Evaluación de la personalidad

La personalidad es la suma de las formas en que el individuo reacciona ante otros e interactúa con ellos.
Pervin y Jhon definen a la personalidad como las características que dan cuenta de los patrones consistentes de sentir, pensar y actuar.
Los conceptos que se relacionan a la personalidad son: rasgo, temperamento y carácter.
El rasgo de personalidad son los elementos que no se pueden observar directamente, son disposiciones latentes, son de carácter general y son continuos en el tiempo y presentan continuidad en distintas situaciones.
El temperamento está asociado a la dimensión biológica, al origen genético y base biológica, desarrollo temporal, aparición temprana y está vinculado a la esfera de las emociones.
El carácter tiene que ver con las costumbres, sentimientos, ideales o valores que hacen estables y predecibles las reacciones de un individuo.

Una forma de evaluación de la personalidad es el indicador de tipos de Myers-Briggs. Evalúa cuatro características y se combinan en 16 tipos de personalidades: Extrovertidos (expresivos, sociables y asertivos) o introvertidos (silenciosos y tímidos), Sensibles (prácticos y prefieren la rutina y el orden. Se centran en los detalles) o intuitivos (se basan en procesos inconscientes y ven el “panorama general), Pensadores (utilizan la razón y la lógica para enfrentarse a los problemas) o sentimentales (se basan en sus valores y emociones personales) y Enjuiciadores (quieren tener el control y prefieren que el mundo este ordenado y estructurada) o perceptivos (son flexibles y espontáneos).

El modelo de los Cinco Grandes abarca cinco dimensiones básicas de la personalidad: Extroversión (captura el nivel de confort en las relaciones que se tiene. Los extrovertidos suelen ser gregarios, asertivos y sociables), Adaptabilidad (propensión de un individuo para aceptar los puntos de vista de otros. Las personas muy adaptables son cooperativas, cálidas y confiables), n (es una medida de confiabilidad. Suelen ser responsables, organizadas, confiables y persistentes), Estabilidad emocional (describe la aptitud de una persona para manejar la tensión) y Apertura a las experiencias (aborda el rango y la fascinación de alguien con lo nuevo.)

Por otro lado, hay otros atributos principales de la personalidad que influyen en el comportamiento organizacional que son: Autoestima (los individuos se agradan o desagradan a sí mismos, sea que se vean como capaces y efectivos, y sientan que tienen o no el control en su entorno), Maquiavelismo (un individuo es pragmático, mantiene distancia emocional y piensa que el fin justifica los medios), Narcisismo (tiende a ser arrogante, requerir admiración excesiva y creer ser merecedor de todo), Automonitoreo (mide la aptitud que tiene un individuo para ajustar su comportamiento a factores situacionales externos) y las personalidades de tipo A (involucramiento agresivo en una lucha crónica e incesante por lograr más en cada vez menos tiempo, y de ser necesario, contra la oposición de otras cosas o personas) y proactivas (la de las personas que identifican oportunidades, muestran iniciativa, emprenden acciones y perseveran hasta que ocurre un cambio significativo.

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