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Intrumentos Psicologicos

lonh21 de Septiembre de 2013

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EL DESARROLLO DE IDENTIDAD EN LA ADOLESCENCIA

Hablar de identidad en el adolescente es un tema que resulta incomprensible, debido a que no existe otra etapa de la vida de un sujeto en la cual se relacionen muchas turbaciones acerca de sí mismo, de su cuerpo y del rol que asume en la sociedad, en muchas ocasiones la inestabilidad emocional, los cambios físicos, psicológicos y las inseguridades acerca de la concepción que se tiene de él, de los otros y del mundo.

La adolescencia es uno de los períodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la independencia y a la confianza en sus propias fuerzas.

La palabra identidad define lo siguiente: “carácter distintivo de un individuo: lo que somos, nuestros papeles y capacidades.” (Feldman, 1999, p. 374).

Es una época en la que se ponen sobre el tapete no pocas cuestiones básicas; piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la vida, en el matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la independencia de la familia y en la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que sumar todos aquellos conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de nuevo, conflictos que habrá que afrontar también.

Por tanto el mismo medio le exige al adolescente ciertos comportamientos y que se adhiera a ciertas normas y patrones, y al mismo tiempo le brinda libertades las cuales, en ocasiones, aún no tiene la capacidad de manejar; es allí donde surge el primer conflicto para el sujeto de cambiar su posición de niño a la de adolescente. Todo esto hace que el sujeto forme y estructure una identidad a partir de los vínculos: social, de tiempo y espacio; se busca que esta identidad lo haga sentirse como un ser único, en contacto pero diferente a los demás.

En el desarrollo de la identidad, los adolescentes a menudo rechazan los intentos de sus padres para guiarlos, consideran sus opiniones como pasadas de moda e irrelevantes y deliberadamente dicen cosas que molestan esto, por supuesto, es motivo de muchas peleas, ya que no siempre los padres pueden tolerar esas críticas, o no siempre el puberto-adolescente puede formularlas como corresponde, se queja de que los padres interfieran en su independencia, y a la vez tiene la tendencia a regresar al comportamiento infantil, particularmente cuando está bajo mucho estrés y pone constantemente a prueba las reglas y los límites.

“La identidad personal, es como un “carné de identidad social” organizado a partir de una identificación personal.”

(Dubar, Claude. (2002). “La crisis de las identidades. La interpretación de una mutación”. Barcelona: Edicions Bellaterra. S.L.

Los adolescentes requieren la libertad necesaria para pensar por sí solos. Mientras están buscando respuestas, quieren ser escuchados, respetados y sobre todo tomados en serio tratando de encontrar sus propios valores en una sociedad confusa, los adolescentes se preocupan por la autenticidad de aquellos que observan como modelos.

A medida que los adolescentes se alejan de los padres en búsqueda de su identidad, el grupo de amigos o compañeros adquiere un significado especial, ya que puede convertirse en un refugio seguro, en el cual el adolescente puede probar nuevas ideas y comparar su propio crecimiento físico y psicológico.

El curso de la vida de los puberto-adolescentes y su futuro puede verse determinado por las decisiones, conductas o acciones que tomen en este especial periodo.

Los cambios psicológicos que afronta el sujeto adolescente son todos encaminados a la formación de una identidad desde la cual responder al mundo y a sí mismo en lo referente a problemas y acciones que le afectan directamente.

En esta etapa las emociones y los sentimientos que siente el sujeto son acelerados, variables y pueden influir en extremos manifestándose con tristeza, alegría y rabia.

De esta manera el sujeto tiene que erigir una nueva posición a los cambios que experimenta. Esta implica el perder y ganar aspectos en su personalidad e identidad y es allí donde los duelos trabajados ampliamente para dar cuenta y explicar el proceso por el cual pasa el sujeto.

El tema de la adolescencia ha sido tratado anteriormente en el contexto colombiano gracias a las inquietudes que genera este en los investigadores sociales y a las posibilidades de abordaje que desde la psicología, sociología, pedagogía, ciencias de la educación y otras disciplinas de las ciencias sociales y humanas.

En el contexto colombiano las investigaciones se han ocupado más de temas referentes a la violencia y los jóvenes como ejes centrales a investigar. Sin embargo la sociedad en su conjunto sigue teniendo prejuicios muy arraigados que se han vinculado a la figura del adolescente y que con el paso del tiempo no se han podido modificar no obstante las investigaciones y nuevos avances en los estudios de esta población.

Para abordar el tema de la identidad como concepto teórico atado al desarrollo del sujeto y en especial del adolescente, se considera preciso para comenzar tratar esta desde el punto de vista histórico, por lo tanto a continuación se realizara el pertinente recorrido por épocas y autores.

Hacia 1923 Freud utilizo el concepto identidad en relación a las identificaciones proyectivas22 que realiza el sujeto en el devenir de su existencia, igualmente insistió en la relevancia de la imagen corporal como identificación para la formación del yo.

Posterior a esto Heimann en el año 1942 afirma que la identidad seria el conjunto de capacidades, talentos, deseos, impulsos, fantasías, emociones y capacidades que posee el individuo, todas estas formaciones psíquicas que posibilitan que el sujeto se sienta como integrado y a la vez que existe algo propio y único de él, esto es lo que denomina identidad.

Hartmann hacia 1950 avanza en la elaboración del concepto y realiza una diferenciación entre lo que él denomina self y lo que nombra como yo. El primer término se referiría a un concepto referido a sí mismo, a su vez el yo sería un sistema psíquico organizado, el cual no es semejante al concepto de personalidad o al de individuo, y tampoco es un símil a la noción de sujeto como opuesta a la de objeto. De esta manera el concepto de Identidad seria referido más al de self que al de yo.

Filloux se refiere al concepto de personalidad, que para el es un sinónimo de identidad, como la configuración y organización particular que toman los sistemas y mecanismos responsables de la conducta del individuo a través de su historia de vida.

En el año 1961 Wisdom publica un trabajo en el cual existen objetos externos que en lo real rodean al sujeto, estos objetos son introyectados y mediados por las relaciones objetales internas ya establecidas; esta dinámica es la que mantiene al sujeto en un constante cambio y que lo lleva a establecer la identidad.

Hacia el año de 1962, la autora Melanie Klein desarrolla el concepto de self como una representación que se instaura en el yo, y es desde la diferenciación y permanencia de estas representaciones que depende el sentimiento de identidad.

La formación de la identidad que se da en el periodo adolescente se genera por un conjunto de características y procesos internos y externos que le darán al sujeto la posterior capacidad de enfrentar las exigencias externas de una manera uniforme y estable, característica principal de la personalidad adulta y que el adolescente desconoce gracias a su fluctuación física y psicológica inherente. Abría, igualmente, que reconocer que la identidad es una característica de cada momento evolutivo del sujeto, por lo tanto no es una estructura monolítica y estable, en especial en el adolescente.

Para comprender la principal tarea evolutiva de la adolescencia y los problemas de convivencia que a veces se plantean en la educación secundaria, conviene tener en cuenta determinadas características evolutivas de dicha edad.

Cambios en la forma de ver el mundo

Para llevar a cabo la tarea fundamental de la adolescencia, en esta edad puede comenzar a desarrollarse una forma diferente de ver el mundo, el pensamiento abstracto, que permite un gran distanciamiento de la realidad inmediata para juzgarla a partir de lo que podría ser, imaginar otras posibilidades además de las que existen, pensar sobre los propios procesos psicológicos, sobre lo que se piensa o lo que se siente, tratar de explicar lo que sucede a través de múltiples hipótesis, o analizar todas las posibilidades y valorar la realidad como una de dichas posibilidades.

Capacidad que no todos los adolescentes desarrollan por igual y que desempeña un decisivo papel en la principal tarea que debe realizarse en esta edad: la construcción del propio proyecto vital.

Para elaborarlo adecuadamente conviene plantearse la propia vida como un conjunto de posibilidades que pueden ir mucho más allá de las realidades que rodean al adolescente. Estos cambios pueden ser el origen de algunos problemas de indisciplina, al hacer por ejemplo que el adolescente imagine nuevas posibilidades para transgredir las reglas establecidas y descubra las contradicciones o exageraciones de lo que le dicen los adultos.

La necesidad de ser especial

La capacidad del

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