Diccionario de Psicoanálisis

A lo largo de este curso he aprendido la importancia que tiene la introspección personal, reflexionar profundamente y cuestionar qué me ha formado, de dónde vienen los criterios que rigen mi vida. Desde mi punto de vida sino cuestionamos y racionalizamos la fuente de nuestras creencias, es muy difícil que exista un criterio propio, es decir,  que lo que ocurre es que sólo se siguen las creencias comunales que han sido inculcadas por nuestro contexto.

Sigmund Freud, considerado por muchos como el padre del Psicoanálisis, empezó a hacer un gran énfasis en la psique humana y hacer diversas interpretaciones de actos simples y comunes del ser humano, los cuales lo relacionaba mucho con el inconsciente del ser, es decir, lo que realmente deseaba pero no admitía. Dentro de los tantos conceptos que el psicoanalista desarrolló, se encuentra la estructura de la personalidad: Yo, ello y superyó.

El primera parte de la estructura se encuentra el yo, y se encuentra en la parte consciente de la mente. Laplanche (1983) lo define como “el yo se encuentra en una relación de dependencia, tanto respecto a las reivindicaciones del ello como a los imperativos del súper yo y a las exigencias de la realidad. Aunque se presenta como mediador, encargado de los intereses de la totalidad de la persona, su autonomía es puramente relativa.”

En esta parte es la que elegimos y lo que queremos ser, donde hacemos consciente nuestras fortalezas y debilidades; y es así como día a día decidimos cómo queremos actuar. En mi caso, procuro siempre levantarme pensando claramente en mis objetivos, siempre acostumbro a pensar y meditar cada paso que doy y cuestionar por qué lo daré. Pese a que gran parte de mí la puedo definir como “muy racional”, sé que también me dejo influenciar mucho por lo que siento y mis emociones. Es posible que mi lado racional, tanto hacia mí mismo como en mi relación con el resto, sea un mecanismo de defensa, para protegerme de percibir sensaciones poco agradables.

La segunda parte de la estructura de la personalidad es el ello. Chemana (s.f.) lo define como Superyó: Una de las instancias de la personalidad, descrita por Freud en su segunda teoría del aparato psíquico: su función es comparable a la de un juez con respecto al yo. Freud considera la conciencia moral, la auto-observación, la formación de ideales, como funciones del súper yo. Es el heredero del complejo de Edipo, se forma por interiorización de las exigencias y prohibiciones parentales.

Esta parte de la estructura se encuentra en el lado subconsciente de la mente, es decir, en aquellos recuerdos almacenados, requieren que el sujeto haga cierto esfuerzo para retomar dicha información. Yo por mi cuenta, he vivido bajo una fuerte influencia de mis abuelos, por lo que me he desarrollado bajo un contexto tradicional, conservador y católico. Me han enseñado a no dañar a los demás y sobretodo guardar respeto, y aún si se puede “darles la mano”. Vivo con dos pilares importantes en mi vida, los cuales me han enseñado reglas básicas de convivencia y pese que hoy en día, los conceptos de ética y moral son muy subjetivos, a mí me gusta llevarlos siguiendo el gran ejemplo que mi familia me ofrece día con día. Es difícil reconocer, pero sé que soy muy exigente conmigo mismo, respecto a los resultados que brindo y lo que considero que debo ofrecer día a día. Me es difícil pensar primero en mí y después en lo demás, por lo que constantemente vivo pensando primero en satisfacer las necesidades de los que me rodean, especialmente aquellos que más aprecio. Soy muy perfeccionista y me gusta dar lo mejor de mí, lo cual algunas veces puede ser agotador, pues con el paso del tiempo, he concluido que es muy difícil satisfacer 100% a los demás. Me exijo mucho, en gran parte porque creo que en mi potencial, pero también porque en mi contexto me han enseñado a luchar por lo que realmente quiero, sin importar lo que conlleve. Me parece que la perseverancia y el empeño son ingredientes especiales para las metas que realmente valen la pena y eso es algo que he aprendido muy claramente de mi familia.

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