EL CONOCIMIENTO DEL YO

EL CONOCIMIENTO DEL YO.

"Yo” concepto del Psicoanálisis presentado por Freud en la llamada “segunda tópica” junto con el ‘ello’ y el ‘súper-yo’, él y (o ego) es la parte de la personalidad que se organiza como consecuencia de la influencia del ambiente. Por su capacidad para evaluar y comprender la realidad, el yo le permite al sujeto superar las amenazas externas e internas. El yo se rige por el principio de realidad y en él, funcionan los procesos secundarios (percepción, pensamiento,…). Es básicamente consciente y de su dominio en la actividad del sujeto depende la salud psíquica del mismo.

“Self” El self es el auto concepto que tenemos de nosotros mismos. Dentro del self están el Yo y el. El YO hace referencia a esa capacidad del Self para pensar sobre uno mismo, sobre quiénes somos, cómo deberíamos ser, etc. Sería una especie de “espíritu” que habita con relativa independencia dentro de nosotros y que es capaz de desdoblarse, tomar distancia, tomar asiento en la butaca como espectador y crítico para ver nuestra puesta en escena. Por lo contrario, el MI o Self-empírico es el objeto de conocimiento, es lo que somos capaces de poner en palabras si alguien nos pidiera que le dijéramos quiénes somos. En palabras de James, el MI sería “la suma total de todo lo que PUEDO llamar “mío”, no sólo el cuerpo y sus capacidades físicas, sino también mis ropas, mi casa, mi pareja y niños, mis antecedentes y amigos, mi reputación y profesión....”.

Hablemos del “yo”

“¿Quién soy yo?” Es una pregunta tan antigua como la historia misma. Desde que el ser humano ha sabido hacer uso de conciencia el origen de todo aquello percibido por los sentidos, internos o externos, ha sido motivo de cuestionamiento. “¿Quién soy?”, “¿Por qué estoy aquí?”, “¿De dónde vengo?”, “¿para qué?”, etc. Han sido las preguntas clásicas que han dado paso a múltiples respuestas, ninguna completamente satisfactoria, todas conducentes a temas mayores. Han intentado darle respuesta a estas preguntas desde las 5 grandes religiones (Judaísmo, Cristianismo, Islam, Budismo e Hinduismo), filósofos, escritores de ficción, la misma ciencia con sus explicaciones basadas en la razón y sus resultados empíricamente comprobables y replicables. Nosotros mismos (indirectamente) llegamos a nuestras propias conclusiones y le damos sentido a nuestras vidas al ser influenciados por las instituciones que nos rodean y nos ajustan a su orden de vida. Si algo es seguro y constante, es el hecho de que, quien consideramos ser y a lo que aspiramos, ha sido variable y no ha sido constante a través de los tiempos.

De manera breve, hagamos un recorrido a través de la evolución del pensamiento occidental

Antigua Grecia (1,200 – 146 a.C.)

Es en tiempos antiguos clásicos, en la antigua Grecia, donde surgen las primeras explicaciones racionales sobre el origen y la constitución de las cosas. Es allí donde la razón se comienza a usar como medio para penetrar la realidad. Los griegos no necesariamente fueron los primeros en preguntarse el origen del mundo que les rodeaba pero si fueron los primeros en documentarlo y en darle sentido. Esto surge por la necesidad de entender todos los fenómenos que entorpecen su existencia o bien la facilitan, conduciéndole a interpretar las fuerzas que inciden directamente en su vida y que no puede controlar y a creer en fuerzas superiores que son personificadas en dioses o héroes. Así, el origen que estos le dan a la vida, empieza con el caos, luego el surgimiento de Gea (tierra) y Eros, que ejemplifica la atracción y da origen a las uniones. De estos tres elementos, Caos (vacio, desorden), Gaia (madre Tierra, naturaleza) y Eros (atracción, apareamiento) surgen los demás dioses y deidades que explican fenómenos adicionales.

El ser humano de este tiempo era uno que mantenía una creencia por lo sobre natural, tipo divina, pero a la misma vez estaba comenzando a explicar cosas y fenómenos por la razón, sin embargo, por la ausencia de algo que facilite los escritos de los filósofos y científicos de la época, (entiéndase imprenta, o educación a nivel mayor). Aquí se empieza a reconocer la naturaleza como aquella material que no ha sido elaborada ni transformada por el ser humano. Por esta mezcla inicial de explicaciones metafísicas y mitológicas, fueron más metafísicos que físicos propiamente. El individuo estaba sujeto a estas dos vertientes y en base a eso tomaba sus decisiones en cuanto a lo que concierne su día a día. Es importante también entender que esta era una sociedad de una cultura feudal, agraria y con intereses militares así que la constitución de la persona giraba en torno a la agricultura y el patriarcado y el servicio hacia el estado.

Del surgimiento del Imperio Romano a la religión Judeo-Cristiana (746 a.C 476 d.C - 146 a.C.)

Luego de la invasión del Imperio Romano a Grecia y el comienzo de la era Greco-Romana, comenzó un tipo de “invasión” cultural interna por parte de Grecia a Roma. Los romanos se impresionaron tanto con la cultura romana que empezaron a adoptarla por si. Aquí, el ser humano se constituyo similar al de Grecia, excepto con mayor énfasis en los procesos democráticos y en la participación ciudadana. Igualmente el ciudadano tenía amplios valores militares y un tipo de conciencia de moral en base a la verdad, aspectos sociales y civiles de sobre intereses en la Republica y su mandatario, sin olvidarse de las deidades mayores y seres supremos que explicaban la realidad. No olvidemos que los meses del año, días de la semana y nuestro sistema solar son nombrados por dioses y figuras importantes de este imperio. La vida de los individuos y por ende su consciencia giraba en torno a el día a día que emanaba de los líderes de la republica.

Otro capítulo importante y a ser elaborado más adelante es el surgimiento y el efecto del cristianismo en la población romana. El cristianismo surgió con una fuerza voraz, que fue capaz desplazar religiones antiguas politeístas (paganas) a una monoteísta. Para estos tiempos era primordial conocer el estado interno del alma ya que la pureza de esta seria responsable por el descanso eterno de la persona. Poco a poco esta religión empezó a suplantar la anterior y tomo centro en la vida de sus ciudadanos, culminando con la conversación del emperador Constantino el Grande al cristianismo y creador de la fiesta del sol saliente. Este ordeno la destrucción de los templos antiguos y la creación de lo que hoy son iglesias. A partir de este momento la religión tomo eje central como guía de la conciencia humana por los próximos siglos.

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