Educación

El “andamiaje” es una estrategia de instrucción cuyos orígenes se remontan al enfoque constructivista de Vygotsky, el cual considera como fundamental el papel de la interacción social en el desarrollo de las funciones mentales superiores. En ella, el aprendizaje se concibe como una construcción colaborativa en que el estudiante participa de manera activa, siguiendo un progreso de menos a más en su autonomía para regular el conocimiento, donde el profesor juega un papel “facilitador”, sirviendo de apoyo en la adquisición, organización y valoración de la información, adaptado a lo que el niño necesita.

La transferencia es proyectar o generalizar habilidades y conocimientos de un ámbito a otro. En la solución de problemas, la identificación y representación pueden trasladarse con creatividad y motivación, el aprendizaje profundo de las estrategias permite desplazarlas de unas materias a otras y la regulación metacognitiva permite evaluar el proceso en diferentes situaciones; pero la transferencia se relaciona sobre todo con la puesta en práctica. Hay tres etapas para alcanzar la transferencia: adquisición (aprendizaje del marco de pensamiento y su uso), automatización (con práctica frecuente) y transferencia, primero mediante esfuerzo consciente y reflexión (de vía principal) y después espontáneamente, automática (de vía secundaria). El conocimiento experto sobre el ámbito (preferiblemente motivado por la búsqueda activa como experto del alumno, descubrimiento estructurado) y general, sobre la estructura de solución y estrategias generales (vinculación mediante analogías y ejemplos, representaciones y esquemas) facilitan la transferencia, siendo la práctica y motivación factores imprescindibles.

7. La pericia es una capacidad adquirida, independiente del talento innato, necesaria para ser experto en un ámbito concreto. Requiere la ayuda de un mentor, esfuerzo y práctica deliberada para otorgar depósitos complementarios de conocimiento experto tácito, declarativo y procedimental, profundo y amplio en una materia, y estrategias para resolver problemas, que se automatizan con el tiempo y práctica. A la hora de determinar el modo adecuado de conseguir un objetivo, esta capacidad influye directamente sobre la competencia. Los expertos emplean su conocimiento previo dedicando más tiempo a plantear el tema y buscan la estructura subyacente, emplean análisis más eficaces (medios/fines), evalúan precisa y rápidamente las alternativas, se centran en lo relevante y supervisan mejor su trabajo; aunque también son propensos a cometer varios sesgos a causa de la rigidez conceptual y de perspectiva que han adquirido como el de confirmación o el de punto ciego.

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