Humanización de animales

[pic 1]

En la actualidad el vínculo que hemos ido forjando con nuestras mascotas se ha vuelto parte fundamental para nuestras vidas. Sin embargo, el exceso de sobreprotección hacia nuestras mascotas puede estar generando distintas complicaciones que actualmente se está volviendo más recurrentes. En el presente ensayo, buscamos concientizar sobre las consecuencias negativas que genera la acción de antropomorfizar. Consideramos que esta reflexión es importante para formar un entorno saludable y para dar a conocer los distintos trastornos que se puedan generar. Para abordar esta problemática, es necesario establecer los límites a los que debemos llegar con respecto a la crianza de nuestras mascotas. Frente a la humanización de las mascotas, el ciudadano debe enfocar sus esfuerzos para concientizar sobre los efectos negativos, organizando eventos de difusión y para las personas que ya están afectadas con distintos trastornos psiquiátricos, el tratamiento con un especialista de la salud es de suma relevancia para la rehabilitación. A continuación daremos a conocer los argumentos que defienden nuestra postura:

En primer lugar, el ciudadano debe ser consciente de las repercusiones que se originan por el trato incorrecto hacia el animal, porque una de las principales secuelas de humanizar a la mascota son los cambios genéticos generados por el ser humano con el fin de cubrir sus necesidades emocionales sin proyectar los daños colaterales que pueden causar este tipo de acciones. Díaz Videla (2021) en su estudio indica que:

El ejemplo más extremo es el del bulldog inglés. Cuenta con cabeza braquiocefálica, mandíbula curvada hacia arriba, orejas y cola distorsionadas y movimientos torpes, mayormente debiendo ser dados a luz por cesárea, y acarreando problemas respiratorios claros. De hecho, muchos mueren por falla cardíaca por deprivación crónica de oxígeno. O sea, esta forma de antropomorfismo acorta la expectativa de vida e implica padecimientos (p.40).

Por lo que, este ejemplo presentado en la investigación de Díaz Videla, denota de manera clara una de las consecuencias negativas más extremas que puede generar la influencia descontrolada del ser humano hacia las mascotas, por ello es importante tomar conciencia sobre cómo afecta nuestro querer y nuestra necesidad de satisfacción sobre otros seres vivos.

En segundo lugar, al ciudadano se le debe de capacitar de manera concienzuda para evitar generar antropomorfismo sobre su mascota y así causarle sufrimiento, lo cual a su vez puede influir de manera negativa al tutor originando trastornos que deben ser evaluados por especialistas, porque el hecho de desvirtuar el sentimiento de querer, amar y proteger a una mascota, puede ocasionar en algunas personas alteraciones mentales que pueden afectar su calidad de vida de manera negativa tal como mencionan Díaz Videla & Reyes Plazaola (2021):

...