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Desarrollo Histórico De La Sociología


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  5.332 Palabras (22 Páginas)  •  1.434 Visitas

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Fundamentos de la Sociología

Durante la Primera Guerra Mundial, se discutió mucho acerca de la necesidad de la sociología, sus posibilidades, estructura lógica, objeto y ámbito, sus partes y método, etcétera.

Después de la Segunda Guerra Mundial la sociología se consideró como una de las principales disciplinas de las ciencias humanas.

Como toda ciencia en desarrollo, de aquella excesiva sistematización que padeció en sus comienzos, se ha proyectado incesantemente hacia la búsqueda de constataciones empíricas lo suficientemente válidas para fincar en ellas las generalizaciones que den sentido a las hipótesis y teorías que conducen hacia una sociología analítica, aplicable científicamente a los fenómenos concretos.

Entre los autores antiguos tanto filósofos como historiadores y literatos, encontramos muchos elementos sociológicos.

Para los filósofos, su mayor preocupación fue el descubrimiento de normas, de manera especial entre los de la línea realista aristotélica, en contraste con los filósofos idealistas de la línea platónica. En efecto Platón se preocupo demasiado en De Republica y en De Legibus, por encontrar la ciudad ideal.

En la obra de Aristóteles se encuentran algunas expresiones famosas, por ejemplo: “El hombre es un animal político”, lo que equivale a decir que esencialmente el hombre necesita de sus semejantes, que no se basta a sí mismo.

También compara a la sociedad con un organismo viviente que esta sujeto a la ley del nacimiento, del crecimiento y de la muerte. Todas estas expresiones son fruto de observaciones sociológicas valiosas y sobre cuyos cauces proseguirán los sociólogos posteriores.

De mayor significación resulta la descripción de los acontecimientos sociales transmitidos por Herodoto, quien realizo extensos recorridos y reunió un vasto material acerca de las costumbres, leyes, tradiciones y creencias de los pueblos

Que visitó, en los que recogió sus propias fuentes de lugar y testigos.

De manera semejante procedió Tucídides, quien se preocupo por investigar muchas de las causas peculiares de los fenómenos sociales que le toco vivir.

Los escolásticos como Tomás de Aquino, demuestran también agudo sentido de la observación, pero se trata más bien de una filosofía social, y no de verdadera ciencia sociológica; los hechos sociales que le sirven de base para la especulación ética o metafísica, no se ven en si mismos, sino que se presentan como elementos secundarios cuya función principal consiste en apoyar principios filosóficos.

Algo semejante se puede afirmar de los precursores de la sociología como lo son: Hobbes, Fichte, Hegel Montesquieu y otros. En todos ellos sus observaciones sobre la vida social los conducen a postulados filosóficos.

Al iniciarse la época moderna, surge la literatura sobre los grandes viajes realizados por intrépidos navegantes europeos en sus incursiones transoceánicas.

Estos viajes fueron los aceleradores del cambio total de la civilización y la cultura antigua, hacia la nueva forma que envolvió a Occidente.

Son de mencionarse los escritos que describen los viajes al oriente a fines de la Edad Media, como los de Marco Polo (1254-1323), los de los cruzados y los de los comerciantes y misioneros europeos así como descubrimientos en el Nuevo Continente.

De todo esto, nació una corriente literaria de reforma social, considerada por muchos como utópica.

Surgieron también nuevas ideologías sociales en contraste absoluto con las tradicionales formas de contemplar la realidad entre los europeos: esto se manifiesta de manera especial entre los “enciclopedistas”, como se les llamó a quienes se les debe considerar entre los precursores más cercanos de la sociología como ciencia.

El origen de esa sociología, nacida del mundo de las ideas de las corrientes del “iluminismo” y “positivismo”, explica las características de sus primeros tiempos, de marcados racionalismo y positivismo, al igual que su aversión contra las especulaciones filosóficas de las escuelas tradicionales.

Los descubrimientos y conquistas de nuevos continentes engendraron una profunda transformación de todas las estructuras hasta entonces consideradas como firmes, para el asentamiento político, económico y cultural del Viejo Continente.

La productividad se vuelca, de los mercados locales hacia los crecientes horizontes de consumo nacionales y mundiales originando la economía.

Aparece una increíble actividad económica, arrastrando consigo la moderna creación de un diferente sistema de crédito, surge la transformación de los métodos de producción, sustituyendo el trabajo manual con las primeras máquinas. Esta nueva revolución industrial ocasiona la inmigración masiva hacia los centros fabriles, dando origen a las zonas urbanas, alrededor de los centros de trabajo.

Todo esto origina el trabajo colectivo, a través de un sistema económico de mayor producción, mediante la utilización de los recursos técnicos de elaboración programada y se intensifican las relaciones humanas.

La comunicación se facilita entre los países y continentes, con el transporte y demás medios de comunicación humana: barcos y ferrocarriles, el automóvil, la aviación comercial, el correo y sus variados tipos de servicio; telégrafo, teléfono, radio, cine, televisión, prensa, etc.

La revolución civil manifiesta su primer signo de cambio total en la revolución de los parlamentos en Inglaterra, en el siglo XVII y llega al ápice con la Revolución Francesa (1789); la revolución política iniciada por “los burgueses” de las industrias, da origen a las posteriores manifestaciones de la revolución social de 1848, 1870 y 1917, y la cual aún se encuentra en proceso de expansión en muchas naciones.

Hoy representan mayor interés los fenómenos colectivos, es decir, todo lo que se incluye dentro de la expresión “fenómenos sociales”.

Al mismo tiempo que se presentaron estas tendencias sociales, fue desarrollando cierta orientación positiva, gracias al movimiento “científico”, de tal manera se fue dirigiendo del aspecto finalístico y normativo de los problemas humanos, hacia el positivo y del absoluto de la filosofía antigua, al relativo de las nuevas corrientes y escuelas filosóficas, como la pragmática y la existencialista.

En la segunda mitad del siglo XIX, las investigaciones antropológicas brindaron apoyo a los estudios sociales, que fueron incrementados por sus observaciones y conclusiones entre los pueblos de Asia,

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