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Enfermedades Mentales

stecar23 de Septiembre de 2013

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UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

Centro Universitario de Ciencias de la Salud

Departamento de Psicología Básica

Centro de Evaluación e Investigación Psicológica

Academia de Evaluación y Diagnóstico psicológico

ALGUNAS CONSIDERACIONES CONCEPTUALES EN TORNO

AL PROCESO DE SALUD - ENFERMEDAD MENTAL.

Gutiérrez, F., Rodríguez, R., Pérez, L., Pedroza , E., (1994), edit. (2005).

Los procesos de Salud y Enfermedad deben entenderse como una unidad dialéctica indisoluble, en constante cambio y mediatizados por las condiciones histórico - sociales de una sociedad especifica en un momento determinado.

Suponemos que los conceptos de Salud y de Enfermedad deben de ser analizados a la luz del desarrollo histórico y cultural de las diferentes sociedades así como de las diversas disciplinas que los han abordado (la Sociología, la Antropología, la Medicina, la Historia, la Biología, la Psicología y la Filosofía entre muchas otras).

La forma de conceptualizar al llamado "Enfermo Mental" ha ido cambiando a través de los tiempos por lo que se hace de vital importancia en el presente ensayo bosquejar dicho desarrollo histórico.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LAS ENFERMEDADES MENTALES

PRIMITIVISMO:

El hombre siempre ha tenido un interés profundo y serio por la conducta anormal, no solo porque lo desacostumbrado sea fascinante en sí, sino porque los actos desviados obligan a que la sociedad intente controlar dicha conducta, se deduciría aquí que las prácticas actuales en Psicología son el resultado de una larga historia de tales intentos.

En la antigüedad el hombre primitivo interpretó la conducta anormal en relación a fuerzas mágicas, lo importante era ahuyentar al espíritu perverso que había tomado posesión del individuo, y para el logro de esos fines, cualquier método era bueno, desde el ensordecedor estruendo de los tambores y otros instrumentos hasta las palizas y la muerte en la hoguera. El uso terapéutico de los estados alterados y de trance, fué otra medida muy común entre los pueblos primitivos, otros métodos muy utilizados lo fueron el uso de encantamientos y hechizos con ofrendas repetitivas y rituales de silencio, así como la aplicación interna y externa de hierbas y otras medicinas. Para el hombre primitivo los efectos son similares a las causas y los objetos con lo que tiene que relacionarse, siguen aún influyendo a distancia, por ello el uso de amuletos como fuerza protectoras o curativas. En todos estos recursos se pueden reconocer que los métodos primitivos principian con explicaciones simples de Causa - Efecto y Observaciones Empíricas, sin que se reconozca la actuación de fuerzas internas ya sea de naturaleza biológica o psicológica. El hechicero no dirige sus esfuerzos al individuo sino a una fuerza invasora, ajena a él.

GRIEGOS Y ROMANOS:

Dentro de los pueblos de la antigüedad, uno de los primeros que se interesó por las llamadas Enfermedades Mentales, lo fué el pueblo Griego, predecesor de otro pueblo que se le puede llamar una de las culturas madres del mundo, como fué el pueblo Romano.

En los orígenes del pueblo Griego podemos encontrar infinidad de Dioses tutelares, que regían cada uno los actos de sus vidas. Dios de la Locura era la Diosa Era, causante de las alteraciones de los hombres.

Casi al final de la Era Clásica de la Cultura Helénica, dicho puesto le fué adjudicado a la Diosa Selene, cuyos efectos en la conducta de los hombres se refería no solo a los actos amorosos, sino también a todo tipo de enfermedades no curables en aquella época, tales como la Epilepsia, la Ataxia, y la Dislexia.

Tanto en la antigua Grecia como en Roma nadie decidía nada sin consultar al oráculo, en donde solo se admitían "pitias" o adivinadoras a mujeres disléxicas, el antiguo historiador griego Plutarco afirmaba que las profecías eran mejor interpretadas durante los accesos de locura de las profetisas y que de acuerdo con los historiadores esto se realizaba en el cuerpo de la "Pitia".

A la gran mayoría del pueblo griego y del romano se les instruía para aceptar a dichos personajes y sobre todo a sentirse privilegiados por haber sido elegidos por los dioses sin entre uno de sus familiares se encontraba alguien con una Enfermedad Mental.

Con la llegada de los filósofos y la destrucción sistemática de los Dioses y todo su omnipotente poder la actitud hacia los enfermos mentales cambió; ya no se les apartaba de los lugares habitados por la gente, además de que ya no se les consideraba poseídos por los dioses, y predestinados a grandes éxitos o a la conquista militar, como en el caso de Alejandro Magno que era epiléptico o del ciego Tirexias bajo cuya dirección se construyó el Caballo de Troya.

Ahora en la época de los filósofos se trataba de curar con emplastos, vejigatorios, y purgas o en su defecto con trepanaciones craneales las cuales hicieron progresar en gran medida la Medicina y la Anatomía de aquella época. Por la atención que recibían la gente empezó a temerles o a rehuirles, o quizá por una mala información referente a las Enfermedades Mentales que se presentaban en ese período.

EGIPTO:

Entre los antiguos egipcios, hebreos y griegos se pensó que las desviaciones de la conducta eran producto de la influencia de los Dioses Manglia y Lissa. Las medidas terapéuticas de las enfermedades mentales se basaban en expulsar, extraer, aterrorizar y destruir la enfermedad; la practicaban exclusivamente los sacerdotes los cuales practicaban su oficio en los templos. El ritual y encantamiento servían al principio como la única forma de tratamiento curativo, después de un elaborado e impresionante ritual de purificación los enfermos eran llevados por la noche a participar en el "Sueños del Templo" para el cuál se proporcionaban hamacas. Ahí esperaban al Dios que se les aparecería en sueños a fin de decirles la naturaleza de su malestar y dejarles instrucciones para su tratamiento curativo.

Se acostumbraba que un auxiliar vestido como dios caminaba lentamente por el templo quizá para cuchichearles una fórmula terapéutica en sus oídos, para las mentes tensas, excitadas o expectantes de los enfermos.

Otra práctica muy común entre los egipcios fué la trepanación craneal, una operación en la cuál se practicaban orificios a ambos lados del cráneo a fin que pudieran escapar los espíritus.

LA ENFERMEDAD MENTAL DURANTE EL CRISTIANISMO:

El corte histórico conocido como edad media o época del Oscurantismo que se extiende desde el siglo XI hasta el siglo XIV o principios del XV, abriga una serie de concepciones en torno a la anormalidad, basándose en los criterios de la Iglesia Católica, el cristianismo encuentra su máxima expresión ideológica, política y económica.

La cultura de la cristiandad latina medieval absorbió e hizo uso de las concepciones griegas (la locura como trauma moral, la locura como enfermedad) . Pero también las introdujo en un esquema cristiano de índole cósmica . La teología cristiana también podía tratar la locura de maneras ajenas a la filosofía griega centrada en el hombre: consistía en ver el trastorno mental como señal de la guerra que Dios y Satanás libraban por la posesión del alma .Las mentalidades medieval y renacentista podían considerar la locura como religiosa, como moral o médica, como divina o diabólica, como buena o mala.

En lo que se refiere a las actitudes ante los locos y su tratamiento, el verdadero punto decisivo fue consecuencia de un desplazamiento a largo plazo de la política que se seguía con las personas que mostraban rasgos delictivos y peligrosos: el auge de la exclusión. Durante la Edad Media y hasta mucho después de ella, raramente se habían tomado disposiciones oficiales especiales en relación con los locos. Los refugios destinados específicamente a ellos eran casi desconocidos. Se crearon algunas residencias, muy pocas para los insanos: aparecieron algunos asilos en la España del siglo XV y más o menos en la misma época, el Bethlem Hospital of London empezó a especializarse en cuidar a los locos. Algunos monasterios aceptaban alguno que otro loco. En su mayor parte, la mayoría de ellos eran atendidos (o desatendidos) en el seno de la familia, vigilados por la comunidad aldeana o sencillamente se le permitían vagabundear.

Así mismo en circunstancias muy especiales, la creencia cristiana podía conceder un valor positivo a la locura. La insania podía ser el castigo que dios aplicaba por una trasgresión; pero la locura también podía ser santa. Una fe fundamentada en la locura de la cruz, que combatía la mundanalidad, que loaba la inocencia del recién nacido, que valoraba los misterios espirituales de la contemplación, el ascetismo, y la mortificación de la carne, y que estimaba la fe más que la inteligencia no podía por menos de ver resplandores de piedad en la sencillez del imbécil o en los éxtasis y los transportamientos.

Todo lo que este fuera de las concepciones religiosas será concebido como embrujado, para decirlo en términos de la jerga religiosa. En los primeros tiempos del cristianismo se creía que los enfermos mentales estaban poseídos por el demonio, siendo algunos abandonados y otros atendidos en los monasterios, en la edad media se había heredado la idea de la posesión más con la caída del Imperio Romano y la ruina de las instituciones sociales no se tuvo ningún cuidado de los "locos"

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