Desarrollo Histórico y Concepto de Sociología
aremttzTesis12 de Febrero de 2012
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Desarrollo Histórico y Concepto de Sociología.
La sociología es la mas joven de las ciencias sociales. La palabra “sociología” fue acuñada en 1838 por el francés August Comte, en su obra “Filosofía Positiva“. Comte, quien suele ser considerado como el Padre de la Sociología, sostenía que la ciencia sociológica debía apoyarse en la observación y clasificación sistemática de los hechos.
La palabra sociología aparece por primera vez en el año 1873 en el título de una obra de Herbert Spencer.
Durante el siglo pasado, cuando menos, hasta la primera guerra mundial, se discutió mucho acerca de las necesidades de la sociología, sus posibilidades, estructura lógica, objeto y ámbito, sus partes y método, etc.
Después de la segunda guerra mundial la sociología se consideró como una de las principales disciplinas de las ciencias humanas. En la mayoría de las naciones son reconocidos los colegios de los sociólogos, las corporaciones y asociaciones de especialistas y en algunas la profesión o carrera de sociólogo es plenamente aceptada.
En el aspecto internacional existen asociaciones y congresos; en una palabra, podemos afirmar que hoy se identifica a la sociología como una de las ciencias sociales, de tal manera que puede ser considerada disciplina independiente.
Tratándose de una ciencia tan joven, es natural que en ocasiones aparezca como un vasto océano sin límites, lo que constituye un peligro para los tratadistas de la misma. Como toda ciencia en desarrollo, de aquella excesiva sistematización que padeció en sus comienzos, se ha proyectado incesantemente hacia la búsqueda de constataciones empíricas lo suficientemente válidas como para fincar en ellas las generalizaciones que dan sentido a las hipótesis y teorías que nos conduce hacia una sociología analítica, aplicable científicamente a los fenómenos concretos.
Fundamentos de Sociología General: Durkheim, Weber y Marx
E. Durkheim
En una primera etapa de análisis Durkheim tiene un objetivo por demás claro: la unificación de
una ciencia que estudie las sociedades, y su consagración científica. En las primeras hojas de
Las reglas del método sociológico todo parece orientado hacia el establecimiento de conceptos
básicos definitorios del objeto de estudio y la metodología adecuada para llegar a conclusiones
válidas. Su exposición inicial incluye ciertas dificultades con que cuenta el observador social al
comenzar su análisis; esto es, los prejuicios tradicionales o las sugestiones del sentido común,
las cuales deben dejarse de lado de manera imperativa para la investigación científica. Su
enfoque entiende a las sociología como el estudio racional de la conducta humana, reducible a
relaciones causa-efecto, pudiendo éstas transformarse en reglas de acción para el futuro.
En primera instancia se define lo que constituirá el objeto de estudio del análisis sociológico, a
saber, los hechos sociales. Estos consisten en maneras de actuar, de pensar y de sentir
exteriores al individuo. Es decir que le son impuestos. Pero para definir al hecho social es
necesaria una segunda característica distintiva: esta imposición es cristalizada bajo el poder
de coerción que dichas formas presentan. A su vez esa coerción es reconocible de dos
maneras: por la existencia de alguna sanción determinada (directa o indirecta) o por la
resistencia que el hecho impone a cualquier intento individual por eliminarlo.
La argumentación utilizada para evidenciar la presencia misma de los hechos sociales la brinda
en base a la manera en que son educados los niños. Como toda educación consiste en
imponerle al niño modos de ver, de sentir y de actuar, éstos no son más que el producto de
formas sociales ya que el niño no los adquiriría espontáneamente. Además, y antes de
continuar con la metodología propuesta, cabe mencionar la disociación que realiza Durkheim
entre el hecho social, que debe tomarse como tendencia, creencias y prácticas tomadas
colectivamente, de sus repercusiones individuales. Y ya comienza a brindarnos un instrumento
valioso para el estudio que es el uso de la estadística que refiere al estado puro del hecho
social, sin observar las conductas individuales.
Con esta base, Durkheim enuncian reglas para la observación de los hechos sociales, parte
importante de la metodología a utilizar. Considera que lo que le falta todavía a la sociología es
dar un salto desde la fase subjetiva a la fase objetiva. En la primera fase los hechos sociales ya
están representados en la mente por conceptos poco formados. En este primer estadío se va
de las ideas (prenociones) a los hechos sociales, haciéndose un análisis ideológico. Entonces,
aquí, propone que la regla inicial y principal para dar el salto es la de considerar a los hechos
sociales como cosas. Una cosa se reconoce principalmente por el hecho de que no puede ser
modificada por un simple decreto de la voluntad; requiere de un esfuerzo crítico debido a la
resistencia que ello nos opone (relación con su definición de hecho social). Por lo tanto al
considerarlos de esta forma, se busca el que la ciencia sociológica vaya del estudio de las
cosas (los hechos sociales) a las ideas, pudiendo obtener una base objetiva para el posterior
conocimiento.
Finalmente se establecen tres reglas conceptuales para evitar que el observador recaiga en
ciertos errores básicos en la construcción de la ciencia. La primera está referida a la
eliminación sistemática de todas las prenociones. La argumentación se refiere a la elaboración
de estos conceptos por fuera de la ciencia que sirven para satisfacer necesidades que no son
científicas.
La segunda regla está referida a la definición de las cosas (hechos sociales) de los que se
ocupa una investigación. Esta definición debe ser objetiva, y esto se logra en esta primera
etapa de la ciencia, refiriendo el objeto de estudio a aquellas cosas que presentan
características exteriores comunes. Esta definición deberá comprender sin excepción a todos
los fenómenos que presenten estas características. De los contrario se obtendría una noción
subjetiva y sesgada.
Por último una tercera regla: descartar aquellos datos que puedan depender de la experiencia
del observador. Esta regla es complementaria a la anterior en tanto busca que los caracteres
exteriores que definen a su objeto de análisis sea lo más objetivo posible, sin incidencia de
sensaciones subjetivas del observador. Además sugiere una objetividad mayor en aquellos
hechos sociales estudiados, desprendidos de sus manifestaciones individuales; en este sentido
proverbios o reglas jurídicas son de gran ayuda para el análisis científico.
Durante su prefacio a la segunda edición del libro Las reglas del método sociológico, Durkheim,
intenta echar luz sobre algunas cuestiones de gran importancia que aparecen en la primera
edición y que fueron objeto de crítica.
Primeramente hace referencia al tratamiento de los hechos sociales como cosas. El autor
aclara que él no expresa que los hechos sociales sean cosas materiales, sino que deben ser
tratados como tales. Lo importante aquí es la actitud del investigador social que parta del
desconocimiento total, de la cosa estudiada. Se parte de sus caracteres externos y mas visibles
(tal cual aprehendemos a las cosas materiales) para direccionar el análisis, basado en
observaciones y experimentación, hacia el conocimiento de sus características más profundas
e importantes.
La segunda crítica está referida a la idea de exterioridad de los hechos sociales. Argumentan
sus críticos que como la sociedad está formada por individuos, la vida social tiene el
fundamento de la conciencia individual. En defensa de su idea, Durkheim argumenta que como
la sociedad constituye una síntesis sui generis (de naturaleza propia) que genera nuevos
fenómenos que le son propios (diferentes de los que tienen lugar en las conciencias
individuales), entonces esos hechos residen en la sociedad que los produce y no en sus partes
miembro. Es decir que son exteriores en cuanto exceden al individuo particular.
En lo referente al último punto, las críticas se centraron en torno al modo en que el autor
estableció la identificación propia del hecho social, a saber: la capacidad que tienen de ejercer
sobre las conciencias particulares una influencia coercitiva. Aquí, Durkheim es categórico.
Argumenta su simple intención de identificar a los hechos sociales a partir de esta
característica exterior de los mismos. Si bien puede haber otras propiedad distintivas, considera que para delimitar el campo científico ésta es la mejor característica observable en el objeto de estudio.
Cuando se intenta explicar los hechos sociales se tiende a incurrir en el error de explicarlos en
base a su función, sin embargo Durkheim hace una relevante distinción entre las causas y los
efectos de los mismos. Según el autor, la sociología debe buscar ésta relación de causalidad,
sin perder de vista sus causas originarias.
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