ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

¡Hay duelos en la pos modernidad?

idelpratoTarea5 de Abril de 2017

2.449 Palabras (10 Páginas)433 Visitas

Página 1 de 10
  1. ¿Hay duelos en la posmodernidad?

La posmodernidad ofrece una vida soft, emociones light, todo debe desplazarse suavemente sin dolor, sin drama sobrevolando la realidad.

El duelo por el cuerpo perdido: 

El adulto joven constituía el ideal estético por excelencia y el adulto maduro por su parte alcanzaba un cuerpo con características claramente definidas: canas, arrugas y kilos no como vergüenza sino por lo contrario como muestra de honorabilidad y fuente de respeto. Los hombres también adquirían kilos, lentes, calvicie, bigotes o barba canas, que le darían un aspecto digno de admiración de las generaciones más jóvenes. En este contexto el adolescente lucia un aspecto desgraciado. Nada encontraba en el de admirable.

El adolescente hoy es muy diferente se logra cierta perfección, que habrá que mantener todo el tiempo posible, modelos de 12, 15 años muestran el ideal de la piel fresca, sin marcas, el cabello abundante y brillante, un cuerpo fuerte pero magro, tostado al sol, ágil, en gran estado atlético, en la plenitud sexual, si la juventud fue un “divino tesoro”, duraba poco ahora se intenta conservar ese tesoro el mayor tiempo posible.

Mucha ciencia y mucha tecnología apuntan sobre este objetivo. Cirugías plásticas, regímenes adelgazantes y conservadores de la salud, técnicas gimnasticas etc. Cuando la técnica no puede más, él cuerpo cae abruptamente de la adolescencia, supuestamente eterna, en la vejez sin solución de continuidad. Cae la vergüenza, en la decadencia, en el fracaso de un ideal de eternidad.

El adolescente posmoderno deja el cuerpo de la niñez pero para ingresar de por si en un estado socialmente declarado ideal. Pasa  ser poseedor del cuerpo que hay que tener, ¿qué hay  sus padres? desean mantener, es dueño de un tesoro. La mezcla de lo viejo con lo nuevo, a nivel de la persona adolescente resulta que el cuerpo infantil no es totalmente remplazado por un cuerpo adulto, hay una mezcla y modificación parcial de ciertas características. ¿Puede haber un duelo por el cuerpo perdido o no “hay drama”?.

El duelo por los padres de la infancia:

Los padres de la infancia son quizás los únicos “adultos”  en estado puro que se encuentran a lo largo de la vida. La imagen de los padres de la infancia es producto de la idealización que el niño impotente ante la realidad que lo rodea desarrolla como mecanismo de defensa. A menudo esa idealización es promovida por los mismos padres quienes obtienen satisfacción de ser admirados, ir creciendo, convertirse en adulto significa des idealizar, confrontar las imágenes infantiles con lo real, rearmar internamente las figuras paternas sentirse huérfano durante un periodo y ser hijo de un simple ser humano.

Los padres de los adolescentes actuales desarrollan por si un estilo propio, estos padres buscan como objetivo ser jóvenes el mayor tiempo posible. Si ellos fueron educados como pequeños adultos, vistiendo en talles pequeños ropas incomodas, ahora se visten como sus hijos. Si sus padres fueron distantes, ellos borran la distancia y se declaran compinches de sus hijos, intercambiando confidencias.

A medida que fue creciendo, el niño de estos padres no incorporo una imagen de adulto claramente diferenciada, y cuando llega  a la adolescencia se encuentra con alguien  que tiene las mismas dudas, no comparte valores claros, comparte sus mismos conflictos. Ese adolescente no tiene que elaborar la perdida de la figura de los padres de la infancia como lo hacia el de otras épocas. Al llegar a la adolescencia esta más cerca que nunca de sus padres incluso puede idealizarlos en este periodo más que antes. Aquí difícilmente haya duelo y paradójicamente se fomenta mas la dependencia que la independencia en un mundo que busca mayores libertades.

El duelo por el rol y la identidad infantiles:

¿Qué significa ser niño? Ser dependiente, refugiarse en la fantasía en vez que  afrontar la realidad. Llegados a este punto parece imprescindible diferenciar dos conceptos psicoanalíticos que suelen confundirse: El de yo ideal y El de ideal de yo: El niño pequeño desarrolla una imagen ideal, un yo ideal en el cual refugiarse. Esta estructura se organiza sobre la imagen omnipotente de los padres y ante una realidad frustrante que promueve esa imagen todopoderosa de si misma confeccionada a imagen y semejanza de sus mayores, la cual le permite descansar, juntar fuerzas y probar de nuevo ante un error.

 En los desarrollos normales de Ese “yo ideal “se va acotando a medida que la realidad le muestra sus límites. El” yo ideal” es omnipotente no puede espera para satisfacer sus deseos y no es capaz de considerar a otro. Hace sentir al niño que es el centro del mundo, es la expresión de un narcisismo que no admite a otros. Los padres primero y los maestros después tienen la difícil tarea de provocar la introyección de otra estructura El ideal del yo. Este aspecto del superyó  es un modelo ideal producido por los mayores para el, es el modelo del niño que los demás esperan que sea. Si El yo ideal es lo que desea ser, El ideal del yo es lo que debe ser y a quien le cuesta muy a menudo parecerse.

¿Qué ocurre con el adolescente?

En esa época  de la vida se termina de consolidar el “ideal del yo” para ello confluyen los padres, los docentes y la sociedad en su conjunto. Pero ¿qué ocurrirá si la sociedad no mantiene los valores del ideal del yo, si en cambio pone al nivel de modelo los valores del yo ideal? Sin duda los valores del yo ideal también existían pero eran inadmisibles para ser propagados socialmente. En la sociedad posmoderna los medios divulgan justamente los valores del yo ideal, es decir que allí donde estaba el ideal del yo esta el yo ideal y hay que atenerse a las consecuencias. por lo tanto no parece muy claro que no  haya que abandonar ningún rol de esa etapa al llegar a la adolescencia se podrá seguir actuando y deseando como cuando se era niño, aquí tampoco habrá un duelo claramente establecido.

 ¿Dónde están los adultos de antaño?

El adolescente era alguien en transito hacia la adultez. Pero el problema a que nos interesa no es solamente la imagen externa sino el concepto psicológico de adulto que se manejaba tradicionalmente y su validez actual.

La identidad sexual:

“La unión de los genitales es considerada la meta sexual normal en el acto que se designa como coito y que lleva al alivio de la tensión sexual y  a la extinción temporaria de la pulsión genital”. La genitalidad implicaba una unión heterosexual, para acceder a esta el adulto debía haber resuelto cuando niño el complejo de Edipo, lo cual implicaba haberse identificado con el padre del mismo sexo y elegir como objeto de amor al contrario.

La adolescencia fue considerada desde que se la tomo como objeto de estudio, una etapa de búsqueda de la propia identidad sexual, en la cual debía desestimarse alguna experiencia homosexual.

¿Cómo se presenta este tema en la actualidad?

El DSM III incluyo respecto al tema de  la sexualidad  una novedad interesante. En el apartado de los “trastornos psicosexuales” se enunciaban varias parafilias (fetichismo, travestismo, exhibicionismo, sadismo). Se incluía la sexualidad egodistonica  esto es que el manual consideraba a la homosexualidad como trastorno psicosexual solamente en el caso en que la persona se quejara de su manifestación, lo  que no provoca angustia no era considera un trastorno mental.

 Desde 1987 el DSM III el término homosexualidad no aparece dentro  de los trastornos sexuales no específicados se dan como ejemplo malestar notable y persistente acerca de la propia orientación sexual.

 Un concepto muy vago que no hace referencia en particular a la homosexualidad. (Como el caso de los perversos y los homosexuales), no eligen su posterior objeto de amor según el modelo de la madre, sino el de su persona propia .manifiestámente se buscan a si mismo como objeto de amor, el tipo de elección de objeto que hace llamarse narcisista.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (15 Kb) pdf (107 Kb) docx (19 Kb)
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com