Desarrollo del psicoanálisis

        Durante el desarrollo del psicoanálisis como disciplina científica, se le dio una especial relevancia al estudio de los símbolos, los cuales poseían distintas definiciones y características que variaban de acuerdo al autor y los avances que se lograban en el campo psicoanalítico. De acuerdo a las bases teóricas propuestas por Graciela Celener y Mónica Guinzbourg para su manual “El Cuestionario desiderativo” (2004), se entiende aquello que es simbólico, apegándose a la definición de Jones como “todo objeto, representación plástica, abstracta o verbal, que adquiere capacidad representativa de otros objetos, representaciones y experiencias emocionales (simbolizado)”, estos ademas, para cumplir tal condición deben ser “capaz de representar plasticamente(...) las características del objeto o situación emocional simbolizada”, ademas de haber “una ligazon de significado por reiteración de experiencias emocionales” (Celener y Guinzbourg, 2004, p. 16). Ante esta información, agregan ademas que estos símbolos dentro del C. desiderativo son entendidos  con una diversidad amplia de significados, los cuales poseen “un significado histórico, cultural, personal.” (p.16). Este significado seria la base del análisis que se realiza en el test desiderativo, al permitirsele al sujeto elegir e identificarse con una amplia gama de posibilidades simbólicas, representando indirectamente mediante estas fantasías inducidas los conflictos o ideas que subyacen en el reino del inconsciente.

        Ante esto, consideramos relevante la aplicación de esta técnica apelando directamente a la capacidad de funcionamiento y de reacondicionamiento de las defensas subconscientes que posee el individuo, para así enfrentarse a los diversos estímulos o amenazas que puedan haber en su ambiente. Estos recursos surgen a partir de la adaptación constante de estos recursos, por medio de las experiencias emocionales a las cuales ha estado expuesto el sujeto y que varían de persona a persona. Esto es tomado en consideración por las autoras, quienes destacan que el test desiderativo en si no proporciona concepto o palabra soporte, agregando la principal dificultad del test yace en la falta de “indicadores específicos” que se adapten a las propuestas teóricas e interpretativas de algunos autores, o que le brinde al terapeuta una batería de “respuestas cliché o estandarizadas a partir de muestras representativas” (Celener y Guinzbourg, 2004, p.20 – 21), para que así la persona aplica la totalidad de estos recursos para poder brindar una respuesta adecuada.

        Aunque se recomienda a los expertos adaptarse al contexto único de cada paciente, en esta técnica existe un guion al cual debe apegarse el psicoanalista y que también le permitirá dirigir las preguntas y las respuestas expresadas por el sujeto de manera mas ordenada. De acuerdo a las autoras, esta consigna (la cual había sido utilizada por Bernstein en su versión del cuestionario, y que al mismo tiempo fue adaptado de testa como el de “los tres deseos” o “la bolsa de oro”(p. 11-12)) para que sea efectiva con el entrevistado, este debe ser capaz de entender esta consigna como de un modo simbólico, es decir, y de acuerdo a lo propuesto por E. Grassano, “esta (consigna) debe ser reconocida por el sujeto como un “como si”” (Celener y Guinzbourg, 2004, p. 19). Esto supone que cualquier falla en comprender esta consigna como una posibilidad ficticia, de acuerdo a las autoras, indica “un severo trastorno del juicio de realidad y de la función de discriminación, lo que denotaría una grave alteración de la personalidad” (Celener y Guinzbourg, 2004, p. 19).

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