Inseguridad Ontológica

Universidad de Guadalajara

Sede San Juan de los Lagos

Teorías Contemporáneas de la Personalidad

Teresita de Jesús Prado Gómez

207448406

31 de Octubre de 2012

Inseguridad Ontológica

Un hombre puede poseer el sentido de su presencia en el mundo como un todo real vivo y, en un sentido temporal, como una persona continua. Tal persona, en lo fundamental, ontológicamente segura saldrá al encuentro de todos los azares de la vida, social, ética, espiritual y biológica desde un sentido centralmente firme de su propia realidad e identidad, así como de la de las demás personas.

Se ocupa de los problemas, de las angustias y los peligros que surgen de seguridad y una posición de inseguridad. Es decir, para Keats la conciencia del mal existe junto a un sentido de la identidad personal y, por esa razón es menos manifiesta. Mientras que Kafka habla sobre la vida, sin sentirse vivos, en el sentido del esfuerzo por comunicar lo que se siente al estar vivo creciendo de la seguridad.

En pocas palabras, al llegar al nacimiento físico y la vida biológica sucede que el niño se torna existencialmente nacido, en cuanto real y vivo. No sólo los adultos ven que los niños son visibles, sino que ellos se experimentan a si mismos como personas enteras. Por lo tanto, el individuo puede experimentar su propio ser como real, vivo, entero; como diferenciado del resto del mundo en cuestiones de identidad.

Hay tres formas de angustia con las que se encuentra la persona ontológicamente insegura:

1. Ser tragado: discusión para preservar la propia existencia al perder en grado considerable el contacto con la realidad.

2. Implosión: el choque de la realidad según Winnicott. Sin embargo, el individuo siente que está vacío. Y el vació es él mismo.

3. Petrificación y despersonalización: una forma particular de terror que te convierte en piedra. El temor de que esto ocurra.

El olvidar la propia autonomía se convierte en la forma de salvaguardarla secretamente; hacerse el muerto se convierte en una manera de preservar la vida. Nietzsche exhorta a “Sé duro” como la piedra, previene el peligro de ser convertido en una cosa muerta por otra persona. Comprenderse por entero a sí mismo (tragarse a sí mismo) es una defensa contra el riesgo de ser tragado por el remolino que es la manera que otra persona tiene de comprenderlo a uno mismo. Consumirse a sí mismo mediante su propio amor previene la posibilidad de ser consumido por otro.

Un fracaso en la tarea de ser por sí solo, una imposibilidad de existir solo. Como dijo

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