¿Dónde Están Las Monedas?

A través del texto leído, en el que cuenta la historia de dos personas que se enfrentaron a la misma situación, pero que experimentaron sensaciones muy diferentes, se muestra y da para reflexionar sobre esas “monedas” que en algún momento, nuestros padres nos dan, esas monedas que son necesarias, y que nos ayudarán arealizar las cosas que quedan en nuestras vidas, como por ejemplo lo relacionado con nuestras expectativas, aspiraciones personales, y también en las relaciones interpersonales.

Pero en ocasiones, hay momentos en la vida, en los que uno recibe cosas de los padres, y sentimos que no son suficientes, o por el contrario, nos sentimos agradecidos por lo que recibimos de ellos.

Como lo plantea el texto, cuando sentimos que no son suficientes o que no son de mucha ayuda, significa que estamos viendo las cosas desde una perspectiva, entendida por mi, como egocéntrica, puesto que cuando uno siente que lo que nuestros padres nos están entregando, ya sea valores, creencias, cariño, no es basto para las expectativas o necesidades que uno cree tener.

Este cuento nos ayuda a comprender y a reflexionar, que todo lo entregado por nuestros padres es lo que en realidad nos ayudará a emprender nuestro camino como es debido, aunque en ocasiones no logramos la comprensión de que lo que ellos nos están ofreciendo, es verdaderamente lo que requerimos para que nuestra vida pueda transformarse en algo bueno.

Creo que si nosotros logramos darle el sentido que sí corresponde a las miles de cosas que son dadas por nuestros padres, sin duda nuestra vida, como expresé anteriormente, será algo en verdad bueno, que quizá por momentos o circunstancias, no sea lo que esperábamos, son esos obstáculos o trabas, los que nos empujan y nos dan la energía de querer seguir y alcanzar nuestras metas, objetivos, y anhelos que por mucho tiempo hemos tenido en mente, y que por mi parte el apoyo, y preocupación de mis padres ha sido esencial para realizar lo que hasta ahora he podido concretar. Ya que me doy cuenta que todo lo que desde pequeña me han enseñado a mi y mis hermanas, es lo que nos abrirá las puertas de la satisfacción personal, la tranquilidad de saber que vamos por un buen camino, y me atrevo a decir también, que avanzamos de a poco al éxito, tanto personal como profesional.

A medida que avanzaba en la lectura de este cuento, entendí claramente que hace un par de años estaba totalmente equivocada, con respecto a los que recibía por parte de mis padres, debido a que como todos, pasamos por la etapa en la que cuestionamos cada cosa, no encontramos los motivos suficientes que respalden lo que se nos está entregando y enseñando por parte de ellos. Por lo que fue en ese momento del trascurso de la lectura, en el que empecé a recordar cada pelea, disgustos míos hacia ellos, descontento por lo que hasta ese momento creía no tener, y que obvio necesitaba, y pude reflexionar a fondo sobre mis actitudes sin sentido, que por mucho tiempo mantuve, y que por suerte a medida que crecía iban desapareciendo, porque me daba cuenta que ellos tenían razones de peso para hacer lo que yo en momentos cuestioné.

Yo, soy de esas personas que cree que todo hecho que ocurra tiene un motivo, y me alegra haber podido este año, tener en mis manos, un cuento en el que me reflejara y me abriera los ojos, más de lo que ya los tenía abiertos, puesto que aunque uno a veces cree tontamente que puede realizar las cosas sin la ayuda de los demás, es necesario que de alguna manera se nos haga entender que nada es posible sin la ayuda del otro. Y como decía mas o menos una frase del texto “Uno vive para sí, cuando vive para los demás”.

De qué sirve hacer las cosas sólo por satisfacción propia, aunque existan a veces situaciones en que no lo pensemos de otra manera que en esa, creo que cuando uno hace las cosas pensando en por decirlo de una manera, devolviéndole

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