El Maestro

EL MAESTRO

Al optar por la docencia de modo espontáneo, y anhelante, olvidaba casi inconscientemente la compleja y rigurosa labor, que se debe adquirir al tratar de comprender alumnos como seres sensibles y distintos. Frank MacCourt en su libro no pretende instruir como ser un buen docente, sino que evidencia al maestro desde su experiencia, como un individuo que sufre angustias, comete errores, tiene amores, y desamores, es en general humano.

Un profesor debería según los parámetros de educación establecidos por una sociedad, estrictamente severa antes que moderada, ser una recopilación de conocimientos enciclopédicos, pero esto no les permite percibir más allá de lo que su memoria conserva, y son los típicos profesores que no les incumbe la opinión de sus estudiantes referente a ellos, pero MacCourt refleja la importancia de la perspectiva de sus alumnos, bajando de su pedestal, e igualándose casi al nivel de ellos, para comprender las particularidad individual de cada estudiante, y la relevancia de educar desde su ejemplo y experiencia de vida.

Ser maestro es un itinerario muy complejo, que requiere dedicación, prudencia y sensibilidad, pero aún así, la colectividad no suele asentir su repercusión en la formación de la sociedad, es que viene siendo claro así como lo define MacCourt: “la enseñanza es la servidumbre de las profesiones”, siendo ésta premisa cierta, pero efectivamente injusta; pero a pesar de ello, hay personas, cuya vocación supera los prejuicios sociales. Los profesores con vocación son los que se afrontar a un clase, con alegría e innovan o replantean los paradigmas de enseñanza, siendo consientes de el que maestro no es el único poseedor del conocimiento, sido que por el contrario, la enseñanza se convierte en amena y reciproca.

Al confrontar una clase, puede ser el aula según Frank MacCourt “un campo de batalla o un campo de diversiones”, el cual el maestro debe tener el recelo de su conveniente conducción, con todo lo que ésta implica, más precisamente a los alumnos, se debe tener especial cuidado con ellos, según un maestro compañero de MacCourt:” los estudiantes son expertos en profesores, cada cosa que digamos o hablemos puede ser usada en nuestra contra”, pero no debería ser así, en la medida, que un educador, por cuestión ética y moral, debe de ser confiable, concreto en su discutir y actuar. Así como macCourt que espontáneamente y sin recelo confió en sus alumnos, contándoles su experiencia personal, evidenciando sus debilidades y dificultades como humano, con el propósito que aprendieron, para sus vidas.

El maestro se encontrará lo que para muchos son “percances”, que aunque consta de un mismo tipo, son diferentes individuos, y es el alumno, ese ser conoce su metodología de enseñanza a la excelencia, que casi de inmediato lo cataloga dentro de su rango posicional. Según MacCourt

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