quiere aclarar de quién se habla o cuando se ignora su nombre. En la acepción como adjetivo, significa expuesto o propenso a una cosa.

      Lo propio del sujeto es lo subjetivo, depende de él, y tiene valor para un solo individuo. Es subjetivo lo que no es necesario, ni universal y se opone al objeto y a los otros individuos. Es lo que “aparece” o se le “parece” al sujeto y puede ser irreal, ilusorio, lo que solamente existe en la imaginación o en el pensamiento.

      Desde la perspectiva del psicoanálisis, podemos analizar diferentes concepciones desarrolladas a través del tiempo, según sus encuadres teóricos. El iniciador de esta perspectiva psicoanalítica fue Sigmund Freud, que consideró al mismo desde tres significaciones para denominar al sujeto:

*Sujeto sujetado, subordinado, descentrado de su eje, en la medida en que está condicionado, determinado por su inconsciente.

*Sujeto dividido, lugar de ruptura, no hay síntesis ni unidad. Lo que Freud caracteriza como sujeto es la división: consciente, preconsciente e inconsciente

*Sujeto exigido, a partir del orden simbólico. En función de esa interpelación adquiere su lugar; primero es hijo, luego padre; primero hija, después madre.

      Estas tres significaciones de sujeto desde Freud, cuestionan al sujeto de la ciencia como fue considerado en la modernidad. Cuestionan su unidad, su centro. Su propuesta es totalmente distinta de la que se entendía hasta ese momento.

      El sujeto desde Freud aparece comprometido en un lugar dentro del universo simbólico. La preexistencia de este orden se escenifica en el triángulo edípico en el que tiene un lugar determinado. La constitución del sujeto sigue el recorrido desde la especularidad (relación dual con la madre) al registro triádico, que posibilita su ingreso a o simbólico.

      En torno a estas cuestiones fundamentales que hacen a la subjetividad, se encuentra el universo simbólico que hace de soporte. Puesto que antes de nacer el bebé tiene un lugar que lo espera, pilar transubjetivo que posibilita su localización.

      El sujeto está superado desde lo transubjetivo como desde lo intersubjetivo. Tendrá que adueñarse de un lugar para poder subjetivarse.

      Melanie Klein, principal exponente de la escuela inglesa del psicoanálisis, pone el acento en las relaciones objetales en la construcción del sujeto. Lo intrapsíquico es lo prevaleciente, estableciéndose una lucha entre los impulsos de vida y de muerte. Las primeras relaciones son con objetos parciales y progresivamente se llega a una mayor conformación que posibilita la relación con el objeto total. En el equipamiento de la construcción representativa el acento está puesto en lo intrasubjetivo.

      El empleo del término subjetividad en psicoanálisis abre una serie de interrogantes: ¿a qué nos referimos cuando hablamos de subjetividad?, ¿es una manera de aludir a los procesos de constitución psíquica?, ¿se trata de algo más?, ¿cómo concebimos la subjetividad?, ¿Cómo un proceso, un estado, una posición, una afirmación de sí? Estudiando los diferentes planteos en el desarrollo del psicoanálisis, se puede concluir que existen dos perspectivas:

a-Algunos psicoanalistas toman la idea de subjetividad como resultado de los procesos de significación e interpretación por parte de otro significativo. En esta postura se hallan los que consideran que el psiquismo se constituye muy tempranamente y ponen el acento en la dimensión intersubjetiva de las problemáticas psíquicas.

b-Otros psicólogos consideran la dimensión subjetiva desde el sostén de las ciencias del lenguaje, destacándose en estas teorías la articulación del sujeto al discurso. En este caso el lenguaje constituye la condición de subjetividad, es decir que en el lenguaje se encuentra la matriz de la subjetividad.

      Si bien para algunos autores existe un psiquismo fetal, para otros se podría afirmar que la vida psíquica se inicia con el encuentro fundamental del recién nacido con su madre. Este acontecimiento entre madre e hijo confronta al hijo con un discurso que se le impone, el cual, aunque lo rechace, será parte de su historia. Cuando el bebé escucha a su madre se impregna de sentidos de lo que oye. Esto sucede antes de comprender la significación.

      El bebé es pensado, hablado, deseado por sus progenitores que lo incluyen en sus historias, marcadas por la cultura. En los comienzos de la vida, se nutre de una serie de afectos y entiende de lo que recibe de la madre es también una respuesta de lo que él le da. Cuando finalmente deviene el yo, niño puede pensar sus propios pensamientos, guardar sus secretos, mostrar sus diferencias y garantizarle a la madre que ha cumplido su misión.

      En este sentido, cuando se habla de la función fundamental de una madre o función materna, el trabajo fundamental es que su bebé viva y persevere en ello; no lo hace sólo con el amamantamiento sino que sostendrá al mismo como ser que se siente vivo. Estar vivo implica el plano biológico, y sentirse vivo el plano psicológico, lo cual involucra el poderse envolver en una zona de juego crecida entre madre e hijo que eventualmente también se ocupa de contener y dar sentido a dichos juegos. Por ejemplo, si una madre puede jugar a que es el bebé quien hace el pezón y no ella la que se lo da, o si sabe jugar a que no está cuando el mismo bebé transforma una espátula en un juguete para percutir, hace su gran aporte para que el pequeño, movilizando su espontaneidad lúdica, haga la experiencia de “sentirse vivo”. Winnicott lo señaló en diferentes trabajos publicados, especialmente en “Los procesos de maduración en el niño”.

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