Inteligencia Y Funciones Ejecutivas
teffyzetina1 de Septiembre de 2013
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INTELIGENCIA Y FUNCIONES EJECUTIVAS
El determinar el tipo de inteligencia que tiene cada quien, es una incógnita muy recurrente entre la mayoría de las personas, debido a que el conocer de manera acertada el tipo de inteligencia que tiene cada quien, ayudaría a mejorar el proceso de comprensión y análisis de cualquier cosa. Lo que podemos determinar, es que el tipo de inteligencia que cada uno utiliza es un proceso interno que cada uno lleva a cabo al escoger cual camino utilizara para llegar a la comprensión absoluta.
La inteligencia no es un producto neurológico aislado, si bien en la corteza prefrontal, desde sus porciones dorsolateral y orbitofrontal representa sin duda el principal empuje de las funciones ejecutivas, estas no son lo mismo que la inteligencia, sino que forman parte de ella, son sólo un componente más que se da dentro de un individuo así como un componente de comunicación, edad, género, situación familiar, recursos lingüísticos, cultura, ideología, creencias, capacidad para expresarse y medio ambiente entre otros.
Si algo puedo asegurar, es que nadie esta encasillado en un tipo de inteligencia, todo dependerá de la actividad que se esté realizando, y cada quien utilizara la que más le acomode, aunque es algo de lo que no se dará cuenta, porque lo hará como un proceso interno. La inteligencia al igual que cualquier otro valor es adquirida, no se nace con ella, por lo que a nosotros nos toca desarrollar el valor de la inteligencia en la educación. Por ejemplo, mi hermanito de seis años tiene el conocimiento suficiente para manejar hábilmente un iPhone, pero esto no significa que él tenga la inteligencia o criterio para usarlo moderadamente, en este caso él usa los conocimientos o habilidades adquiridas sobre una función, pero no sabe si está bien o mal el uso que le está dando al gadget.
En este sentido, las funciones ejecutivas se solapan con el concepto de inteligencia, o la capacidad para adaptar de manera óptima nuestros recursos cognitivos en función de las demandas cambiantes del entorno. Esta visión asume que para resolver de manera eficiente tareas complejas el sistema ejecutivo debe tener un cierto grado de redundancia (los mismos procesos pueden ser abordados por varias regiones cerebrales) y entropía (estas regiones pueden organizarse de manera muy diversa en función de las demandas de la tarea y las condiciones contextuales). La visión de las funciones ejecutivas como un sistema relativamente modular y multi-proceso asume que distintas divisiones funcionales dentro de la corteza prefrontal son especialistas en la implementación de distintos procesos ejecutivos que son relativamente independientes y disociables, por lo que lesiones en regiones específicas pueden producir deterioros desproporcionadamente más robustos en los procesos en los que son especialistas.
Hoy en día es necesario entender que el concepto de inteligencia está experimentando una transformación y que abarca muchos ámbitos más amplios que el neurológico, la comprensión de complicados planteamientos o extensos conocimientos generales. Si no que también involucra aspectos de la vida como la perspectiva, la espontaneidad, la creatividad, habilidades sociales y emocionales del propio individuo. La inteligencia de una persona está formada por un conjunto de variables como la atención, la capacidad de observación, la memoria, el aprendizaje, las habilidades sociales, entre otras, que le permiten enfrentarse al mundo diariamente. El rendimiento que obtenemos de nuestras actividades diarias depende en gran medida de la atención que les prestemos, así como de la capacidad de concentración que manifestemos en cada momento. Pero hay que tener en cuenta que, para tener un rendimiento adecuado intervienen muchas otras funciones como, por ejemplo:
• Un estado emocional estable
• Una buena salud psico-física
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