El Intercambio

El Intercambio

Bert Hellinger

• La enfermedad es parte de un gran acontecer que se dirige a algo Más Grande.

• Los enfermos psicosomáticos que, por lo general, sólo sanan realmente si están en consonancia con sus padres, y que un terapeuta, cuando se trata de lo anímico, o un médico solo puede ayudarlos si está en consonancia con los padres de los enfermos: cuando los respeta y se inclina ante su grandeza como padres.

• Lo que causa algo grave, lo que causa una enfermedad o un problema, son personas, no cosas. Son, sobre todo, destinos de personas de la familia de origen. Por eso, lo decisivo que se plantea es: ¿qué le ha pasado a quién? Cuando procedes fenomenológicamente en primer lugar, estás totalmente solo, no obligado a nadie, fiel a nadie, te expones al cliente, a su familia, a su destino, a su determinación, a su sufrimiento, pero sin compasión, permaneces en un campo en el que sólo estás expuesto a lo que se muestra. Y ahí sigues sin propósito, sobre todo sin el propósito de curar. Hay que olvidar aquí todo lo que se ha aprendido. Esto es la postura fenomenológica y el proceder fenomenológico, pues es la apertura a lo nuevo y desconoció (Gran Alma.)

• Los movimientos que surgen de un deber o de un temer que son movimientos de la conciencia son como un niño ante sus padres. Por ende, el terapeuta no está en su fuerza, y tampoco está en relación con el alma del paciente. Cuando se ha crecido más allá de la conciencia, se puede armonizar con los movimientos del alma y confiar en ellos. Cuando se está en armonía con ella, también se ha crecido más allá de la inocencia y de la necesidad de bondad.

• Dios no es bueno, es grande. Con esa armonía ganas fuerza, entonces el paciente se queda en el ámbito de su destino y en el ámbito de la gran alma, no en tu ámbito. El amor es difícil de soportar, la desgracia en comparación es un juego de niños.

• Una reverencia es mucho más que dar las gracias. Agradecer todavía está referido a uno mismo. Cuando se hace una reverencia se está diciendo: haré algo con ello.

• Los asesinos sólo se ablandan y pueden aceptar su culpa cuando se les ama. Lo que significa para nuestra alma, en cuanto a recolocación y purificación, que los asesinos han de tener un lugar entre nosotros como seres humanos que son.

• La ronda para hacer constelaciones inicia cuando cada uno de los participantes puede decir por turno de izquierda a derecha cómo está en ese momento y cuál es su asunto. Los demás participantes no pueden adoptar postura alguna a éste respecto.

• Cuando alguien gana un litigio judicial por un hijo, todos quedan mal parados. El hijo quiere por igual a ambos padres. Por eso, el resultado ha de ser que el hijo pueda amar a ambos padres y quien se vaya o haya de irse lo deje con amor en manos del otro.

• La manera física en constelaciones de honrar a un padre es inclinándose hasta el suelo y extendiendo los brazos adelante con las manos hacia arriba.

• Mientras un hijo espera todo de la madre, sigue siendo un niño. La persona adulta sabe que hay mucho más que la madre habría podido hacer, pero basta con lo que ha hecho, si falta algo puede buscárselo el cliente donde sea. Entonces la madre puede quedar en paz.

• Si todavía se mantiene una reclamación el hijo dice “Aún me falta algo, todavía me debes algo.” En ese momento el hijo mira a los padres, en lugar de mirar a la vida. De ese modo se vuelve incapaz de actuar. Las expectativas ante los padres, impiden la acción.

• Las madres lloran, pero con sus madres, los muertos hayan el reposo.

• A un participante no se le deben permitir más de 3 frases para plantear el asunto.

• La posición fetal de un representante muestra un niño no nacido o que murió.

• En la dinámica del incesto aparece un problema de los adultos y, por cierto, no siempre solamente del marido sino también de su mujer.

• Lo peor para un niño del que se ha abusado sexualmente no es el criminal, sino aquellos que se indignan por ello. Solamente puede tratar un problema así quien tenga en la vista el conjunto, no solo a ese criminal sino a todos los criminales. Y que también los respeta a todos en el corazón porque todos están enredados. En cuanto un terapeuta lo plantea de este modo puede liberar al niño de esa situación. Entonces el niño siente de repente que era inocente, que ha hecho algo por otros, que los adultos son los culpables, y que puede dejar la culpa ahí donde pertenece y es libre.

• La base de la constelación familiar es que el constelador sabe que está al servicio de la realidad que trata de llegar a la luz. Lo que ha salido a la luz es lo que actúa. La realidad no puede dañar. El miedo de mirar la realidad cara a cara sí que puede dañar. Un constelador familiar no puede dañar a nadie mientras se atenga a ese proceder. Porque espera reservado hasta que algo sale a la luz y, tal como está la luz, puede dejarlo, sin embellecerlo,

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