DESPERTARES: MOVIMIENTO VOLUNTARIO

DESPERTARES: MOVIMIENTO VOLUNTARIO

La Película basada en hechos reales del Dr. Oliver Sacks se centra en la búsqueda de un posible tratamiento farmacológico a una enfermedad llamada Encefalitis Letárgica, que en el pasado fue llamada “enfermedad del sueño”. Presentaba intrigantes síntomas observados en los sobrevivientes quienes tenían afectado el cerebro y mostraban una parálisis generalizada que los dejaba sin habla ni movimiento.

La etapa final estaba caracterizada por un estado catatónico (indiferencia total hacia el mundo que los rodea); apatía y somnolencia durante todo el día (letargia), siendo sus causas incontrolables por los pacientes portadores de dicha enfermedad. Los síntomas podían ser similares a la enfermedad de Parkinson o mantenían al paciente en una misma posición por horas.

Encaminado el análisis de esta enfermedad hacia el aspecto motor y hablando con más detalle, se aprecia que la persona sufre inmovilidad física en la crisis catatónica lo que se conoce como estupor; estado que implica que aunque este en estado de vigilia no responde a los estímulos externos. Existe una desconexión con el mundo externo y pérdida del movimiento voluntario no pudiendo reaccionar ante ciertos estímulos como cuando el médico hacía movimientos con el cuerpo del paciente y quedaba en esta posición (flexibilidad cérea).

El estupor puede ser causado por lesión en el SNC, generalmente a nivel del hipotálamo anterior y el quiasma óptico.

La “enfermedad del sueño” mató a la tercera parte de sus víctimas y llevó al parkinsonismo postencefalítico a muchas otras, por lo que el Dr. Oliver Sacks, un neurólogo ingles empezó a suministrar un medicamento usado para tratar la Enfermedad de Parkinson, el L-DOPA, que él creía podía ser útil a sus pacientes.

La degeneración y muerte de neuronas de sustancia negra representa el principio sobre el cual se basa el uso de L-DOPA en su tratamiento.

El escenario sería el siguiente: la muerte neuronal conlleva a una disminución de dopamina, aminoácido que actúa como neurotransmisor, encargándose de trasmitir información desde la sustancia negra a otras zonas del cerebro que forman entre sí un circuito de conexiones.

Desde la sustancia negra hay dos vías que se dirigen a los ganglios basales que juegan un papel en el control del movimiento. El núcleo caudado modula al tálamo, y desde ahí hay una inervación que controla la corteza motora, así se corta la modulación de dopamina entre la sustancia negra y el núcleo caudado. Entonces al disminuir los niveles de dopamina comienzan a hacerse evidentes los primeros síntomas: temblores, rigidez muscular, bradicinesia (lentitud de movimientos) o acinesia (ausencia de movimientos), inestabilidad postural, o deterioro del equilibrio. A medida que se vuelven más pronunciados, los pacientes pueden tener dificultad para caminar, hablar o completar otras tareas sencillas.

El uso de L-Dopa elimina generalmente la hipocinesia (debilidad motora y disminución del movimiento), la rigidez y en algunos pacientes disminuye el temblor. Hay una mejora en las funciones motrices pero no se corrigen, por lo que con el tiempo los síntomas reaparecen.

Las actividades motoras más complejas del cuerpo se encuentran reguladas por la corteza cerebral, ganglios basales y cerebelo; las tres áreas funcionan casi siempre con cierta relación entre sí. Las lesiones de los ganglios basales implican una falla en la coordinación que supone la aparición de los síntomas característicos de un trastorno motor global, ya que ellos canalizan la extensa actividad cortical hacia la corteza prefrontal y hacia las áreas de la corteza involucradas más directamente en el movimiento. Los daños en la sustancia negra que es una estructura dentro de los ganglios basales resultan en hipocinesia o incluso acinesia, como es posible notar en

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