La Inseguridad

La inseguridad

Me gustaría partir por una definición de lo que es la inseguridad. Tema que pretendo tratar en este ensayo.

“La inseguridad, se puede definir como la dificultad para escoger entre diferentes opciones para conseguir un objetivo determinado. Así como, la duda constante ante si lo que hemos hecho o dicho, nosotros mismos u otras personas, es acertado o no.”

Elegí este tema ya que a mí en particular la clase que más me llamo la atención fue aquella en que nos vinieron hablar dos personas acerca de unos cursos de buceo en Valparaíso. Pero lo que me llamo la atención a mi no fueron los cursos, sino más bien las actividades que hicimos ese día. Particularmente dos.

La primera y que más me llamo la atención fue la actividad de los globos, en la que teníamos que decidir si reventábamos o no el globo, más que nada había que elegir bando. Yo elegí reventar el globo pero no porque quisiera, sino más bien por la opinión que podría generar en mis compañeros elegir no reventarlo y irme al otro lado.

La otra actividad que me llamo la atención fue aquella en que teníamos que manejar a un compañero por la sala, este tenía que tener los ojos cerrados, por lo que tenía que confiar 100% en su compañero, cosa que nuevamente me llamo muchísimo la atención porque yo hubiera pensado que sería una actividad entretenida pero no lo fue así, la sufrí de principio a fin, manejar no se convirtió en ningún inconveniente, pero el hecho de ser manejado me trajo serios problemas, sentí una inseguridad tremenda, me empezó un dolor de cabeza increíble, solo por el hecho de desconfiar de mi compañero.

Esta situación me llevo a reflexionar sobre que tan seguro soy de mi mismo, que tan seguro soy con los demás y que tanta confianza me dan las otras personas, conocidas o desconocidas.

En la relación a la primera actividad, me di cuenta que esa es mi actitud normalmente y casi siempre elijo ese tipo de decisiones no por lo que yo quiera hacer, si no para satisfacer o demostrar algo a los demás. Yo personalmente hubiera preferido no hacer la actividad y mirar como mis amigos lo reventaban pero una parte de mi decía, “Diego, no puedes NO hacerlo, vas a quedar como una niñita asustadiza”, aun sabiendo que hacer una actividad como esa no me hace ni menos hombre ni más hombre.

En relación a la segunda actividad, la sola idea de que cierres los ojos y dejes que otra persona te controle y te lleve alrededor de la sala es una experiencia muy divertida pero al mismo tiempo, en mi caso en particular, fue bastante estresante, por lo menos a la hora de ser “manejado”. Yo creí que iba a ser solo divertido, total que tan difícil es que te manejen, el problema es que lo hace una persona que no conoces, que no sabes que puede hacer, no sabes lo que pueden hacer los demás y yo estoy ahí con mis ojos cerrados entregados a la responsabilidad de los otros.

Con respecto a la primera actividad me di cuenta que yo soy una persona que es capaz de ceder a sus principios, valores, gustos, etc. Por la no sé si llamar la “simple” (porque no me parece algo muy simple) necesidad de tratar de gustarle a todo el mundo, de encajar, como si los demás tuvieran una autoridad sobre mí, más que una autoridad, un poder que les permite obligarme a hacer cosas que yo personalmente no me gustaría hacer, porque no van con mi personalidad pero que por uno u otro motivo me veo en la obligación ni siquiera porque me obliguen los demás, si no por una obligación personal a satisfacer sus necesidades, por lo que termine en el lado de reventar el globo cuando en realidad yo hubiera preferido estar en el otro lado.

En la segunda actividad, me di cuenta de cómo para mí los prejuicios juegan un rol

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