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El Castigo...


Enviado por   •  30 de Enero de 2014  •  4.291 Palabras (18 Páginas)  •  379 Visitas

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El Castigo:

Muchas veces en la vida familiar, cuando las advertencias y censuras serias no funcionan, los padres se preguntan ¿es aconsejable reforzar la autoridad con alguna sanción?, ¿son eficaces y educativos los castigos?

Un castigo parece como una multa compensatorio por una conducta que se considera inadecuada o perjudicial. Después de una censura (esto que has hecho está mal, eres responsable de esto, etc.) cuando se juzga que tales valoraciones negativas no son suficientes, aparece la aplicación de penas, unas veces para reparar el daño hecho y otras veces simplemente como una pena o refuerzo negativo "para que aprenda" y recuerde que aquello no se debe hacer (el castigo como justicia vindicativa).

No decimos un "no" absoluto a las sanciones. Pensamos que hay momentos en los que, con ciertas condiciones, pueden e incluso deben aplicarse sanciones. En principio parece positivo reparar el daño hecho y esta reparación lleva un esfuerzo y un tiempo que en sí mismo constituyen una sanción. Por otra parte las conductas negativas tienen una repercusión social, un mal ejemplo en los demás y cuando se repiten no bastaría la advertencia y la censura; ¿será entonces conveniente algún tipo de limitación o recorte de privilegios o ventajas?

El castigo es el sufrimiento, el daño, el trabajo... que se impone a alguien por haber cometido una falta o haberse comportado mal.

A largo plazo, existen dos efectos bastante serios asociados al castigo corporal. En primer lugar, los niños y las niñas que enfrentan el castigo corporal en la escuela tienen más probabilidades de dejar de estudiar, perjudicando con ello su futuro.

En segundo lugar, el castigo corporal generalmente provoca daños psicológicos a los niños y las niñas. Una de las conclusiones más impactantes es una fuerte correlación entre el castigo corporal y los delitos en la escuela, lo que demuestra que los asesinatos cometidos en escuelas son significativamente más frecuentes en las que sí autorizan el castigo corporal que en las que no.

Por lo tanto, terminar con el castigo corporal en las escuelas y en los hogares no es sólo un asunto de los derechos humanos básicos, sino también una estrategia fundamental para reducir el nivel de violencia en las sociedades.

Todas aquellas personas que incumplen una norma son castigadas, estos castigos pueden ser muy diversos, desde la privacidad de libertad hasta el mismo castigo físico, aunque hoy en día este tipo de castigos están prohibidos. A pesar de ello, parece haber algunas situaciones en las que tiene que recurrirse al castigo, ya que otros procedimientos no funcionarán con la suficiente rapidez. Es el caso de conductas que cursan con violencia, agresividad verbal o física hacia otros compañeros o maestros. En estos casos necesitamos de procedimientos inmediatos y contundentes.

Aunque el Castigo esté relacionado con la enseñanza, el castigo no debe considerarse como una clase de la misma; el alumno puede llegar a aprender algo por medio del castigo, por ejemplo, si llega tarde a su clase o si es desordenado y se porta grosero con el maestro o compañeros, pero el castigo como tal no es el que enseña. Este tipo de castigo involucra que el maestro hable con el alumno y le haga entender y razonar que lo que hizo estuvo mal. La enseñanza puede ser acompañada del castigo, siempre y cuando éste tenga un sentido positivo para el alumno, el castigo se puede aplicar por el maestro, pero la enseñanza y el castigo son dos cosas diferentes. Cuando se pierde la disciplina debiéndose admitir que se ha perdido la autoridad, práctica y utilizando el castigo para restaurarla, tiene que ser justificado; debe haber una ofensa y el castigo impedirá la repetición de la misma.

El Castigo: Una técnica de modificación de conducta en la infancia

El resultado del castigo, en aumento o disminución de la frecuencia de aparición o que da la razón a castigar, ya sea en un maltrato físico o en reprimir, indirectamente lo que provocamos es la aparición de otras respuesta, de manera que el castigo se podría decir que es un procedimiento de cambio de conductas.

El castigo implica la presentación de un reforzador negativo mientras el refuerzo negativo resulta de la eliminación de un reforzador negativo, para Skinner el castigo no es un medio confiable de evitar que ocurran las conductas porque no reduce la probabilidad de que ocurran las respuestas que se quieren evitar, primero porque puede ocurrir que el castigo tenga también efectos emocionales que si bien sirven para eliminar la conducta indeseable en ese momento no sirve para impedir que vuelva a ocurrir, por otro lado el castigo puede asociarse a estímulos que están presentes y producir un condicionamiento que podría inhibir conductas deseables, por ejemplo si se castiga a un niño por comer caramelos el temor al castigo podría inhibir su respuesta de comer, además con el castigo, un niño aprende a alejarse de él o evitarlo en lugar de eliminar la conducta indeseable. Se puede esconder para comer caramelos y evitar así el castigo. Skinner insiste en que el castigo es un método poco valioso para el control de la conducta, por producir efectos sólo temporarios, por producir efectos emocionales que pueden resultar indeseables desde otro punto de vista, como el llanto o el enojo, además de que estas respuestas emocionales pueden asociarse a otras conductas deseables, resultando en definitiva una técnica que puede tener efectos secundarios adversos.

Las penitencias leves no son castigos, son consecuencias de los actos, así como también la supresión temporal de algún beneficio u objeto placentero, de manera que sirva de advertencia o resarcimiento frente a una conducta indeseable que puede haber provocado conflicto o daño, pero lo que resulta muy importante y necesario para los niños es que además de corregirles sus conductas reciban mucho reconocimiento por sus logros.

Es razonable cuestionar si el castigo es efectivo o no, se ha demostrado que el castigo es ventajoso en cuanto a rapidez de administración, también se ha demostrado que el castigo puede tener desventajas ya que, el sujeto puede no asociar el castigo a su respuesta o bien, preferir el castigo a dejar de emitir su repuesta. Hay autores que piensa que el castigo es un mal, que puede ser utilizado para obtener un bien. Es decir ellos creen que el castigo no es un mal que se aplica sobre otro mal, sino que se convierte en un bien, pues debe producir felicidad. No, por su puesto en quien lo sufre, pero si en la suma de las felicidades individuales que sacarían provecho en la evitación de futuros dolores. El castigo se justifica por la consecuencia valiosa que obtenga.

Por otro

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