El Hombre En Busca De Sentido.

El Hombre en Busca de Sentido.

Viktor E. Frankl.

“Vivir es sufrir; sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento.” Frankl quien fue prisionero de un campo de concentración intenta describir como una experiencia tan aterradora, abrumadora, le hizo adquirir una mejor conciencia.

Explica como la logoterapia fue una pieza fundamental en su experiencia, ese recordatorio de buscarle sentido a su propia vida

Sobre como el estado de animo debilitaba el interno sostén moral y espiritual, y la pregunta sobre que era lo que constituía tal sostén.

Al relatar esa experiencia, todos los que pasaron por un campo de concentración concuerdan en que la influencia más deprimente de todas era no saber cuánto tiempo iba a durar su encarcelamiento. Nadie les dio nunca una fecha para su liberación y en realidad, la duración no era sólo incierta, sino ilimitada.

Explica como el encierro, el entrar en tales campos cambiaba por completo y de una forma radical la mentalidad del preso y era ahí cuando podía concluirse el final de tal sujeto, por ejemplo si su mentalidad decaía era casi seguro que por consiguiente solo buscara terminar con todo, con la vida, sin motivo ya de seguir, lo cual posiblemente es un pensar mediocre, pero si realmente se comprendiera tal sufrimiento se tendría al menos la apreciación y comprensión de sus motivos.

Y es justo ahí cuando el autor explica como el ser humano prefiere vivir recordando el pasado sin avanzar, estancándose en recuerdos que terminan por ser una ilusión, y que para estas personas la vida, el presente y futuro ya no tienen sentido.

El sufrimiento en los prisioneros se había convertido ya en una tarea a realizar, imposible de evitar, tanto por soportar que lo único que quedaba era darle la cara, afrontarle y que los momentos de debilidad se redujeran a lo mínimo posible.

Posiblemente lo que realmente se necesita es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida, aprender por si solos para luego enseñar a los demás que la vida espera algo de nosotros, dejar de cuestionarnos sobre la vida, sobre el significado de tal, encontrar la respuesta de nuestra existencia, asumir las respuestas correctas.

Para Frankl el haber estado en un campo de concentración, convivir con todo esa ambiente a su alrededor le hizo conocer como es realmente el ser humano, como es que tales en tales extremos se revela al hombre en su abismo. Una raza que siempre ha luchado por su seguridad, sabiendo en el fondo que ha hecho hasta lo imposible por acabar con los demás, egoístas, salvajes.

Al final de la cruda experiencia que “vivió” Frankl (si es que puede llamarse así), menciona la palabra amargura, desilusión, palabras

...