Jonestown el caso del suicidio mas grande la historia

[pic 1]UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

TEMA:

JONESTOWN: EL TEMPLO DEL PUEBLO

NOMBRE:

CARMEN TERÁN

CATEDRA:

PSICOPATOLOGÍA DE LA ADOLESCENCIA

PARALELO:

LPC – S6 – P2

DOCENTE:

DR. GERMAN MARMOL

                                                                 2021-2022

Comentario personal

El caso de Jonestown es el vivo reflejo de la fragilidad de la mente humana ante la manipulación emocional, todo esto se genera alrededor de un sistema de creencias, así como el valor social que dignifica la vida misma, Jim Jones no solo demuestra el poder de una autoridad religiosa que subordina al ser humano durante años, sino también, la obediencia incondicional que se genera alrededor de la misma, reduciendo la importancia incluso de la supervivencia propia o engrandeciendo un fanatismo peligroso que genere acciones que van en contra de cualquier valor apreciado hacia si mismos, la familia, seres queridos y más.

Sin embargo, no estamos hablando simplemente de la maldad que ha habido y habrá por siempre, no se habla únicamente de una persona, trastornada, paranoica con grandes aires de poder e ideas siniestras de autocomplacencia, sino que se refleja la debilidad que tenemos como individuos frente la búsqueda del paraíso eterno, frente a la ambición, que nos hace olvidarnos incluso de la lógica misma, volviéndonos presas fáciles de la dominación externa.

Desde un punto de vista psicológico nos encontramos frente a un perfil de un líder con pretensiones mesiánicas, un sujeto complejo, con patologías mentales, en las cuales podría reflejarse una psicosis con delusión de grandeza, además de que es evidente el alto nivel de narcisismo maligno, ambos son desequilibrios de la mente que involucran delirios paranoides de persecución, mismos de los cuales hablaba, se convencía y convencía también a sus discípulos, pues también denotaba una pérdida de contacto con la realidad, así como, una conducta sociopática. Es por ello que como menciona Erdely (2000) la vida de toda una comunidad que se halla inmersa en una situación tal pende únicamente de la decisión de una mente patológica e inestable. Una alucinación auditiva o visual, un delirio paranoide ante un enemigo inexistente; el afán de exaltación desmedida, a través de inmortalizar su memoria o simplemente un capricho; un desequilibrio hormonal o un error de exegética, pueden ocasionar que se dé la fatídica indicación. Ésta, proveniente de quien es percibido por sus seguidores como un ser divino, de inmediato se convierte en un imperativo absoluto que da lugar a un suicidio colectivo.

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