El Individuo En La Sociedad Globalizada
ednagv25 de Septiembre de 2013
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El individuo en la sociedad globalizada
Psic. Edna Galindo
Introducción
A partir de los estudios del individuo en el contexto de la globalización, se ha optado por definir al sujeto como narcisista, egocéntrico, hedonista y líquido (Bauman, 2003; Guinsberg, 2004; Ianni, 2006). Se explica que sus relaciones no son estables como solían serlo. Que en el contexto de la globalización, a partir de la apertura del mercado y con ello la exacerbación de las libertades, el individuo tiene como eje principal el sí mismo y su propio desarrollo, se pierden los valores colectivos y se tiende al individualismo.
Algunos explican que es por inseguridad y por miedo, algo así como el miedo a perder. Otros dicen que los constantes cambios en el mercado, y con ello los cambios económicos, laborales y sociales, producen incertidumbre.
Otros tantos mencionan que con los medios de comunicación y la tecnología los seres humanos de las sociedades civilizadas ya no nos comunicamos con la misma intimidad y cercanía que antes, ahora predomina lo impersonal y las relaciones dependientes de un solo click (Aguilar, 2010; Oplaín, 2005).
Ante todo ello, la intención de este ensayo es hacer un análisis, a partir de las explicaciones de Edgar Morin y la teoría de la complejidad, sobre cómo la construcción del individuo es dependiente de este contexto globalizador y a la vez el individuo es formador del mismo. Esto es, así como los individuos viven afectados constantemente por los cambios de la globalización, también son creadores de esta sociedad que le afecta y lo vuelve hacia la actitud individualista.
Para esto, se explica primero cuáles son algunas características del contexto globalizado, principalmente aquellas que afectan la vida cotidiana y la psicología de los participantes en esta sociedad. Posteriormente se hace un análisis particular del individuo en esta sociedad. Se parte de la idea de que el individuo efectivamente está inmerso en un contexto que le ha cambiado los valores y su forma de adaptarse a esta nueva vida globalizada, lo que le ha traído consecuencias psicológicas importantes.
La sociedad globalizada
La globalización tiene como principio fundamental el neoliberalismo, la apertura del mercado en casi todas las naciones del mundo, la privatización de los servicios nacionales y diversificación de los productos de consumo (Flores, 2008). Ejemplo de ello son el Tratado de libre comercio de América del Norte, la consolidación de la Unión Europea y cada uno de los tratados para abrir aranceles en las distintas regiones del mundo.
Existen tres conceptos que puede ayudar a entender la sociedad globalizada: el neoliberalismo, la posmodernidad y la globalización. Esta distinción es retomada de una entrevista realizada a Dufour, un pensador europeo interesado en los temas de la posmodernidad.
Dufour explica que el neoliberalismo es la libertad a hacer todo sin límites. Este concepto ha sido aplicado para la economía, ya que la apertura de los mercados internacionales parece no tener alguna limitante, todos los productos, servicios y la facilidad de moverlos de un lado a otro, permiten que en todos los países se tengan una variedad interminable de productos a los cuales los habitante pueden acceder: sin límite.
Por otro lado, la modernidad, también retomada de Dufour, quien siguió a su maestro Jean- François Lyotard, es el fin de aquellos relatos racionales que predominaron en la época de la modernidad, que fueron elaborados para beneficiar a la humanidad y cuyo fin principal era la emancipación. Discursos como el Freud, Nietzsche o Marx, ya no predominan en la posmodernidad. Esto quiere decir que, en la posmodernidad, ya no existe la salvación ni por Dios, ni por el proletariado, ni por ningún ideal de emancipación. Por su parte, la globalización es el fenómeno que se ha encargado de divulgar a través del mundo las prácticas relacionadas con el neoliberalismo y la posmodernidad (Dufour, 2006).
Es decir, el neoliberalismo abre las puertas al mercado, la posmodernidad cierra las puertas a los ideales de emancipación y, la globalización, se encarga de hacer que se siga este patrón a través de todo el planeta, todas regiones del mundo y, de ser posible, todas las naciones. La importancia de estos conceptos es porque a partir de ellos es que se desglosan consecuencias sociales y psicológicas. Probablemente aquellos sectores caracterizados por la marginación y la pobreza no puedan acceder a toda esta influencia de la globalización; sin embargo, la globalización tiene tal impacto que en 2009 en México, al menos la tercera parte de la población tenía acceso particular al servicio de internet, y su incremento en los últimos años fue sumamente considerable y casi equiparable al de otros países de primer mundo (Islas y Gutiérrez, 2010).
El concepto más sorprendente es el del “nuevo liberalismo”, el liberalismo llevado a sus últimas consecuencias, en el que los individuos buscan la máxima ganancia y para ello siguen sus impulsos egoístas. Si bien este concepto es utilizado principalmente en la economía, esta actitud tiene efectos en las sociedades y en los individuos con consecuencias psíquicas importantes (Dufour, 2006), de manera que esa actitud de libertad sin límites, se manifiesta en otras esferas que no son económicas, como las relaciones de pareja o las lealtades laborales.
Heinkelammert (en Flores, 2008) explica que los seres humanos han dejado de consumir productos mercantiles por necesidad, ahora para el comercio es importante que los individuos sean “propensos a consumir”, se orienten por inclinaciones psicológicas y éstas se conviertan en el origen de las demandas, más que la mera necesidad de los productos.
Esa es una de las vertientes de la globalización: la liberación del mercado y la supuesta liberación de individuos ante todo. Otra, es el fenómeno del desarrollo de la tecnología y el intercambio de información. Actualmente, los medios de comunicación masivos se han extendido y la tecnología se ha diversificado de tal manera que abundan los estudios sobre el impacto del uso en la población mundial.
Por ejemplo, una de las grandes evoluciones de la comunicación es la creación de espacios que facilitan la comunicación entre distintos grupos del mundo entero, como el correo, los blogs o el chat; esto indudablemente marcó el inicio de otro fenómeno derivado de la tecnología que son las redes sociales virtuales, como Faceebok o Twitter. El uso de esta herramienta virtual tiene implicaciones en los conceptos de identidad y subjetividad, ya que estos espacios virtuales de socialización llevan consigo nuevas formas de comunicación (Aguilar, 2010); se ha pasado de sustituir a los individuos materiales, reales y tangibles, por esquemas virtuales, lo que tiene “repercusiones significativas en la vida social, política y cultural de las diferentes comunidades” (Opalín, 2008: 2-3).
Asimismo, se ha transformado el sentido del territorio y del espacio, se diluye el concepto de frontera y cambia la noción de movilidad de las poblaciones debido al acelerado proceso de los medios de comunicación (Balbuena, 2001; Ianni, 2006); es decir, las distancias se recortan, lo que implica que los tiempos también: “se privilegia el dato inmediato […] cada uno inventa el espacio y el tiempo que quiere” (Ianni, 2006: 140).
Se dice que la comunicación es de imagen a imagen (Opalín, 2008) más que de persona a persona porque la tecnología nos permite comunicarnos indirectamente a través de la computadora, el teléfono móvil, realizar video-llamadas en tiempo real a través de internet, etc.
Bauman utiliza un ejemplo interesante: en el tren -o camión foráneo en el caso mexicano-, podemos escuchar a un joven comunicarse con su familia sobre el lugar en el que se encuentra durante el viaje y en cuánto tiempo llegará a su destino. Se podría pensar que esta continua comunicación con la familia representaría la necesidad del joven de llegar a casa y sentirse cobijado por los suyos; sin embargo, explica Bauman que lo más probable es que ese joven al llegar a casa se encierre en su habitación y tenga poco contacto personal con los suyos; a lo que yo agregaría que ese encierro sería para comunicarse virtualmente con amigos o compañeros.
Lo interesante de esto es conocer cómo es la construcción del individuo en todo este fenómeno de ponderación del mercado y aceleración de los procesos de comunicación.
Sobre el individuo
Edgar Morin, en El Método II, dice que todos los seres vivos, incluido el ser humano, siempre se toma como referencia a él mismo. También por naturaleza el ser vivo se prefiere a sí mismo que al resto. Desde este punto, desde el punto en el que se toma a sí mismo como referencia y se prefiere ante todo, se auto-trasciende, crece para sí mismo. El ser de esta manera toma su lugar único en el mundo, insustituible por ningún otro ser. Esto es a lo que Morin llama puesto “ego-céntrico” y a partir de este puesto es que se inicia el término sujeto.
Ahora bien, Morin utiliza
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