Ensayo - mi hijo bipolar

Cuando comencé a ver el documental no pude dejar a un lado mi lado de mamá y pensar ¿Cómo afecta el trastorno bipolar a los padres o familiares de un niño con este diagnóstico? ¿Yo podría ser lo suficientemente capaz de cuidar a un hijo así?

Un común denominador en estos casos que se observaron es la falta de información que existe sobre este tx. A pesar de afectar a muchos niños y adolescentes la carencia sobre este es algo de lo más complicado a lo que se enfrentaron estas familias. Para ellos sus características eran lo que comúnmente nosotros llamamos  “berrinches”  o “chiflazones”, estos padre de familia no sabían lo que significaba ser bipolar y las implicaciones que se tienen al vivir con alguien que lo padece. Esas reacciones violentas o las desesperaciones y enojos incontrolables y constantes dejaron de ser comunes y se volvieron signos de alarma.

Un hijo no viene con un instructivo que incluya todo a lo que nos afrontaremos, ¿Cómo podríamos diferenciar lo que puede ser un niño con mala educación, de un niño con mal carácter o un niño con trastorno bipolar?

Claramente no es normal que un niño estrangule a su madre, no es normal expresiones como: ¡Necesito que alguien me ayude!, ¡No puedo parar!, ¡No puedo parar mamá!, las personas con trastorno bipolar no se entienden ni a ellos mismos, no pueden controlar sus arrebatos, sus manías ni sus tristezas, no pueden simplemente cambiar, controlarlos o tener voluntad, quizá cambiar o ser “normales” es lo que más desean pero es algo que no puede alcanzar.

El trastorno bipolar no es lo mismo que los cambios de ánimo normales que experimentan todos los niños, los síntomas bipolares son más potentes. Es difícil ver como estos niños tienen temor de ser lo que son por el que dirán sobre ellos o lo que los demás piensen sobre ellos, vuelve a tocarse el tema de la falta de información. Este tx. Puede hacer que a un niño le resulte difícil la escuela, llevarse bien con los demás o tener amigos. Agregando también lo peligroso que puede ser porque ante tanto sufrimiento pueden incluso intentar hacerse daño o suicidarse.

En uno de los casos que se presentaron se mencionó que se bajó la dosis de unos medicamentos y lo difícil que fue este cambio ya que su mejoría bajo y necesito continuar con su tratamiento de diario, estos tratamientos son de por vida y ayudan a mejorar y llevar vidas normales, lo difícil es pensar en estos niños como adultos ¿qué será de ellos? Sus padres no siempre estarán para apoyarlos, no siempre tendrán quien los ame sin importar nada más que eso…

Así que tener un hijo bipolar no es algo malo, es algo que llega y se afronta, es un paquete completo, es un hijo al final de cuentas y a los hijos se les ama y se les apoya siempre. Ser padres  o familia de un niño con trastorno bipolar es asumir el papel de un papá o mamá mucho más extraordinario y fuerte de lo que los otros papas lo son. Aunque no puedo evitar finalizar este texto aun con la duda en mi cabeza: ¿Yo sería capaz?...

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