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INSEGURIDAD


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  1.092 Palabras (5 Páginas)  •  201 Visitas

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El dolor de cabeza de todos los ciudadanos en este país. De cada diez personas encuestadas ocho afirman que el principal problema de los venezolanos tiene que ver con la inseguridad personal.

Sobre el asunto de la inseguridad en nuestro país, son muchos los puntos que hay que tomar en consideración. No es un caso aislado y está dirigido a todos los sectores que hacen vida en la sociedad, ya que todos somos responsables. (Estado, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, consejos comunales, fundaciones, gobernaciones, alcaldías, entre otros). El tema que se trata a continuación responde a una necesidad latente que se ha venido agravando en los últimos años. La inseguridad personal a la cual me refiero debe ser enfocada y estudiada desde cuatro (4) aristas que conforman este fenómeno, las mismas son: sobre las carencias materiales y económicas, la exclusión social, la no distribución equitativa de la riqueza y la falta de responsabilidad familiar.

Para nadie era un secreto que en Venezuela la composición económica y social en base a la distribución de los recursos hace apenas (quince años) estaba notablemente marcada por un 80/20, ochenta por ciento de pobreza y veinte por ciento de riqueza, siendo nuestro país uno entre los tantos más desiguales en todo el hemisferio. Basta con tan sólo echar un vistazo a Caracas, hacer el intento de recorrer por ejemplo la Av Luis Roche de Altamira en (sentido norte) trazada urbanísticamente por los edificios a su alrededor sobre todo el ‘edificio Altamira’ (muy emblemático para el sector) y podremos contemplar una ciudad agradable, vistosa y casi qué europea, ó a tan sólo unos kilómetros de allí, y podamos caminar por una calle de Petare que fácilmente refleja, abandono, descuido y exclusión. Valga la comparación, que marcada desigualdad.

Al abordar el fenómeno de la delincuencia por ejemplo, nos damos cuenta que la mayoría de los jóvenes que roban y asaltan en las calles venezolanas en promedio, no sobrepasan los 25 años de edad. ¿Qué quiere decir esto? ¿No corresponde está situación a un tema evidentemente familiar? La pregunta de las 20 mil lochas, ¿Dónde están los padres de estos jóvenes? Qué tristeza genera todo este desastre, la realidad nos muestra que lamentablemente en nuestra querida Venezuela no existe responsabilidad familiar.

El jovencito empieza a delinquir en su casa. La falta de valores y de principios que deben reinar en el hogar brillan por su ausencia, por lo tanto no son impartidos. Acompañados estos de una injusta distribución de la riqueza en toda la sociedad que hace visible a todo alcance, las precariedades y la falta de oportunidades para los desposeídos, donde el sistema ofrece por televisión ó cualquier otro medio de difusión una vida de gustos y de placeres inalcanzables el (estereotipo burgués) haciendo codicioso cualquier artefacto, mercancía o producto que no esté al alcance de quien pueda adquirirlo. Produciendo en esta acción un complejo de inferioridad —obviando esa exclusión social tácita que no reflejan los medios— y quien consume toda esa publicidad engañosa, es víctima de las ‘falsas necesidades’ creadas por el capitalismo a través de su brazo ejecutor: las empresas de comunicación.

En los últimos 30 años, luego del derrumbe de la “Venezuela $audita” y del Dólar 4,30 , el famoso ‘viernes negro’ acontecido bajo el gobierno del ex presidente Luis Herrera Campins (1983) determinó el deterioro social y la agudización de la pobreza sobre todo en los sectores menos favorecidos. Para finales de la década de los ochenta (luego del desastre de Luis Herrera) empeorada la crisis tanto económica como política, el ex presidente Carlos Andrés Pérez (CAP-AD) ficha del Departamento de Estado norteamericano vino a jugar el papel de un Robin Hood y justiciero de los horrores cometidos por los copeyanos prometiendo la ‘vuelta a’ una Venezuela de “cambios y progreso”. Resulto ser que los cambios y las severas reformas en la economía estuvo en manos de tecnócratas del FMI y del BM, todo esto a través de un paquetazo neoliberal impuesto desde el norte complicando aun más la situación generando un clima de inestabilidad política y un estallido social por parte de los sectores populares, ampliando aun más la brecha entre pobres y ricos. ¿Ó es que no se acuerdan del caracazo?. Esa rebelión popular no fue casual.

Producto de todas estas acciones cometidas en el pasado y a la falta de voluntad política para resolver los grandes problemas del país, fenómenos sociales tales como: miseria, pobreza, exclusión e inseguridad fueron cada vez incrementándose a medida que transcurría el tiempo. Si no entendemos que el fenómeno de la inseguridad debe será atacado desde todos los flancos mucho menos se puede concebir que toda la responsabilidad recaiga sobre el Estado.

La pobreza y la miseria son los agentes que fomentan la delincuencia y la inseguridad en la sociedad. Bajo el concepto de una sociedad burguesa y capitalista será muy difícil resolver los problemas referentes a las inequidades e injusticias.

La inseguridad tiene que ser entendida como un todo, no basta con tan sólo reprimir y liquidar a los delincuentes ó proponer “el desarme”. Este fenómeno es una anomalía evolutiva que hace mella y repercute sobre todo en los seres más inocentes (niños y jóvenes). El ataque tiene que estar dirigido a las raíces del problema, el tráfico de armas introducido en el país manejado por grandes consorcios económicos incrustados en la alta burguesía nacional, es el promotor de todo este gran problema. Por tal razón, la solución a toda esta problemática que aquejan a la sociedad venezolana, está en el entendimiento de todos los sectores Estado, universidades, consejos comunales, organizaciones sociales, sector privado, ya que los hechos humanos tienen su justa solución en el entendimiento y en la discusión a fondo de este fenómeno.

Si el Estado combate eficazmente el tráfico de armas por ejemplo, se habrá resuelto una parte del problema, ya que el dilema está en quién empuña esas armas, no en el arma misma. Para no ser pesimista, verdaderamente es un fenómeno muy difícil de atacar, pero si juntamos esfuerzos creo que es posible combatirlo desde todos los espacios. El deber de los medios de comunicación es el de comunicar oportuna y verazmente, no es posible que estén actuando como laboratorios de guerra y como artífices de golpes de estado y de matrices de opinión favorables a sus intereses. Se entiende perfectamente que la inseguridad es un gran problema, con echarle más leña al fuego no se resolverá absolutamente nada. El llamado de conciencia es para todos los sectores, la inseguridad nos afecta a todos, seamos responsables.

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